Meses antes, Ford Motor había hecho lo mismo con Firestone.
Ambas lograron convertir pérdidas en utilidades, pero ahora deben recortar
aun más costos y castigar abastecedores… para no recaer en rojos trimestrales.
La cuestión no es tanto competir entre ellas o con Chrysler,
sino resistir el ataque de rivales extranjeros, que mantienen los precios bajos
para aumentar participación en el mercado estadounidense, cuya demanda
-por otra parte- tarda en reactivarse. El concurrente más peligroso es
Toyota Motor.
Hay luz al final del túnel, pero éste es largo. "No nos
entusiasman las perspectivas de ventas automotrices en 2002 ni en 2003. Se notan
señales alentadoras, aunque no preveamos repuntes apreciables".
Eso opina Davidson Investment Advisors, una cartera experta en el sector.
Meses antes, Ford Motor había hecho lo mismo con Firestone.
Ambas lograron convertir pérdidas en utilidades, pero ahora deben recortar
aun más costos y castigar abastecedores… para no recaer en rojos trimestrales.
La cuestión no es tanto competir entre ellas o con Chrysler,
sino resistir el ataque de rivales extranjeros, que mantienen los precios bajos
para aumentar participación en el mercado estadounidense, cuya demanda
-por otra parte- tarda en reactivarse. El concurrente más peligroso es
Toyota Motor.
Hay luz al final del túnel, pero éste es largo. "No nos
entusiasman las perspectivas de ventas automotrices en 2002 ni en 2003. Se notan
señales alentadoras, aunque no preveamos repuntes apreciables".
Eso opina Davidson Investment Advisors, una cartera experta en el sector.