Ford se enfrenta a un juicio histórico

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Una demanda indica que la automotriz intentó ocultar los peligros del Explorer, dejando a miles de personas con vehículos inseguros cuyo valor está disminuyendo.

El peligro del Ford Explorer, que tiende a volcarse desde que fue diseñado por primera vez, habría sido ocultado a los consumidores, quienes ahora se enfrentan a una baja importante del valor de los vehículos, según la demanda que determina un juicio histórico.

Cuando se diseñó a finales de la década de los ´80, Ford puso a prueba la estabilidad del Explorer para determinar cómo se enfrentaría al problema de volcarse que tanto sufrió el modelo anterior, el Bronco II. Las pruebas que realizó Ford mostraron que el Explorer tendía a volcarse cuando sus neumáticos Firestone ATX estaban inflados según la presión de 35 psi recomendada por Firestone.

Según los demandantes, a pesar de las recomendaciones de seguridad de sus propios ingenieros, Ford decidió no implementar ningún cambio en el diseño para corregir el defecto de volcarse con el fin de acelerar su venta en el mercado.

En cambio, Ford, con la aprobación de Bridgestone/Firestone, bajó la presión de los
neumáticos con el fin de mantener la estabilidad. Sin embargo, dejar los neumáticos subinflados aumentó el riesgo de la separación catastrófica de la banda de rodadura y según la demanda, Ford lo sabía.

“Al bajar la presión de los neumáticos en el Explorer, Ford y Bridgestone/Firestone trataron de engañar al público para que creyeran que el Explorer era seguro. Pero no lo era, y las empresas fueron conscientes de
los peligros según sus propias pruebas además de los conocimientos básicos de la industria”, comentó Theodore J. Leopold, de Ricci, Hubbard, Leopold, Frankel & Farmer, que representa a los demandantes.

La demanda se entabló ante el Tribunal Federal de Distrito en Orlando y busca establecerse como acción colectiva.

La demanda alega que Ford y Bridgestone/Firestone violaron La Ley Federal de Organizaciones Corruptas e Influidas por el Crimen Organizado (Rico), y cometieron fraude y otros actos ilícitos. Busca daños y perjuicios tripartitos resultando del valor disminuido de los Explorers comprados o
arrendados y por el exceso de los costos pagados por los consumidores para comprar o arrendar los vehículos.

Como resultado del plan fraudulento y engañoso de Ford y Bridgestone/Firestone, millones de estadounidenses ahora son propietarios o arrendatarios de Explorers cuyo valor va disminuyendo.

En su lista de precios más reciente, la Automotive Lease Guide, la fuente fidedigna para determinar el valor de arrendamientos de nuevos vehículos, ha reducido el valor después del arrendamiento del Explorer en US$ 1.850, del cual aproximadamente US$ 600 se imputan directamente a los riesgos de seguridad de los cuales los demandados tuvieron pleno conocimiento antes del lanzamiento del Explorer.

“Ford y Bridgestone/Firestone no sólo ocultaron el defecto de la separación de los neumáticos, sino también, al mismo tiempo, lanzaron detalladas campañas de publicidad diseñadas para engañar al público para que considerara que el Explorer fuera seguro”, comentó Leopold.

Según informes recientes, han habido más de 400 accidentes y aproximadamente 103 muertes sólo en Estados Unidos, incluyendo por lo menos 20 víctimas mortales en Florida, como resultado del defecto Explorer/ATX.

Ford y Bridgestone/Firestone no avisaron a los consumidores estadounidenses incluso cuando Ford realizó la retirada de los Explorers en 16 países extranjeros para reemplazar sus neumáticos ATX.

Aunque el fabricante automotriz se ha negado a reconocer las consecuencias claras de sus directivas indebidas sobre la presión de los neumáticos, sólo la semana pasada aumentó la presión recomendada de los neumáticos desde 26 psi hasta 30 psi.

“Los consumidores se encuentran en una situación sin salida: aumentar la presión de los neumáticos y enfrentarse al peligro de volcar, o continuar usando la presión más baja y enfrentarse a las consecuencias de la separación de la banda de rodadura. Es una opción que va en contra de toda lógica”, comentó Leopold.

“Peor todavía, ya sabemos que los consumidores pagaron de más por la oportunidad de tomar esta decisión mortal y se quedaron con un vehículo cuyo valor ha disminuido enormemente”.

El peligro del Ford Explorer, que tiende a volcarse desde que fue diseñado por primera vez, habría sido ocultado a los consumidores, quienes ahora se enfrentan a una baja importante del valor de los vehículos, según la demanda que determina un juicio histórico.

Cuando se diseñó a finales de la década de los ´80, Ford puso a prueba la estabilidad del Explorer para determinar cómo se enfrentaría al problema de volcarse que tanto sufrió el modelo anterior, el Bronco II. Las pruebas que realizó Ford mostraron que el Explorer tendía a volcarse cuando sus neumáticos Firestone ATX estaban inflados según la presión de 35 psi recomendada por Firestone.

Según los demandantes, a pesar de las recomendaciones de seguridad de sus propios ingenieros, Ford decidió no implementar ningún cambio en el diseño para corregir el defecto de volcarse con el fin de acelerar su venta en el mercado.

En cambio, Ford, con la aprobación de Bridgestone/Firestone, bajó la presión de los
neumáticos con el fin de mantener la estabilidad. Sin embargo, dejar los neumáticos subinflados aumentó el riesgo de la separación catastrófica de la banda de rodadura y según la demanda, Ford lo sabía.

“Al bajar la presión de los neumáticos en el Explorer, Ford y Bridgestone/Firestone trataron de engañar al público para que creyeran que el Explorer era seguro. Pero no lo era, y las empresas fueron conscientes de
los peligros según sus propias pruebas además de los conocimientos básicos de la industria”, comentó Theodore J. Leopold, de Ricci, Hubbard, Leopold, Frankel & Farmer, que representa a los demandantes.

La demanda se entabló ante el Tribunal Federal de Distrito en Orlando y busca establecerse como acción colectiva.

La demanda alega que Ford y Bridgestone/Firestone violaron La Ley Federal de Organizaciones Corruptas e Influidas por el Crimen Organizado (Rico), y cometieron fraude y otros actos ilícitos. Busca daños y perjuicios tripartitos resultando del valor disminuido de los Explorers comprados o
arrendados y por el exceso de los costos pagados por los consumidores para comprar o arrendar los vehículos.

Como resultado del plan fraudulento y engañoso de Ford y Bridgestone/Firestone, millones de estadounidenses ahora son propietarios o arrendatarios de Explorers cuyo valor va disminuyendo.

En su lista de precios más reciente, la Automotive Lease Guide, la fuente fidedigna para determinar el valor de arrendamientos de nuevos vehículos, ha reducido el valor después del arrendamiento del Explorer en US$ 1.850, del cual aproximadamente US$ 600 se imputan directamente a los riesgos de seguridad de los cuales los demandados tuvieron pleno conocimiento antes del lanzamiento del Explorer.

“Ford y Bridgestone/Firestone no sólo ocultaron el defecto de la separación de los neumáticos, sino también, al mismo tiempo, lanzaron detalladas campañas de publicidad diseñadas para engañar al público para que considerara que el Explorer fuera seguro”, comentó Leopold.

Según informes recientes, han habido más de 400 accidentes y aproximadamente 103 muertes sólo en Estados Unidos, incluyendo por lo menos 20 víctimas mortales en Florida, como resultado del defecto Explorer/ATX.

Ford y Bridgestone/Firestone no avisaron a los consumidores estadounidenses incluso cuando Ford realizó la retirada de los Explorers en 16 países extranjeros para reemplazar sus neumáticos ATX.

Aunque el fabricante automotriz se ha negado a reconocer las consecuencias claras de sus directivas indebidas sobre la presión de los neumáticos, sólo la semana pasada aumentó la presión recomendada de los neumáticos desde 26 psi hasta 30 psi.

“Los consumidores se encuentran en una situación sin salida: aumentar la presión de los neumáticos y enfrentarse al peligro de volcar, o continuar usando la presión más baja y enfrentarse a las consecuencias de la separación de la banda de rodadura. Es una opción que va en contra de toda lógica”, comentó Leopold.

“Peor todavía, ya sabemos que los consumidores pagaron de más por la oportunidad de tomar esta decisión mortal y se quedaron con un vehículo cuyo valor ha disminuido enormemente”.

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