<p>No obstante, Ford es absolutamente distinta de General Motors o Chrysler-Cerberus Capital Management. A criterio de varios expertos, mucha gente no le compraría un coche a una empresa que tomase prestado del fisco o anduviera cerca de la bancarrota.<br />
En Wall Street existe la certeza de que Ford no gestionará ni un rescate ni el amparo de la ley federal para concursos y quiebras. Una drástica reducción de costos le permite eludir el auxilio oficial. Ello pese a que, en el mercado estadounidense, las ventas de 2009 no suban de nueve millones, un piso en más de 27 años.<br />
General Motors envidia a su vieja rival. Hace pocos días, Frederick Henderson (nuevo director ejecutivo) admitió que la compañía entrará en convocatoria si no logra reestructurar deudas desde ahora al 1 de junio. Por ahora, sobrevive gracias a una inyección de US$ 13.400 millones. Chrysler obtuvo 4.000 millones y dispone hasta el 4 de mayo para formar alianza con Fiat.<br />
De lo contrario, ya no recibirá fondos federales y seguirá el camino de GM. Pero, al parecer, este jueves Turín da la luz verde para poner en marcha un ambicioso esquema que “italianizará” Detroit, así como el trío Toyota-Honda-Nissan “niponiza” segmentos automotores no sindicalizados en Estados Unidos.</p>
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Ford pierde, pero no pide ningún rescate financiero
La única automotriz norteamericana que sobrevive sin asistencia federal ha tenido el primer trimestre negativo en diecisiete años. La pérdida ronda US$ 3.200 millones y se insertan en una industria cuyas ventas fueron las peores desde 1981.