Europa y Asia lideran el Salón de Detroit

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Un total de 39 fabricantes, 16 europeos, 13 asiáticos y el resto estadounidenses, se han dado cita en la 85 edición del North American International Auto Show (Naias) de Detroit.

(EFE).- Las marcas automotrices europeas y asiáticas han hecho un amplio despliegue en la primera edición del milenio del Salón de Detroit, para demostrar que si los estadounidenses se duermen, la industria del automóvil puede tener pronto otro tipo de patronos.

Un total de 39 fabricantes, 16 europeos, 13 asiáticos y el resto estadounidenses, se dieron cita en la 85 edición del North American International Auto Show (NAIAS) de Detroit, que abrirá sus puertas al público del 13 al 21 de enero, tras las jornadas reservadas a la prensa especializada.

Volvo, integrada en Ford, ha presentado en Detroit dos prototipos: el ACC, que combina la línea deportiva con el todo terreno, y el SCC, que destaca por el sistema Eye Car, que permite disponer todos los elementos de la conducción en función de la línea de vista del conductor.

BMW también llevó novedades a Detroit, como el M3 Cabrio, un descapotable que se comercializará en marzo; la versión HP del actual X5, con una potencia de 347 CV y 4.600 cc. que se comercializará en otoño; el convertible Z9 y la versión definitiva del Mini Cooper.

La alemana Mercedes, presentó su futuro wagon de la clase C, que lanzará a mediados del 2002, con tipología norteamericana, tanto por sus grandes dimensiones como por su motor de 3,2 litros, V6 y 215 CV.

Volskwagen mostró el nuevo Passat y un nuevo wagon basado en la versión del Jetta, y a través de su filial Audi, un concepto de diseño muy parecido al TTI con formas más suaves y acristaladas, el Steppenwolf.

Entre las marcas europeas de lujo destacan, junto a Jaguar, Lamborghini y Ferrari, el prototipo del futuro Carrera GT de Porsche, y el vehículo más caro de todo el Salón, el Bentley Continental T, de 6,75 litros V8 que cuesta US$ 319.900.

La presencia asiática era esperada con cierta expectativa, tras los problemas sufridos el año pasado por las marcas japonesas, y sobre todo las coreanas, y la importancia que el mercado estadounidense tiene para ellas.

Así lo hizo saber el presidente de Nissan, Carlos Ghosn, cuando indicó al presentar el modelo Z, que “Nissan ha vuelto”.

A ese automóvil se sumaron Toyota con su Matrix, destinado al público joven; Acura, con el RS-X, un sedán de altas prestaciones; Honda con el Model X, de la línea SUV; Lexus, la marca de lujo de Toyota que trae el SC 430, de motor V8 de 4,3 litros, el nuevo IS300, y el más joven, el IS300 Sport Cross.

Mazda presentó un precioso deportivo futurista, el 4 Door; Suzuki mostró un nuevo Grand Vitara, el XL-7; Isuzu, su modelo Axion, y Mitsubishi, el remozado Montero del 2001, o los vehículos Mirage (Coupé y Sedán), Galant y Eclipse GS.

Subaru ha presentado la versión del Impreza WRX de 2 litros que aparecerá en 2002 y también acudieron con sus últimas novedades las coreanas, Kia, Daewoo y Hyundai.

Por su parte las tres grandes firmas estadounidenses se muestran algo dispares, pues mientras General Motors apuesta por una amplia gama de coches conceptuales, Chrysler se centró en un modelo, además de mantener el PT Cruiser, y Ford parece refugiarse en la línea retro con vehículos que recuerdan los años ‘50 y ‘60.

GM cuenta con un roadster de 250 CV que se puede activar con la voz, dentro de la marca Buick; y el Oldsmobile 04. Cadillac se aproxima a segmentos de motorización más elevados con el futurista Vizon de 4,2 litros y el todo terreno del futuro, el TerraCross, capaz de pasar de pick up a descapotable y viceversa.

Chrysler, ya fusionada con Daimler, presentó un modelo espectacular, el Crossfire, de altas prestaciones y una tecnología muy depurada; así como el Viper RT-10, de 8,3 litros V10 capaz de desarrollar 500 CV de potencia; mientras que Ford parece inclinarse por diseños de hace 30 años, imitando la moda impuesta el año pasado por el PT Cruiser de Chrysler.

Para ello Ford presentó el prototipo Forty-Nine (49) o Thunderbird, que recuerda a las versiones clásicas de los años 1950 y 1960, con un motor de 3 litros V8, que comparte la plataforma del Lincoln LS y del Jaguar S-Type; así como una versión del mismo pero en roadster.

El Salón se abre ahora a los visitantes en general, que el año pasado se aproximaron al millón, cifra que esta vez espera superar la organización cuando el 21 de enero la 85 edición del Motor Show de Detroit cierre sus puertas.

(EFE).- Las marcas automotrices europeas y asiáticas han hecho un amplio despliegue en la primera edición del milenio del Salón de Detroit, para demostrar que si los estadounidenses se duermen, la industria del automóvil puede tener pronto otro tipo de patronos.

Un total de 39 fabricantes, 16 europeos, 13 asiáticos y el resto estadounidenses, se dieron cita en la 85 edición del North American International Auto Show (NAIAS) de Detroit, que abrirá sus puertas al público del 13 al 21 de enero, tras las jornadas reservadas a la prensa especializada.

Volvo, integrada en Ford, ha presentado en Detroit dos prototipos: el ACC, que combina la línea deportiva con el todo terreno, y el SCC, que destaca por el sistema Eye Car, que permite disponer todos los elementos de la conducción en función de la línea de vista del conductor.

BMW también llevó novedades a Detroit, como el M3 Cabrio, un descapotable que se comercializará en marzo; la versión HP del actual X5, con una potencia de 347 CV y 4.600 cc. que se comercializará en otoño; el convertible Z9 y la versión definitiva del Mini Cooper.

La alemana Mercedes, presentó su futuro wagon de la clase C, que lanzará a mediados del 2002, con tipología norteamericana, tanto por sus grandes dimensiones como por su motor de 3,2 litros, V6 y 215 CV.

Volskwagen mostró el nuevo Passat y un nuevo wagon basado en la versión del Jetta, y a través de su filial Audi, un concepto de diseño muy parecido al TTI con formas más suaves y acristaladas, el Steppenwolf.

Entre las marcas europeas de lujo destacan, junto a Jaguar, Lamborghini y Ferrari, el prototipo del futuro Carrera GT de Porsche, y el vehículo más caro de todo el Salón, el Bentley Continental T, de 6,75 litros V8 que cuesta US$ 319.900.

La presencia asiática era esperada con cierta expectativa, tras los problemas sufridos el año pasado por las marcas japonesas, y sobre todo las coreanas, y la importancia que el mercado estadounidense tiene para ellas.

Así lo hizo saber el presidente de Nissan, Carlos Ghosn, cuando indicó al presentar el modelo Z, que “Nissan ha vuelto”.

A ese automóvil se sumaron Toyota con su Matrix, destinado al público joven; Acura, con el RS-X, un sedán de altas prestaciones; Honda con el Model X, de la línea SUV; Lexus, la marca de lujo de Toyota que trae el SC 430, de motor V8 de 4,3 litros, el nuevo IS300, y el más joven, el IS300 Sport Cross.

Mazda presentó un precioso deportivo futurista, el 4 Door; Suzuki mostró un nuevo Grand Vitara, el XL-7; Isuzu, su modelo Axion, y Mitsubishi, el remozado Montero del 2001, o los vehículos Mirage (Coupé y Sedán), Galant y Eclipse GS.

Subaru ha presentado la versión del Impreza WRX de 2 litros que aparecerá en 2002 y también acudieron con sus últimas novedades las coreanas, Kia, Daewoo y Hyundai.

Por su parte las tres grandes firmas estadounidenses se muestran algo dispares, pues mientras General Motors apuesta por una amplia gama de coches conceptuales, Chrysler se centró en un modelo, además de mantener el PT Cruiser, y Ford parece refugiarse en la línea retro con vehículos que recuerdan los años ‘50 y ‘60.

GM cuenta con un roadster de 250 CV que se puede activar con la voz, dentro de la marca Buick; y el Oldsmobile 04. Cadillac se aproxima a segmentos de motorización más elevados con el futurista Vizon de 4,2 litros y el todo terreno del futuro, el TerraCross, capaz de pasar de pick up a descapotable y viceversa.

Chrysler, ya fusionada con Daimler, presentó un modelo espectacular, el Crossfire, de altas prestaciones y una tecnología muy depurada; así como el Viper RT-10, de 8,3 litros V10 capaz de desarrollar 500 CV de potencia; mientras que Ford parece inclinarse por diseños de hace 30 años, imitando la moda impuesta el año pasado por el PT Cruiser de Chrysler.

Para ello Ford presentó el prototipo Forty-Nine (49) o Thunderbird, que recuerda a las versiones clásicas de los años 1950 y 1960, con un motor de 3 litros V8, que comparte la plataforma del Lincoln LS y del Jaguar S-Type; así como una versión del mismo pero en roadster.

El Salón se abre ahora a los visitantes en general, que el año pasado se aproximaron al millón, cifra que esta vez espera superar la organización cuando el 21 de enero la 85 edición del Motor Show de Detroit cierre sus puertas.

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