En otras palabras, la propuesta Enel-Acciona despierta resistencia interna y se la considera una “interferencia ilegítima con la oferta pública accionaria”. Esto alude a la OPA de E.On, ya retirada. En rigor, la oferta del dúo ítalohispano vulneraba la ley local, punto ya señalado en el pleito que la Comisión Europea le había entablado a la comisión española de valores.
A criterio de la inminente demanda, el reagrupamiento Enel-Acciona interfirió con la firma alemana, única legalmente autorizada para lanzar una segunda OPA. Al oponer segunda oferta propia (cerca de € 41.000 millones, contra 40.000 millones), la alianza virtualmente obligó al retiro de E.On, pues el monto es antieconómico.
No obstante, la decisión de la cúpula interna depende de Manuel Conte. El jefe saliente de la comisión de valores debe explicar ante el comité económico del parlamento las razones de su reciente renuncia. Sin embargo, todos saben que se marchó porque la mayoría de la comisión –manejada desde el gobierno- no aplicó a Enel-Acciona las sanciones pedidas por él mismo.
Por supuesto, Conte comparte el temperamento del directorio y Bruselas, en cuanto a la ilegitimidad de la OPA Enel-Acciona. El asunto se agrava porque Antonio Gutiérrez, sucesor del dimitente, se niega a revisar la resolución favorable a la alianza ítalohispana. Desde la oposición, conservadores y neofranquistas (partido Popular) exigen que José Luis Fernández Zapatero “revele la verdad oculta entre bambalinas”.
Lo curioso del lío es que E.On ha salido ganando. Primero, retiró una oferta excesivamente alta, por lo cual sus acciones se recobraron en Fráncfort, mientras Enel bajaba en Milán y Acciona en Madrid. Segundo, a cambio se queda con 25% de los activos internacionales de Endesa, que incluyen participaciones en Latinoamérica.
En otras palabras, la propuesta Enel-Acciona despierta resistencia interna y se la considera una “interferencia ilegítima con la oferta pública accionaria”. Esto alude a la OPA de E.On, ya retirada. En rigor, la oferta del dúo ítalohispano vulneraba la ley local, punto ya señalado en el pleito que la Comisión Europea le había entablado a la comisión española de valores.
A criterio de la inminente demanda, el reagrupamiento Enel-Acciona interfirió con la firma alemana, única legalmente autorizada para lanzar una segunda OPA. Al oponer segunda oferta propia (cerca de € 41.000 millones, contra 40.000 millones), la alianza virtualmente obligó al retiro de E.On, pues el monto es antieconómico.
No obstante, la decisión de la cúpula interna depende de Manuel Conte. El jefe saliente de la comisión de valores debe explicar ante el comité económico del parlamento las razones de su reciente renuncia. Sin embargo, todos saben que se marchó porque la mayoría de la comisión –manejada desde el gobierno- no aplicó a Enel-Acciona las sanciones pedidas por él mismo.
Por supuesto, Conte comparte el temperamento del directorio y Bruselas, en cuanto a la ilegitimidad de la OPA Enel-Acciona. El asunto se agrava porque Antonio Gutiérrez, sucesor del dimitente, se niega a revisar la resolución favorable a la alianza ítalohispana. Desde la oposición, conservadores y neofranquistas (partido Popular) exigen que José Luis Fernández Zapatero “revele la verdad oculta entre bambalinas”.
Lo curioso del lío es que E.On ha salido ganando. Primero, retiró una oferta excesivamente alta, por lo cual sus acciones se recobraron en Fráncfort, mientras Enel bajaba en Milán y Acciona en Madrid. Segundo, a cambio se queda con 25% de los activos internacionales de Endesa, que incluyen participaciones en Latinoamérica.