La decisión de DT desvirtúa algunos informes sobre repunte en la mayor economía de la Unión Europea. Pese a amagues alcistas en la bolsa de Fráncfort, pasando por alto inclusive la grave crisis política federal (prácticamente, aún no hay gobierno), las empresas germanas no levantan cabeza.
El recurso casi único consiste en reducir puestos laborales. Pero ello significa consumidores más pobres y remisos a comprar, lo cual agravará el problema de demanda contractiva que sufre el país desde hace años. Eso explica parte del fracaso en integrar un gabinete de coalición: el ala izquierda de la socialdemocracia objeta las reformas pro mercado propuestas por Gerhard Schröder (ex canciller) y Angela Merkel (democristiana de derecha). En realidad, como indica el fracaso de la propuesta constitucional, gran parte del público en la UE se resiste a una globalización orientada a negocios bursátiles y financieros.
Como es obvio, el plan DT sólo entusiasmaba a la bolsa y los bancos. Así lo admitió Andreas Heinold, analista de LandesBank Baden-Würtemberg y partidario de Merkel. En cuanto a Kaj-Uwe Ricke, presidente de DT, ha dicho que la solución no le gustaba, pero era inevitable. Por otra parte, tamaño y estructura de DT le impiden imitar a Telefónica de España, que compró la británica O2 para afirmarse en el segmento inalámbrico y compensar la declinación del fijo.
La decisión de DT desvirtúa algunos informes sobre repunte en la mayor economía de la Unión Europea. Pese a amagues alcistas en la bolsa de Fráncfort, pasando por alto inclusive la grave crisis política federal (prácticamente, aún no hay gobierno), las empresas germanas no levantan cabeza.
El recurso casi único consiste en reducir puestos laborales. Pero ello significa consumidores más pobres y remisos a comprar, lo cual agravará el problema de demanda contractiva que sufre el país desde hace años. Eso explica parte del fracaso en integrar un gabinete de coalición: el ala izquierda de la socialdemocracia objeta las reformas pro mercado propuestas por Gerhard Schröder (ex canciller) y Angela Merkel (democristiana de derecha). En realidad, como indica el fracaso de la propuesta constitucional, gran parte del público en la UE se resiste a una globalización orientada a negocios bursátiles y financieros.
Como es obvio, el plan DT sólo entusiasmaba a la bolsa y los bancos. Así lo admitió Andreas Heinold, analista de LandesBank Baden-Würtemberg y partidario de Merkel. En cuanto a Kaj-Uwe Ricke, presidente de DT, ha dicho que la solución no le gustaba, pero era inevitable. Por otra parte, tamaño y estructura de DT le impiden imitar a Telefónica de España, que compró la británica O2 para afirmarse en el segmento inalámbrico y compensar la declinación del fijo.