El “WikiLeaks” del fútbol: corrupción al descubierto

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Millones de documentos que muestran que el fútbol ha dejado de ser un juego.

 Desde 1955 las competiciones entre los mejores equipos de fútbol de cada país europeo generaron una densa maraña de tácticas, pleitos y dinero. La dimensión de esas maniobras fue destapada por un joven portugués actualmente en prisión preventiva a la espera de un juicio que podría condenarlo a diez años de cárcel.

 

En un relato que parte de los orígenes mismos de la Champions League, Sam Knight, en The New Yorker cuenta las verdades ocultas de los equipos y jugadores más famosos que salieron a la luz gracias a las revelaciones de “Fooball Leaks“, el sitio web que expone una inmensa cantidad de documentos reveladores de las maniobras oscuras que dominan desde hace años el negocio del fútbol. Todo lo que relata lo obtuvo de primera mano en conversaciones con el periodista que durante cuatro años habló con el famoso “informante” que hoy está en el centro de la polémica.

Los primeros documentos hechos públicos por Football Leaks explicaban un controvertido modelo de inversión conocido como “propiedad de terceros” (TPO) originado en América latina y que permite a terceros comprar una participación en prometedores jugadores jóvenes. Muchos fans creen que este método permite a los inversores ejercer demasiado control sobre el plantel de un club y hasta en la decisión de cuándo y a quién vender un jugador.

En Portugal, uno de los críticos más fervientes del TPO era Bruno de Carvalho, presidente de Sporting Lisbon, quien decía públicamente que el TPO era un “monstruo llegado al fútbol”.

El 29 de septiembre de 2015 Antonio Varela, columnista de Record, uno de los principales periódicos deportivos de Portugal, recibió un mensaje por mail que lo llevó a hacer clic en una dirección web donde descubriría la existencia de Football Leaks. Entre los contratos que pudo leer Varela se veía que Sporting Lisbon había entrado en un arreglo TPO, secreto, con un club de Angola llamado Recreativo da Caála. Por primera vez ese periodista advirtió que la gente de fútbol decía una cosa y hacía otra. Acto seguido, publicó la noticia en Record.

 

Como Football Leaks es una página alojada en un servicio de blogueo ruso – LiveJournal –, la primera reacción del público fue decir que eran hackers. Un vocero de la compañía, entrevistado por The Times, expresó que lejos de ser hackers son usuarios regulares de computadoras que obtuvieron 300 gigabytes de datos de personas que están adentro del mundo del fútbol y que están asqueados de ver las cosas que ven.

 

Rafael Buschmann, periodista deportivo de 33 años de la revista alemana Der Speigel, cubre desde hace diez años la corrupción organizada y el aspecto financiero del fútbol. Luego de leer la entrevista del Times al vocero anónimo (que se hacía llamar John) decidió que debía hacerse con esos datos. Ya no se podía acceder fácilmente al blog de Football Leaks, pues LiveJournal lo clausuraba una y otra vez.

 

El vocero anónimo de Football Leaks resultó ser Rui Pedro Gonçalves Pinto, un joven portugués de 27 años, vendedor de antigüedades. Buschmann y Pinto se reunieron en Budapest.Conversaron durante dos días durante los cuales el portugués le dio al periodista dos discos duros con 800 gigabytes de datos. A lo largo de los tres años siguientes Pinto proporcionó a Der Speigel la friolera de 4 terabytes de datos de información confidencial: más de 88 millones de documentos, un “leak” dos veces más grande que los Panama Papers y sesenta veces más grande que el de Edward Snowden.

La información brindada por Pinto hizo que docenas de jugadores top de fútbol fueran condenados por evasión de impuestos. También reveló supuestas irregularidades en el Manchester City y un plan de los principales equipos europeos para abandonar las ligas nacionales y formar su propia competición.

Desde 2016 Der Speigel se asoció con organizaciones de medios en 23 países europeos para publicar cientos de historias sober estas maniobras, reescribiendo mucho de lo que ya se sabía sobre el negocio del fútbol e introduciendo novedades.

El personaje de Rui Pinto es enigmáticouna persona que no ha recibido educacón formal en TI pero que sin embargo logró obtener e interpretar información que ni los abogados de los organismos impositivos ni el periodismo de investigación pudieron conseguir. Buschmann, quien conversó largamente con él en repetidas oportunidades , cree que es un genio natural pero a la vez le intriga el otro lado de su personalidad.

 En enero Pinto fue detenido en Hungría acusado de cíber crimen y extorsión. En Portugal comenzaban los trámites para solicitar su extradición.

 

El caso Football Leaks derivó en escándalo político en Portugal

 

Maniobras, conflictos de interés y doble discurso en el Gobierno.

 

 “Tiene miedo de lo que ocurra en la escena política porque el fútbol está completamente inserto en los mecanismos del estado portugués”, dice Rafael Buschmann.

Acusado de cíber crimen e intento de extorsión, Pinto fue extraditado de Hungría a Portugal. Si se demuestran los cargos, le esperan unos 10 años de cárcel más o menos. El ex estudiante detrás del blog Football Leaks, quien ya ha expuesto numerosos ejemplos de corrupción en los más altos niveles del deporte, permanece en prisión preventiva esperando el juicio. 

A mediados de mayo los abogados del detenido dieron una conferencia de prensa en Lisboa donde acompañados por Ana Gomes, europarlamentaria por Portugal y por el nformante de LuxLeaks Antoine Deltour. En ella reiteraron la decisión de Pinto de compartir su información con abogados de Francia, Bélgica y Suiza a través de Eurojust, la unidad de cooperación judicial de la Unión Europea. Gomes dijo que el detenido podía “brindar valiosa ayuda en la recuperación de dinero robado a través de evasión de impuestos”.

Sin embargo, mientras “el Edward Snowden del fútbol” teme por su vida ahora que está de regreso en Portugal, Buschmann, que lo conoce desde hace casi cuatro años, admite sus temores de que se haga justicia. “Rui es optimista porque confía en que no ha hecho nada malo”, dice, “pero se ve que en Portugal eso es un gran escándalo político y es difícil imaginar para qué lado va a ir”.

 

Desde diciembre 2016 y en nombre de Der Speigel y otros socios en la red europea de colaboraciones investigativas (EIC según siglas inglesas) Buschmann y su equipo han usado documentos obtenidos vía Football Leaks para exponer delitos en el deporte. Entre ellos, la evasión impositiva de Cristiano Ronaldo y José Mourinho, ambos asesorados por el súper agente Jorge Mendes, y la supuesta violación de las regulaciones financieras de la Uefa por parte del Manchester City.

Esas denuncias le significaron a Der Spiegel una orden de restricción que duró años y que solo fue levantada en el mes de mayo.

Pocos días antes de que se aprobara la extradición de Pinto, se realizó en La Haya una conferencia de prensa en la que Eurojust confirmaba su interés en acceder a la información brindada por el informante. En esa conferencia estaba el representante de Portugal Antonio Cluny.

A Buschmann, uno de los presentes, el nombre le sonaba conocido. Intrigado, consultó las listas de la base de datos de Football Leaks y allí descubrió muchas conexiones entre el hijo de Cluny y los jugadores de Jorge Mendes.

La conferencia le explicaba al mundo que las autoridades estaban interesadas en este caso y estaban pensando en poner a Rui Pinto en el programa de protección a testigos.

Se supo luego que el hijo de Cluny, João Lima, es un abogado que trabaja para Morais Leitão, la firma que representó a Ronaldo, Mourinho y varios otros clientes de Mendes y su agencia Gestifute durante más de diez años.

Los miembros del Eurojust denunciaron la posibilidad de conflicto de interés en la persona de Cluny, pero la acusación fue rechazada luego de la intervención del fiscal general de Portugal, quien declaró que “no hay tal conflicto de interés según el artículo 54 del Codigo Criminal Portugués”.

El 12 de marzo, exactamente una semana después de que se aprobara la extradición de Pinto, el Parlamento Europeo anunció la introducción de una nueva ley para proteger a los informantes en la Unión Europea. Todavía no ha sido ratificada, pero podría ayudar a Pinto y otros que buscan levantar la tapa de la corrupción.

“Hasta ahora, muchas de las leyes de la Unión Europea sobre informantes sólo protegían a personas que están en el interior de una compañía u organización, pero yo creo que en el futuro va a haber muchos más que actúen como Rui Pinto o John Doe con los Panama Papers, ambos outsiders que llevaron información al público. Si la ley no les da ningún tipo de protección se van a ver en compliciaciones serias y es necesario ayudarlos en lo que podamos”, dice Buschmann.

Y agrega: “A Rui le sedujo la idea de tratar de limpiar un negocio. Hablé con él muchas veces sobre su situación y todo lo que está sacrificando. Para él el asunto es muy serio: el fútbol ha dejado de ser un juego. El negocio ha crecido hasta convertirse en una enorme máquina de lavar dinero para los súper ricos.

Extractado de las columnas de Sam Knight y Ed Aarons en The New Yorker

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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