El emprendedor hombre corre con ventaja

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El experimento de dos mujeres demuestra que la gente confía más en los hombres.

Dos emprendedoras decidieron crear un colega falso llamado “Keith” para que las tomaran en serio mientras lanzaban un   sitio web. Tuvieron éxito. Ahora que el sitio está operativo, Keith se ha tomado unas vacaciones.

 

Hace un año, Penelope Gazin y Kate Dwyer lanzaron una tienda online que llamaron Witchsy, para vender distintas expresiones de arte: ilustraciones, reproducciones, telas y artesanías. Alguien ha dicho que la estética del negocio es “agradablemente disruptiva”. En su primer año Witchsy logró hacer una pequeña ganancia, vendió por valor de US$ 200.000. La compañía de Los Angeles captó la atención del sitio de modas Racked, que aplaudió las habilidades emprendedoras y el gusto de los fundadores del emprendimiento. Hace pocas semanas Dwyer y Gazin contaron a Fast Company la estrategia que desarrollaron para hacer más eficiente la colaboración.

 

Al notar que la mayoría de los artistas proveedores, hombres ellos, con quienes trabajaban tardaban mucho en contestar los mails y cuando lo hacían percibían un tono evidentemente condescendientes ( decían cosas como “escuchen, chicas…”) decidieron introducir un cofundador hombre y le pusieron “Keith”. Keith es un tipo que fuega fútbol , casado desde hace cinco años.

 

Durante seis meses, fue Keith el encargado de tratar con socios, proveedores, artistas, diseñadores, desarrolladores, todo vía email. Y entonces todo cambió. Antes de la intervención del hombre, explica Dwyer, “era evidente que nadie nos tomaba en serio y que todos pensaban que éramos idiotas”. Cuando fue “Keith” el que contactaba a los colaboradores, dice Gazin, ” la actitud era ‘está bien, hermano, hagamos la prueba’”.

El sexismo que enfrentaron las mujers era sutil. No era que las rechazaban directamente, era simplemente que se tomaban larguísimas semanas para responder, y cuando lo habían se advertía el poco entusiasmo. Keith no solo obtenía una respuesta rápida sino que además le preguntaban si había algo más que podían hacer por él. Cuando los colaboradores reclamaban una “conference call” (con video, claro) había que encontrar una excusa de último momento para cancelarla.

 

Lo sorprende la comprobación de que los hombres tienen el camino más allanado en los negocios.s Prejuicios explícitos e implícitos siempre fueron los obstáculos que se interpusieron para que las mujeres triunfen. Ya Shakesperare lo usó en su tiempo para lograr que las mujeres accedieran a situaciones reservadas para los hombres. Una serie de escritoras mujeres (de antes y de ahora) como las hermanas Brontë George Eliot, y J.K. Rowling, usaron pseudónimos para evitar el prejuicio sobre la inteligencia y la creatividad de una mujer.

Lo que sorprende es que en el siglo 21 siga siendo necesario recurrir a esa táctica. En una era donde nos vanagloriamos de haber logrado paridad de género, los niños de escuela siguen absorbiendo mensajes clásicos sobre el género.

Un estudio reciente publicado en la revista Science, reveló que para cuando la mayoría de las niñas cumplen 6 años, ya creen que sólo los varones pueden ser genios.

En Witchsy, “Keith fue clave para instalar el sitio y hacerlo operativo,” dice Dwyer. Una vez que la compañía comenzó a funcionar, las mujeres pudieron dejar que Keith se tomara una licencia y se fuera a su casa a estar con su bebé recién nacido. Para entonces, también se sentían más cómodas, usaban un lenguaje súper directo, como si fueran hombres”, explica Dwyer.

También es más fácil que se las tome con seriedad cuando tienen algo concreto, como un sitio operativo, que mostrar a la gente.

 

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