(NA). – Las ventas de alimentos y bebidas en supermercados cayeron 2,8% en septiembre con relación al mismo mes de 2000, pero subieron 4,2 en los negocios de barrio, según un relevamiento difundido ayer (martes 30) por una consultora privada.
La interpretación que se le puede dar a este fenómeno es que ante la crisis la gente se está refugiando más en los comercios cercanos a su domicilio, porque allí realizan compras por
volúmenes menores y también les dan fiado.
La suba de ventas en los negocios de barrio respondió, en parte, a una fuerte disminución de 5,9% en los precios en este tipo de canal, superior a la aplicada por los grandes comercios donde sólo bajaron 2,5.
La canasta total de productos arrojó en septiembre una suba de 1% en el consumo, una baja de 4,3 en los precios y un descenso de 3,3 en la facturación.
En el caso puntual de los alimentos, el estudio de la consultora ACNielsen detectó que el consumo registró un leve incremento de 0,2% en septiembre, pero los precios bajaron 2,8 y la facturación descendió 2,6.
Para las bebidas, el comportamiento fue el siguiente: el consumo mejoró 2%, los precios cayeron 6,3 y la facturación retrocedió 4,4.
Según la Cámara de Distribuidores Mayoristas (Cadam), los bolsillos flacos de la gente produjeron un “cambio de canal por parte de los consumidores a la hora de comprar”.
Como la gente tiene menos plata en el bolsillo, realiza compras por menores montos y concurre con mayor asiduidad al punto de venta, por lo que el autoservicio de barrio se convierte en una buena opción.
Cadam señaló que “el nuevo consumidor inteligente advirtió que su vecino, el autoservicio de proximidad, tiene los mismos productos y marcas que una gran superficie y, lo más importante, a precios iguales”.
Además, destacó, “acepta tickets, tarjetas, realiza entregas a domicilio, y cuando al cliente no le alcanza el dinero, igual le permite llevar la mercadería, porque es vecino, porque cliente y vendedor se conocen, conviven el barrio”.
(NA). – Las ventas de alimentos y bebidas en supermercados cayeron 2,8% en septiembre con relación al mismo mes de 2000, pero subieron 4,2 en los negocios de barrio, según un relevamiento difundido ayer (martes 30) por una consultora privada.
La interpretación que se le puede dar a este fenómeno es que ante la crisis la gente se está refugiando más en los comercios cercanos a su domicilio, porque allí realizan compras por
volúmenes menores y también les dan fiado.
La suba de ventas en los negocios de barrio respondió, en parte, a una fuerte disminución de 5,9% en los precios en este tipo de canal, superior a la aplicada por los grandes comercios donde sólo bajaron 2,5.
La canasta total de productos arrojó en septiembre una suba de 1% en el consumo, una baja de 4,3 en los precios y un descenso de 3,3 en la facturación.
En el caso puntual de los alimentos, el estudio de la consultora ACNielsen detectó que el consumo registró un leve incremento de 0,2% en septiembre, pero los precios bajaron 2,8 y la facturación descendió 2,6.
Para las bebidas, el comportamiento fue el siguiente: el consumo mejoró 2%, los precios cayeron 6,3 y la facturación retrocedió 4,4.
Según la Cámara de Distribuidores Mayoristas (Cadam), los bolsillos flacos de la gente produjeron un “cambio de canal por parte de los consumidores a la hora de comprar”.
Como la gente tiene menos plata en el bolsillo, realiza compras por menores montos y concurre con mayor asiduidad al punto de venta, por lo que el autoservicio de barrio se convierte en una buena opción.
Cadam señaló que “el nuevo consumidor inteligente advirtió que su vecino, el autoservicio de proximidad, tiene los mismos productos y marcas que una gran superficie y, lo más importante, a precios iguales”.
Además, destacó, “acepta tickets, tarjetas, realiza entregas a domicilio, y cuando al cliente no le alcanza el dinero, igual le permite llevar la mercadería, porque es vecino, porque cliente y vendedor se conocen, conviven el barrio”.