En realidad, parece tomar cuerpo una nueva crisis sectorial. Su primer síntoma –la quiebra de Kmart, una cadena de supermercados- causa ahora los apuros de Fleming, vía caída e incumplimiento de contratos. En el medio, el grupo holandés Ahold se halla al borde del colapso debido al desbarranque de su filial clave, US Foodservices, otra distribuidora tipo Fleming.
Kmart era el principal cliente de Fleming, que hoy tiene graves problemas para seguir en operaciones. Por de pronto, debe refinanciar deudas o gestionar fondos frescos antes de presentar el balance anual ante la Securities & Exchange Commission. Pero lo de Kmart fue la última gota en un año caracterizado por disputas con abastecedores y una investigación de la SEC sobre prácticas contables. Hoy vence un pago de intereses por US$ 18 millones, que la compañía no podrá hacer y por lo cual apelará al título XI (ley federal de concursos y quiebras).
La estructura financiera y de capital es el punto más débil de la firma. “Tiene colocados cerca de US$ 15.000 millones en bonos de altísimo rendimiento, o sea un tercio de sus activos totales, 45.000 millones. Eso no es un perfil sano”, explicaba un analista de Payden & Rygel Investment Counsel.
En realidad, parece tomar cuerpo una nueva crisis sectorial. Su primer síntoma –la quiebra de Kmart, una cadena de supermercados- causa ahora los apuros de Fleming, vía caída e incumplimiento de contratos. En el medio, el grupo holandés Ahold se halla al borde del colapso debido al desbarranque de su filial clave, US Foodservices, otra distribuidora tipo Fleming.
Kmart era el principal cliente de Fleming, que hoy tiene graves problemas para seguir en operaciones. Por de pronto, debe refinanciar deudas o gestionar fondos frescos antes de presentar el balance anual ante la Securities & Exchange Commission. Pero lo de Kmart fue la última gota en un año caracterizado por disputas con abastecedores y una investigación de la SEC sobre prácticas contables. Hoy vence un pago de intereses por US$ 18 millones, que la compañía no podrá hacer y por lo cual apelará al título XI (ley federal de concursos y quiebras).
La estructura financiera y de capital es el punto más débil de la firma. “Tiene colocados cerca de US$ 15.000 millones en bonos de altísimo rendimiento, o sea un tercio de sus activos totales, 45.000 millones. Eso no es un perfil sano”, explicaba un analista de Payden & Rygel Investment Counsel.