<p>A lo largo de Estados Unidos, desde Nueva York hasta Seattle o Los Ángeles, proliferará una supresión de destinos y frecuencias comerciales similar a la sufrida en 2002. En ese momento, la excusa fue los ataques terroristas del 11 de septiembre y una secuela de histeria fomentada desde la Casa Blanca.</p>
<p>En realidad, la crisis del negocio databa de casi un año antes. Ahora, se anuncian recortes que –en todo 2008- afectarán casi 10% de la oferta. Pero el proceso se acentuará en 2009 y, tal vez, alcance a todo el Atlántico norte.</p>
<p>La peor hipótesis prevé, para la primera mitad del año próximo, crudos alrededor de 180/220 el barril a dólares constantes. Una verdadera catástrofe, no sólo para el sector aerocomercial. Sólo entre julio de 2007 y junio actual, las aeronaftas treparon algo más de 80%. En tres meses, la mancha de aceite alcanzará destinos como Buenos Aires, San Pablo, Londres, Francfort, Madrid, Las Vegas, etc.</p>
<p>Sólo la semana pasada, las dos mayores empresas norteamericanas (American, United) confirmaron que suspenderán vuelos a Fort Lauderdale (Florida) y varios puntos de California. Luego les tocará al río de la Plata. Honolulu, Orlando y destinos británicos.</p>
<p>Con recortes ulteriores programados en 2009, “la expansión de la actividad en el lapso 2003/7 se habrá licuado y sobrevendrá una brutal reestructuración”, sostiene un informe de Lehman Brothers usando el clásico eufemismo por achicamiento. Ni siquiera será necesario eliminar más escalas: “las tarifas, que han subido hasta 17% este año, posiblemente aumenten 40% en 2009/12 a dólares constantes”.</p>
<p>Mientras, las compañías castigarán al pasajero con adicionales. Verbigracia, Delta señaló que –debido al costo de combustibles- cobrará hasta cincuenta dólares para hacer reservas en vuelos que ofrecen kilometraje extra al usuario frecuente. American y US Airways la imitarán en un dislate que invalida un clásico recurso de marketing. Sea como fuere, al terminar el año unas cien comunidades se quedarán sin servicios regulares. En ese momento, estiman algunos analistas, por lo menos una compañía grande entrará en liquidación, suerte que alcanzará a firmas menores más allá de las ocho ya en bancarrota. Por su parte, ATA es relativamente optimista: calcula entre US$ 7.000 y 13.000 millones las pérdidas del año, contra los 11.000 millones de 2002.</p>
<p>Los problemas no se agotan en las aerolíneas y llegan a los fabricantes de aviones comerciales. Los recortes de vuelos implican reducir, postergar o cancelar compras a la norteamericana Boeing y a la francoalemana Airbus. Los primeros síntomas incluyen Delta, Northwest, US Airways y tres compañías de baja tarifa (AirTran, JetBlue, Southwest).</p>
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EE.UU.: la supresión de vuelos afectará a pasajeros y fabricantes
Con el verano recién iniciado, el país se apresta para una primavera con menos aviones. Para entonces, se harán los recortes de oferta anunciados por un negocio más interesado en las cuentas que en la gente o la suerte de Boeing y Airbus.