La sensación que se impone, especialmente en Estados Unidos, es que las universidades tradicionales son lentas, burocráticas, inflexibles y poco participativas; en cambio, los cursos que ofrecen las empresas son auto-service, flexibles y están abiertos las 24 horas del día.
Cada vez son más las universidades que instalan subsidiarias educativas con fines de lucro para proteger la reputación y la propiedad intelectual, y también para beneficiarse de la revolución educativa que se viene.
Los programas de las escuelas de negocios de matriculación libre ceden paso a cursos personalizados, en tanto que estudiantes y patrocinadores comerciales empiezan a exigir contenido relevante que permita una rápida salida laboral.
Aumentan las alianzas entre escuelas de negocios, empresas educativas con fines de lucro y universidades empresariales, ya que una educación permanente para adultos se ve como esencial a la hora de permitir el crecimiento profesional permanente y generar ganancias a las instituciones educacionales.
Demanda de educación personalizada
El cambio afecta, en general, a todo el mundo dentro de la enseñanza superior y, en particular, a la educación empresarial. Las organizaciones con fines de lucro que proporcionan programas educativos amasan miles de millones de dólares por ofrecer cursos que incluyen material relevante, accesible y de una duración razonable para los adultos que trabajan.
Tres desarrollos simultáneos disparan esta revolución:
1. Crecimiento explosivo de un aprendizaje con sede en Internet. Según International Data Corporation, se inscribirán más de 2 millones de estudiantes en programas de aprendizaje a distancia en Estados Unidos para el año 2003.
2. Nuevo énfasis de las empresas en una educación constante. Cada vez más empresas crean sus propias universidades para garantizar una programación adecuada.
3. Oportunidades para un aprendizaje constante patrocinado por los empleadores. Son parte integral de los esfuerzos por retener al empleado.
La sensación que se impone, especialmente en Estados Unidos, es que las universidades tradicionales son lentas, burocráticas, inflexibles y poco participativas; en cambio, los cursos que ofrecen las empresas son auto-service, flexibles y están abiertos las 24 horas del día.
Cada vez son más las universidades que instalan subsidiarias educativas con fines de lucro para proteger la reputación y la propiedad intelectual, y también para beneficiarse de la revolución educativa que se viene.
Los programas de las escuelas de negocios de matriculación libre ceden paso a cursos personalizados, en tanto que estudiantes y patrocinadores comerciales empiezan a exigir contenido relevante que permita una rápida salida laboral.
Aumentan las alianzas entre escuelas de negocios, empresas educativas con fines de lucro y universidades empresariales, ya que una educación permanente para adultos se ve como esencial a la hora de permitir el crecimiento profesional permanente y generar ganancias a las instituciones educacionales.
Demanda de educación personalizada
El cambio afecta, en general, a todo el mundo dentro de la enseñanza superior y, en particular, a la educación empresarial. Las organizaciones con fines de lucro que proporcionan programas educativos amasan miles de millones de dólares por ofrecer cursos que incluyen material relevante, accesible y de una duración razonable para los adultos que trabajan.
Tres desarrollos simultáneos disparan esta revolución:
1. Crecimiento explosivo de un aprendizaje con sede en Internet. Según International Data Corporation, se inscribirán más de 2 millones de estudiantes en programas de aprendizaje a distancia en Estados Unidos para el año 2003.
2. Nuevo énfasis de las empresas en una educación constante. Cada vez más empresas crean sus propias universidades para garantizar una programación adecuada.
3. Oportunidades para un aprendizaje constante patrocinado por los empleadores. Son parte integral de los esfuerzos por retener al empleado.