(EFE).- Los representantes del Transporte Pesado protagonizarán mañana una marcha en la capital ecuatoriana para apoyar la construcción del Oleoducto de Crudos Pesados, en la que está interesado el consorcio OCP Limitado, integrado por cinco compañías entre las que figura Repsol-YPF.
El representante del sector, Nelson Chávez, subrayó que apoya la construcción del nuevo oleoducto, porque generará fuentes de trabajo y significará desarrollo para los ecuatorianos.
Asimismo, indicó que con la marcha se pretende rechazar los intentos de ciertos grupos políticos y empresariales por boicotear la obra.
Por su parte, los grupos ecologistas han alertado al gobierno de Gustavo Noboa sobre los daños para el medio ambiente por la ruta en que se construiría el oleoducto, el segundo en el país, pues ya existe uno actualmente en uso.
En el actual oleoducto se han reportado en los últimos tres años catorce escapes de petróleo, que han afectado al ecosistema, algunos de los cuales, pese al paso del tiempo, no han podido ser superados, según denuncias de los afectados publicadas por el diario El Comercio, de Quito.
Entre los sucesos más graves figuran el que se produjo en octubre de 1997, cuando se incendiaron 40.000 barriles de petróleo, y el de noviembre de 1999, cuando se derramaron 21.000 barriles.
(EFE).- Los representantes del Transporte Pesado protagonizarán mañana una marcha en la capital ecuatoriana para apoyar la construcción del Oleoducto de Crudos Pesados, en la que está interesado el consorcio OCP Limitado, integrado por cinco compañías entre las que figura Repsol-YPF.
El representante del sector, Nelson Chávez, subrayó que apoya la construcción del nuevo oleoducto, porque generará fuentes de trabajo y significará desarrollo para los ecuatorianos.
Asimismo, indicó que con la marcha se pretende rechazar los intentos de ciertos grupos políticos y empresariales por boicotear la obra.
Por su parte, los grupos ecologistas han alertado al gobierno de Gustavo Noboa sobre los daños para el medio ambiente por la ruta en que se construiría el oleoducto, el segundo en el país, pues ya existe uno actualmente en uso.
En el actual oleoducto se han reportado en los últimos tres años catorce escapes de petróleo, que han afectado al ecosistema, algunos de los cuales, pese al paso del tiempo, no han podido ser superados, según denuncias de los afectados publicadas por el diario El Comercio, de Quito.
Entre los sucesos más graves figuran el que se produjo en octubre de 1997, cuando se incendiaron 40.000 barriles de petróleo, y el de noviembre de 1999, cuando se derramaron 21.000 barriles.