¿Dónde puso el huevo la gallina?

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¿Marrones o blancos? Esa es la decisión a tomar cada vez que compramos huevos. O son  marrones o blancos. Si tenemos la oportunidad de ir alguna vez a un campo y ver los huevos que ponen las gallinas sueltas, vemos que son diferentes.

Tienen una gran cantidad de matices y casi nunca son o blancos o marrones. Porque a los pollos de campo no los mantienen en jaulas pequeñas ni los alimentan forzadamente y los dejan moverse, desplegar las alas y alimentarse cuando lo necesitan.

En los años 50 o 60 se consumían huevos cuyas cáscaras eran, por lo general, color beige, algunos más claros, otros más oscuros. Pero de entonces a ahora la población registró un crecimiento exponencial que produjo una transformación total en el mundo de la “agricultura industrial” de animales y productos derivados. Para alimentar a más gente había que producir más y más rápido. En el área específica de aves de corral, especialmente el pollo y los huevos que son hoy de consumo masivo, se optó por encerrarlos en jaulas con luz intensa las 24 horas del día para impedirles dormir y obligarlos a comer continuamente. Así tardaban menos en crecer y ponían huevos con más frecuencia.

En realidad, el consumidor común, que considera que una comida no está completa sin algún tipo de proteína animal, por lo general ignora cómo trata a los animales la industria agrícola, cómo los cría, cómo los mantiene y cómo los mata. Tampoco se pregunta cómo hacen los productores para poner tanta cantidad de pollos en las góndolas de supermercados. Bastantes años atrás el pollo era un artículo de lujo que se reservaba para las fiestas. Se logra con la producción intensiva. Y producción intensiva quiere decir jaulas atestadas de aves que engordan en poco tiempo.

En la Unión Europea este tema se discute desde hace décadas y se ha mejorado bastante. Ya en los años 80 los supermercados vendían huevos “comunes” y huevos “free range” que quiere decir huevos de campo, huevos de pollos que no están enjaulados. En Estados Unidos el debate y la toma de conciencia comenzó algo más tarde. En 2001 todavía eran comunes las jaulas donde las gallinas no se podían mover ni desplegar sus alas, donde la alimentación era forzada y “balanceada” Hoy el panorama cambió. Allí hablan de “cage-free eggs”, o sea lo que aquí en Argentina llamamos huevos de campo o huevos de granja.

 
Hoy en los países que no sufren inflación congénita como nosotros, la gente que busca comer más sano cuidando de paso el bienestar de los animales, se compra mucho más los huevos de campo que, necesariamente, son más caros que los demás. A nosotros, los huevos de campo, en las circunstancias que atravesamos, nos resultan prohibitivos. Y el mercado parece adivinarlo, porque se consiguen en muy pocas partes

Pero en Estados Unidos las grandes cadenas consumidoras, como McDonald’s, Denny’s, IHOP y Costco— ya anunciaron su decisión de no comprar otra cosa que no sea huevos 100% de campo. Los votantes y los legisladores también están tomando medidas. La misma revista de la industria del Huevo ha publicado que el cambio hacia la cría de gallinas en libertad puede ser el desarrollo más importante de 2016 para los productores de Estados Unidos. Y la evolución de la opinión pública y política sobre este tema es un ejemplo más del poder de las redes sociales, del video streaming y de otras nuevas tecnologías que afectan directamente el bienestar de los animales.

Han comprendido que las jaulas no son el camino adecuado para continuar. Las condiciones de libertad garantizan muchas mejoras. Las gallinas caminan, despliegan sus alas, se posan cuando lo desean, anidan y llevan una vida de ave normal. Que a las enjauladas se les niega.

 

Ahora bien, también hay que admitir que las etiquetas “”cage-free” o “free-range” no quieren decir que necesariamente haya desaparecido la crueldad pero es un gran paso en la dirección correcta. También garantiza mejor calidad de alimento porque hay muchos esutios que demuestran que confinar animales en una jaula provoca mayores tasas de salmonella que los sistemas de campo.

 

Pero hizo falta la intervención de grupos defensores para cambiar a la multimillonaria industria del huevo. Muchas personas se animaron a exponer las prácticas imperantes para cambiar la opinión pública. Varios documentales revelaron los métodos de la agricultura empresarial. Lo cierto es que la cría en jaulas está desapareciendo a gran velocidad en ese país.

 

¿Cómo se produjo ese cambio en 15 años? Mucho tuvo que ver el surgimiento de las redes sociales que permitió a la gente que se preocupa por el bienestar de losanimales a compartir información más rápido de nunca. Pero en realidad no hizo falta que la gente cambiara de pensar sobre las prácticas industriales de producción de huevos, El público sólo necesitaba acceder a información sobre el tratamiento inhumano. Lo demás vino solo.

 

 

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