<p>La funcionaria ascendida tendrá en sus manos un tema delicado en este país que gobiernan los wajabíes, una forma ortodoxa de la rama sunní. Se trata de la educación femenina, resistida por los ulema en grado mucho más extremo que el de sus rivales shiitas en Irán.<br />
<br />
El defenestramiento de al-Luhaidán sigue a declaraciones del religioso, que pedía pena de muerte para propietarios u operadores de televisión “responsables de programas inmorales”. El ex jefe del poder judicial planeaba inicial una ofensiva contra Internet, que habría puesto en ridículo al régimen.<br />
<br />
Por si fuera poco, el rey –que tiene facultades absolutas y es jerife de los lugares santos- cambió la cabeza del consejo de los ulema en lo que parece una reforma religiosa y social de largo alcance. Esto lo subraya otro cambio: el ministro de justicia se jubila tras veintiséis años de gestión.<br />
<br />
Pero, como señala Khaled al-Ma’aena (agencia Arab news), la designación clave es la de al-Fair, una “liberal” confesa. Entre otras cosas, se la presupone hostil a la esclavitud y ciertos excesos del sistema penal saudí; por ejemplo, la amputación de manos a los ladrones o la lapidación de adúlteras (una condena bíblica, de paso).<br />
</p>

De no creer: una mujer en el gabinete saudí
Norah al Fair, ex directora de escuelas, pasa a ser viceministro de educación. Además, el rey Abdullah al Saúd puso a un funcionario más tolerante a cargo de la policía religiosa y sacó de la Corte Suprema al ultramontano Salih al-Luhaidán.