Esa cantidad representa casi 16% de la mano de obra afectada a camiones y ómnibus. Así lo reveló Andreas Renschler, jefe divisional. La reducción laboral se hará vìa retiro selectivos, o sea afectará a los veteranos y
elevará el desempleo en Dearborn, Michigan, sede de Chrysler.
La decisión en verdad proviene de Dieter Zetsche, impopular presidente ejecutivo de Danimler-Chrysler. La conducción de la compañía no vive buenos momentos en sus operaciones norteamericanas. En el caso de los vehículos comerciales, al parecer el mercado adelantó compras este año porque, a partir en enero, aumentan los precios. Las empresas deben adaptarse a las nuevas normas sobre emisiones de dióxido de carbono (“efecto invernadero”) y, claro, los mayores costos se transfieren a los clientes.
“Zetsche observa señales y reacciona ante ellas en forma por demás proactiva. Todo cuanto no beneficia ingresos y utilidades se achica o se elimina”. Así define Stephen Pope, analista de Cantor Fitzgerald (Londfres), que -entusiasmado por la eliminación de empleos- recomienda comprar acciones de la empresa.
Los próximos despidos acentúan el sesgo opuesto a la mano de obra en la industria automotriz estadounidense. Sólo este año, más de 72.000 trabajadores agremiados han sido forzados a aceptar la recompra de sus propios fondos jubilatorios o el retiro anticipado en General Motors, Ford y Daimler-Chrysler. Ambas compañías siguen, pese a eso, perdiendo participación de mercadio en aras de Toyota, Honda, Nissan, etc.
Chrysler ya ha informado a 800 empleados en Canadá que los despidos comenzarán en marzo, indicó Renschler. En total, la sección de vehículos comerciales tiene unos 25.330 trabajadores en sus once plantas norteamericanas.
Esa cantidad representa casi 16% de la mano de obra afectada a camiones y ómnibus. Así lo reveló Andreas Renschler, jefe divisional. La reducción laboral se hará vìa retiro selectivos, o sea afectará a los veteranos y
elevará el desempleo en Dearborn, Michigan, sede de Chrysler.
La decisión en verdad proviene de Dieter Zetsche, impopular presidente ejecutivo de Danimler-Chrysler. La conducción de la compañía no vive buenos momentos en sus operaciones norteamericanas. En el caso de los vehículos comerciales, al parecer el mercado adelantó compras este año porque, a partir en enero, aumentan los precios. Las empresas deben adaptarse a las nuevas normas sobre emisiones de dióxido de carbono (“efecto invernadero”) y, claro, los mayores costos se transfieren a los clientes.
“Zetsche observa señales y reacciona ante ellas en forma por demás proactiva. Todo cuanto no beneficia ingresos y utilidades se achica o se elimina”. Así define Stephen Pope, analista de Cantor Fitzgerald (Londfres), que -entusiasmado por la eliminación de empleos- recomienda comprar acciones de la empresa.
Los próximos despidos acentúan el sesgo opuesto a la mano de obra en la industria automotriz estadounidense. Sólo este año, más de 72.000 trabajadores agremiados han sido forzados a aceptar la recompra de sus propios fondos jubilatorios o el retiro anticipado en General Motors, Ford y Daimler-Chrysler. Ambas compañías siguen, pese a eso, perdiendo participación de mercadio en aras de Toyota, Honda, Nissan, etc.
Chrysler ya ha informado a 800 empleados en Canadá que los despidos comenzarán en marzo, indicó Renschler. En total, la sección de vehículos comerciales tiene unos 25.330 trabajadores en sus once plantas norteamericanas.