<p>Sergio Marchionne, director gerente de la automotriz italiana, señaló que “esta compañía no se saldrá de la alianza, si la justicia retiene las actuaciones más allá del vencimiento”. Los acreedores litigantes interpusieron este martes un recurso contra el acuerdo, pero luego admitieron que la movida de Marchionne le restaba apuro a su petición.<br />
<br />
Sean consistentes o no, argumentos y testimonios empleados por Chrysler para acelerar la causa, pierden asidero tras la decisión de Fiat, confirmada por el presidente de junta, Luca Cordero Montezemolo. Ello debido a que los italianos no se retirarán si el 15 vence el plazo sin novedades judiciales.<br />
<br />
Las marcas Dodge, Chrysler o Jeep quedarán –quizá junto con el PT Cruiser- como activos de una futura empresa manejada por Fiat. Su objeto es volver a competir en los mercados, norteamericano e internacional, una vez emergente de la quiebra negociada abierta el 30 de abril.<br />
<br />
El lunes, Ruth Bader Ginsburg –miembro de la SC- había bloqueado las ventas de activos remanentes “hasta nuevas instrucciones”. Fue una efímera victoria para los acreedores titulizados; o sea, los bonistas. Ante ellos se alzaba, hasta las oportunas declaraciones de Marchionne, la férrea voluntad de Barack Obama, puesta en evidencia ya con el caso General Motors.</p>
<p> </p>
Chrysler: acreedores piden que la justicia no se apure
Un grupo de acreedores solicitó a la Corte Suprema que deseche gestiones para frenar la bancarrota y no acelere la revisión en segunda instancia. Por su parte, Fiat aclaró que no abandonaría el acuerdo aun cuando expire el plazo, el miércoles 15.