Ayer, la CFC aprobó el atenuamiento de normas sobre compra, propiedad y
control de medios en Estados Unidos. Esto es una luz verde para que grupos como
News Corporation (Murdoch), Viacom o Tribune Company se lancen a absorber más
televisoras y periódicos locales. La propuesta de Michael Powell -presidente
de la CFC e hijo del secretario de Estado- obtenía los dos votos oficialistas,
pero los dos votos demócratas se oponían y, por ende, desempató
Powell. Una acción similar, meses atrás en la Securities & Exchange
Commission, le costó el cargo a su jefe, Harvey Pitt.
Las empresas beneficiadas habían hecho un intenso cabildeo esgrimiendo
el único argumento más o menos sustancial: necesitan comprar más
“bocas de expendio” para seguir compitiendo con cadenas nacionales de
cable y satélite. Pero, curiosamente, el beneficiario clave, Murdoch, acaba
de adquirir DirecTV.
Tachadas de “antiguas” por Powell, las normas que se modifican datan
de 1975 a 1996 y limitaban los alcances de los grupos mediáticos, para
promover competencia y pluralismo, especialmente en noticias y opinión.
Ninguno de ambos objetivos es compartido por el gobierno de George W. Bush -que,
amén de ejercer censura indirecta, fabricó noticias para hacer acción
psicológica, con la complicidad de varios medios- y, por el contrario,
consolida el estilo intolerante y patriotero de la cadena Murdoch.
Los opositores a la acción de la CFC incluyen la Unión de Consumidores
(abarca usuarios, abonados y espectadores) y nadie menos que Edward “Ted”
Turner, fundador de TNT-CNN. “Estas lamentables reformas acentuarán
la concentración de medios y facilitarán las presiones del gobierno
sobre la libertad de información y opinión”, sostuvo anoche
quien todavía es importante accionista del grupo AOL Time Warner.
Sobre el tema, Turner recordó que, durante la reciente guerra, “CNN
se plegó a una campaña auspiciada desde Washington y perdió
crédito, audiencia y avisos. Por el contrario, un canal público
británico (alude a BBCWorld) exhibió una cubertura ejemplar y sin
compromisos”.
“Demasiado pocos controlan ya demasiado espacio y no es bueno para la democracia.
Si esto se profundiza, dentro de algunos años Murdoch podría el
Silvio Berlusconi de EE.UU.”, afirmaba Jesse Jackson, cabeza de una influyente
entidad de derechos civiles. “Menos mal que Murdoch todavía es australiano…”
Ayer, la CFC aprobó el atenuamiento de normas sobre compra, propiedad y
control de medios en Estados Unidos. Esto es una luz verde para que grupos como
News Corporation (Murdoch), Viacom o Tribune Company se lancen a absorber más
televisoras y periódicos locales. La propuesta de Michael Powell -presidente
de la CFC e hijo del secretario de Estado- obtenía los dos votos oficialistas,
pero los dos votos demócratas se oponían y, por ende, desempató
Powell. Una acción similar, meses atrás en la Securities & Exchange
Commission, le costó el cargo a su jefe, Harvey Pitt.
Las empresas beneficiadas habían hecho un intenso cabildeo esgrimiendo
el único argumento más o menos sustancial: necesitan comprar más
“bocas de expendio” para seguir compitiendo con cadenas nacionales de
cable y satélite. Pero, curiosamente, el beneficiario clave, Murdoch, acaba
de adquirir DirecTV.
Tachadas de “antiguas” por Powell, las normas que se modifican datan
de 1975 a 1996 y limitaban los alcances de los grupos mediáticos, para
promover competencia y pluralismo, especialmente en noticias y opinión.
Ninguno de ambos objetivos es compartido por el gobierno de George W. Bush -que,
amén de ejercer censura indirecta, fabricó noticias para hacer acción
psicológica, con la complicidad de varios medios- y, por el contrario,
consolida el estilo intolerante y patriotero de la cadena Murdoch.
Los opositores a la acción de la CFC incluyen la Unión de Consumidores
(abarca usuarios, abonados y espectadores) y nadie menos que Edward “Ted”
Turner, fundador de TNT-CNN. “Estas lamentables reformas acentuarán
la concentración de medios y facilitarán las presiones del gobierno
sobre la libertad de información y opinión”, sostuvo anoche
quien todavía es importante accionista del grupo AOL Time Warner.
Sobre el tema, Turner recordó que, durante la reciente guerra, “CNN
se plegó a una campaña auspiciada desde Washington y perdió
crédito, audiencia y avisos. Por el contrario, un canal público
británico (alude a BBCWorld) exhibió una cubertura ejemplar y sin
compromisos”.
“Demasiado pocos controlan ya demasiado espacio y no es bueno para la democracia.
Si esto se profundiza, dentro de algunos años Murdoch podría el
Silvio Berlusconi de EE.UU.”, afirmaba Jesse Jackson, cabeza de una influyente
entidad de derechos civiles. “Menos mal que Murdoch todavía es australiano…”