Su versión actual, de hecho, es más liviana y menos consumidora de combustible que el modelo clásico (éste data de 1974). Por supuesto, la propia marca 747 es más conocida en el mundo que su competidora transtlántica. Eso pesa en marketing y publicidad.
Afectados por los continuos problemas del A380, sin duda –para los usuarios, o sea las aerolíneas- el 747-8 parece una opción más segura. Así opinan analistas en Estados Unidos, la Eurozona y Latinoamérica.
Obviamente, “los marquetineros de Boeing no han perdido tiempo”, señala Caris & Co., consultoría que evalúa acciones de la compañía norteamericana.
“La empresa ha estado fabricando esta línea durante más de treinta años y, por supuesto, se siente muy cómoda con ella. Igual que los clientes”.
James McNerney, presidente ejecutivo, ha comenzado a analizar aumentos de producción, para aprovechar los tropezones de Airbus. Todavía segunda tras loa europeos, Boeing acumula este año el doble de las órdenes obtenidas por Airbus. Aparte, tiene ventas cerradas hasta mediados de 2008.
Existe un riesgo: las líneas de armado pueden colapsar si McNerney recaliente la producción. En un mercado como el de estos aviones, que representa US$ 60.000 millones a anuales, el ganador suele ser la firma que logra evitar problemas en el desarrollo y la fabricación de nuevos diseños. A fines de los 90, Boeing se dio con lo que Airbus afronta ahora.
Por eso, la compañía de Chicago ha resistido tentaciones de elevar producciòn más allá de cierto límite. “Seguimos acompañando las tendencias del negocio”, sostiene el vocero Peter Conte. No obstante, “no vamos a dar detalles sobre nuestras discusiones con clientes. Pero la crisis del A380 modifica el panorama”. Ahora bien, como se pregunta Caris, “realmente, ¿el mundo necesita algo más grande que el 747?”
Su versión actual, de hecho, es más liviana y menos consumidora de combustible que el modelo clásico (éste data de 1974). Por supuesto, la propia marca 747 es más conocida en el mundo que su competidora transtlántica. Eso pesa en marketing y publicidad.
Afectados por los continuos problemas del A380, sin duda –para los usuarios, o sea las aerolíneas- el 747-8 parece una opción más segura. Así opinan analistas en Estados Unidos, la Eurozona y Latinoamérica.
Obviamente, “los marquetineros de Boeing no han perdido tiempo”, señala Caris & Co., consultoría que evalúa acciones de la compañía norteamericana.
“La empresa ha estado fabricando esta línea durante más de treinta años y, por supuesto, se siente muy cómoda con ella. Igual que los clientes”.
James McNerney, presidente ejecutivo, ha comenzado a analizar aumentos de producción, para aprovechar los tropezones de Airbus. Todavía segunda tras loa europeos, Boeing acumula este año el doble de las órdenes obtenidas por Airbus. Aparte, tiene ventas cerradas hasta mediados de 2008.
Existe un riesgo: las líneas de armado pueden colapsar si McNerney recaliente la producción. En un mercado como el de estos aviones, que representa US$ 60.000 millones a anuales, el ganador suele ser la firma que logra evitar problemas en el desarrollo y la fabricación de nuevos diseños. A fines de los 90, Boeing se dio con lo que Airbus afronta ahora.
Por eso, la compañía de Chicago ha resistido tentaciones de elevar producciòn más allá de cierto límite. “Seguimos acompañando las tendencias del negocio”, sostiene el vocero Peter Conte. No obstante, “no vamos a dar detalles sobre nuestras discusiones con clientes. Pero la crisis del A380 modifica el panorama”. Ahora bien, como se pregunta Caris, “realmente, ¿el mundo necesita algo más grande que el 747?”