Blackstone Group subió la oferta, por segunda vez, a US$ 55,50 la acción, cuando 12% de accionistas se manifestaban en favor de Vornado. Amén de apenas cuatro centavos superior a esta propuesta, el nuevo intento desconoce un compromiso adoptado por el fondo especulativo la semana pasada: no continuar la puja.
El golpe surtió efecto. Administradores de carteras tan oportunistas como Urdang Securities (tiene dos millones de títulos EOP) y otros se pasaron de Vornado a BG. Más tarde, Vornado se retiró. Esto pone al fondo privado al borde de quedarse con 540 edificios, mientras en Estados Unidos se prolonga una burbuja cifrada en alquileres comerciales (ajena a la residencial, que está en declive).
En realidad, el propio directorio de EOP operaba para Blackstone. El 31 de enero, Vornado hizo una oferta mayor a la nueva de su rival, pero combinando efectivo y acciones. Samuel Zell, presidente de junta, la rechazó el 1 de febrero. Pero, el 30, BG afirmaba no estar dispuesto a mejorar su propia propuesta.
Obviamente, como sospechan analistas neoyorquinos, los directores temen que la burbuja de alquileres esté a punto de pincharse y prefieran pájaro (efectivo) en mano. Sucede que la oferta de Vornado exigiría cuatro a seis meses para completarse. En el ínterim, señala el directorio, “todo quedaría librado a contingencias”. Como se sabe, aunque esté de moda suponer que la economía vive un gran momento, nadie arriesga pronósticos más allá de un trimestre (ni siquiera la Reserva Federal).
Hay otro detalle: Blackstone ha estado actuando como administrador de hecho en varios edificios de Equity Ofice Properties, función poco compatible con las normales de un fondo privado. Ello resulta del acuerdo original de fusión entre ambos (19 de noviembre), que le dio a BG derecho a aprobar alquileres nuevos o renovados sobre más de 4.500 m2.
Blackstone Group subió la oferta, por segunda vez, a US$ 55,50 la acción, cuando 12% de accionistas se manifestaban en favor de Vornado. Amén de apenas cuatro centavos superior a esta propuesta, el nuevo intento desconoce un compromiso adoptado por el fondo especulativo la semana pasada: no continuar la puja.
El golpe surtió efecto. Administradores de carteras tan oportunistas como Urdang Securities (tiene dos millones de títulos EOP) y otros se pasaron de Vornado a BG. Más tarde, Vornado se retiró. Esto pone al fondo privado al borde de quedarse con 540 edificios, mientras en Estados Unidos se prolonga una burbuja cifrada en alquileres comerciales (ajena a la residencial, que está en declive).
En realidad, el propio directorio de EOP operaba para Blackstone. El 31 de enero, Vornado hizo una oferta mayor a la nueva de su rival, pero combinando efectivo y acciones. Samuel Zell, presidente de junta, la rechazó el 1 de febrero. Pero, el 30, BG afirmaba no estar dispuesto a mejorar su propia propuesta.
Obviamente, como sospechan analistas neoyorquinos, los directores temen que la burbuja de alquileres esté a punto de pincharse y prefieran pájaro (efectivo) en mano. Sucede que la oferta de Vornado exigiría cuatro a seis meses para completarse. En el ínterim, señala el directorio, “todo quedaría librado a contingencias”. Como se sabe, aunque esté de moda suponer que la economía vive un gran momento, nadie arriesga pronósticos más allá de un trimestre (ni siquiera la Reserva Federal).
Hay otro detalle: Blackstone ha estado actuando como administrador de hecho en varios edificios de Equity Ofice Properties, función poco compatible con las normales de un fondo privado. Ello resulta del acuerdo original de fusión entre ambos (19 de noviembre), que le dio a BG derecho a aprobar alquileres nuevos o renovados sobre más de 4.500 m2.