<p>Estrictamente, “valor en libros” significa efectivo, existencias, inmuebles y propiedad intelectual, descontando obligaciones. “El mercado no le tiene fe a su actual modelo de negocios y lo pone de manifiesto” señala Niraj Monga, de la consultoría <em>Veritas Investment Research</em>.<br />
<br />
El analista recomienda vender la acción. A su juicio, “hay 50% de probabilidades de que el papel quede a menos de US$ 10 en doce meses”. Su participación en el mercado cedió a 9,2% en el tercer trimestre, cuando un año antes estaba en 24%. Esto indica que “los usuarios prefieren los celulares de Apple, Samsung o la taiwanesa HTC”, afirma otra consultoría, <em>Canalys</em>.<br />
<br />
Este abrupto declive implica presiones para que RIM reestructure su cúpula ejecutiva. También hace que inversoras como <em>Jaguar Financial </em>sugieran dividir la compañía en unidades autónomas, intentar una fusión o directamente ponerse en venta.<br />
“Si algún fondo extrabursátil se interesara en tomar la empresa, el valor en libros sería una referencia útil para deducir el precio que obtendría por sus activos”. Así estima Matthew Thornton, de <em>Avian Securities</em>.<br />
<br />
En cuanto va del año hasta el martes, el título de RIM había cedido 67%. Ello redujo a US$ 10.100 millones la capitalización bursátil, apenas por encima del valor en libros (US$ 9.920 millones) al cerrar su último trimestre contable (fin de agosto). En ese lapso, había ganado sólo US$ 329 millones, el mismo en cuatro ejercicios.<br />
<br />
Entretanto, las acciones de la finesa Nokia –venía perdiendo participación en el mercado de celulares inteligentes- se ubican en apenas 1,4% sobre su propio valor en libros. Hace poco, tras archivar el sistema operativo Symbian (sonaba a “simio”), llegó a acuerdo con Microsoft para correr los dispositivos Nokia en la plataforma Windows móvil. <br />
</p>
Blackberry: menor valor que en libros
La acción perforó su propio piso por vez primera en nueve años. Obviamente, los inversores consideran que Research In Motion -la fabricante – vale menos que sus bienes, patentes y otros activos. El papel se desplomaba a media tarde 3,6%, a US$ 18,60.