Bayer tiene problemas jurídicos y dudas sobre su futuro

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Siguen los problemas en el negocio farmoquímico mundial. Ahora, se multiplican demandas contra Bayer, centradas en Lipobay o Baycol, un específico para tratar el colesterol. También hay dudas sobre la suerte de una firma que tiene ya 140 años.

Desde la última semana de febrero, se han radicado cientos de nuevos pleitos
de pacientes ex usuarios y la empresa teme que su número haya llegado a
cerca de ocho mil. Según estudios jurídicos involucrados, esa masa
puede seguir creciendo porque, antes de ser retirado en agosto de 2001, unas 700.000
personas eran tratadas con Lipobay en Estados Unidos.

Bayer sacó el medicamento de plaza debido a cincuenta fallecimientos
atribuidos a sus efectos colaterales. Ahora, algunos expertos en derecho estiman
en unos US$ 5.000 millones la suma total que debiera apagar el grupo alemán
para arreglar los litigios en forma extrajudicial. Parece grande, pero ese monto
empalidece ante los US$ 14.000 millones que Wyeth tuvo que congelar en previsión
de demandas contra un específico dietético retirado en 1997.

Pero, a diferencia de Wyeth entonces, hoy Bayer está tratando de salvar
el negocio vendiendo el control del paquete. Su problema es que casi la mitad
de las ventas se compone de productos cuyas patentes se hallan a punto de expirar.
La farmoquímica no ha invertido mucho en investigación y desarrollo
durante años, por lo cual carece de compuestos listos para salir al mercado.
Salvo Levitra, una droga contra la impotencia masculina creada en sociedad con
GlaxoSmithKline.

En el caso Lipobay/Baycol, resta averiguar cuánto sabían los
ejecutivos sobre sus efectos en ciertas patologías, mientras convertían
el específico en un motor de ventas. El tema será abordado, en
pocos, por un tribunal en Tejas. Mientras, Bayer ha abonando 450 indemnizaciones
extrajudiciales desde agosto, a un promedio de US$ 280.000 por demanda, por
un total de US$ 125 millones.

Desde la última semana de febrero, se han radicado cientos de nuevos pleitos
de pacientes ex usuarios y la empresa teme que su número haya llegado a
cerca de ocho mil. Según estudios jurídicos involucrados, esa masa
puede seguir creciendo porque, antes de ser retirado en agosto de 2001, unas 700.000
personas eran tratadas con Lipobay en Estados Unidos.

Bayer sacó el medicamento de plaza debido a cincuenta fallecimientos
atribuidos a sus efectos colaterales. Ahora, algunos expertos en derecho estiman
en unos US$ 5.000 millones la suma total que debiera apagar el grupo alemán
para arreglar los litigios en forma extrajudicial. Parece grande, pero ese monto
empalidece ante los US$ 14.000 millones que Wyeth tuvo que congelar en previsión
de demandas contra un específico dietético retirado en 1997.

Pero, a diferencia de Wyeth entonces, hoy Bayer está tratando de salvar
el negocio vendiendo el control del paquete. Su problema es que casi la mitad
de las ventas se compone de productos cuyas patentes se hallan a punto de expirar.
La farmoquímica no ha invertido mucho en investigación y desarrollo
durante años, por lo cual carece de compuestos listos para salir al mercado.
Salvo Levitra, una droga contra la impotencia masculina creada en sociedad con
GlaxoSmithKline.

En el caso Lipobay/Baycol, resta averiguar cuánto sabían los
ejecutivos sobre sus efectos en ciertas patologías, mientras convertían
el específico en un motor de ventas. El tema será abordado, en
pocos, por un tribunal en Tejas. Mientras, Bayer ha abonando 450 indemnizaciones
extrajudiciales desde agosto, a un promedio de US$ 280.000 por demanda, por
un total de US$ 125 millones.

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