<p>Las entregas de las industrias a los concesionarios en Estados Unidos posiblemente hayan marcado un volumen anualizado de 11.600.000 unidades. Vale decir, el piso desde septiembre de 1982, según la consultoría especializada AutoInfoBank. Ese ritmo resulta 18% inferior a los 14.200.000 de hace un años, cuando el gobierno federal lanzaba el programa “fierros por efectivo” e incentivaba el canje de modelos.<br />
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“Caen las ventas de viviendas, la bolsa se tambalea, la desocupación roza 9,6% de la población activa y vacila la confianza del público en la economía real”, subraya el analista Jesse Toprak, del sitio TrueCar.com. “La gente no se anima a efectuar compras importantes porque no está segura de mantener empleo o valor de sus viviendas”. <br />
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Si bien las automotrices elevaron 1% los descuentos entre julio y agosto, a una media de US$ 2.864 por vehículo, las ventas a particulares cedieron alrededor de 7% en el mes. Los clientes potenciales no entran en las concesionarias porque saben que las ventas inmobiliarias cayeron 27% en julio y lo interpretan como signo de una recesión tipo W. En suma, creen que les conviene esperar hasta que los valores de vehículos –hoy en torno de US$ 25.000 por unidad- sigan ese camino.<br />
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En medio de esos síntomas, la Conference Board –entidad privada de mediciones económicas- señala que su índice de confianza pública a tres/seis meses mejoró 1,05% en agosto, de 51 a 53,5 puntos. No obstante, menos personas y empresas ven el mes con perfil laboral positivo.<br />
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Autos: el peor mes en 28 años, a pesar de los descuentos
En agosto, probablemente, la compra de vehículos modelo 2010 haya marcado el mínimo en veintiocho años. Al cierre de esas ventas, ni las nuevas rebajas lograban quebrar la reticencia del público, originada en temores sobre la economía y el empleo.