Ese sesgo explica por qué en Estados Unidos vienen desapareciendo decenas de millares de puestos laborales en la industria, aunque haya una especie de ”miniauge” exportador. Si bien las ventas de materias primas, en esencia agrícolas, son bienvenidas, no funcionan como sostén de una potencia económica. “Los datos históricos lo señalan claramente: los auges de exportaciones primarias no duran, Como lo sabe cualquier país periférico, esas ondas pasan, aun tratándose de hidrocarburos”, apunta el Economic Policy Institute, allegado a medios gremiales. <br />
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<p>La clave es fácil de detectar. En tanto un avión Boeing, un tractor Caterpillar o un auto Ford son productos distintivos, irrepetibles, el maíz cultivado en Iowa es intercambiable por el de Argentina. “En el largo plazo –señala el informe-, las materias primas contribuyen muy poco al crecimiento de las exportaciones.</p>
<p>Este año, sin duda. La venta al exterior de rubros sin gran valor agregado ha sido ayudada por el alza de precios, especialmente en granos, y –hasta julio- también por el largo repliegue del dólar, que reducía el costo de productos norteamericanos en otras monedas. Ambas tendencias parecen hoy aflojar, dando la impresión de que el auge de exportaciones primarias no es para siempre.</p>
<p>Lo que sorprende a expertos como Robert Thompson (universidad de Illinois) es que “hayamos podido elevar apreciablemente ventas al exterior del mismo maíz empleado para producir etanol. Al mismo tiempo, reducíamos la proporción destinada a alimentar animales”.</p>
<p>De acuerdo con la oficina federal de análisis económico, el conjunto de exportaciones de bienes y servicios en el primer semestre aumentaron en US$ 52.000 millones anuales. Los rubros primarios aportaban 41% de la expansión, contra 30% en servicios y apenas 12% en manufacturas (excluyendo armas).</p>
<p>Semejante disparidad no es normal, dado que la industria suele aportar 40% en exportaciones y solo 26% en productos sin valor agregado. Desde que existen estas estadísticas (1977), las materias primas nunca superaron a la manufactura dos trimestres seguidos.</p>
<p>La menor demanda mundial explica parte de la declinación en ventas industriales. Pero los propios empresarios admiten que su capacidad exportadora ha sido socavada al mudar más y más producción a terceros países. Llevarla de nuevo a Estados Unidos implicaría desmantelar redes globales enteras, construidas sin prisa ni pausa durante los últimos veinticinco años. Resulta claro el contrate con los rubros primarios, imposibles de tercerizar en cualquier lado.</p>
<p>Muchos industriales y consultores –algo fundamentalistas- sostienen que, a medida como las plantas se desparraman por el planeta, exportar no será un recurso efectivo para competir con fabricantes locales cada vez más numerosos y complejos. Por otra parte, mientras compañías norteamericanas se instalen –verbigracia en China-, presionarán a sus proveedores para acompañarlas. Por supuesto, esta visión eufórica del futuro no tiene en cuenta el destino de la mano de obra en las economías centrales.</p>
Auge exportador: beneficia al agro norteamericano, no a la industria
Las ventas al exterior brillan este año en una economía otrosí pálida. Pero el mundo no compra aviones, autos o maquinaria estadounidense. Pero sí productos primarios -maíz, trigo, etc.-, minerales y hasta chatarra.