sábado, 14 de diciembre de 2024

Argentina beneficiada por la venta de energía a Brasil

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Así lo explicaron los directivos de la Asociación de Generadores de Energía de la República Argentina (AGEERA) durante una audiencia pública convocada el pasado 31 de enero por el ENRE.

A través de su presidente, el ingeniero Ernesto Badaraco, AGEERA dejó planteada su posición frente al mercado eléctrico, ya que según el directivo “en un momento en el cual el comercio internacional crece a tasas hasta 2 ó 3 veces superiores al crecimiento de la actividad económica de cada país, discutir si es o no conveniente la exportación de energía carece de toda relevancia como nos demuestra la experiencia internacional”.

“La exportación de un dólar por año de energía eléctrica –agregó- implica la inversión previa de más de US$ 3 en el mercado argentino, en centrales eléctricas, en yacimientos de gas y en la construcción de gasoductos y líneas de transporte. Es claro el beneficio en mayor infraestructura para la economía Argentina”.

De acuerdo a esto, el rápido crecimiento que parecería tener la exportación de energía eléctrica desde la Argentina, no solamente contribuye a mejorar la balanza comercial sino también -a través del impulso a la inversión externa directa que en lugar de dirigirse a Brasil opta en este caso por instalarse en la Argentina-, contribuye al equilibrio de la balanza de pagos en un momento en el cual este aspecto es fundamental para reducir el riesgo país y con él reducir la tasa de interés interna, aumentando la competitividad de los restantes sectores industriales.

Un dato adicional es que los vínculos eléctricos a través de la frontera generan mayor estabilidad en el Sistema Eléctrico Nacional evitando problemas de calidad o interrupciones de servicio: De ello existen antecedentes como el del día 21 de octubre de 2000 cuando se importaron 150 MW desde Brasil para mitigar los cortes de energía derivados de la caída de líneas.

Existen, además, consecuencias indirectas de la exportación que por razones técnicas de la regulación nacional han conducido a un leve incremento, no mayor a 2%, del precio pagado por los clientes en el noreste argentino, por las mismas razones técnicas que en su momento redujeron los precios mayoristas a los que compraba el distribuidor en la zona a partir de la puesta en marcha la central hidroeléctrica Yacyretá.

Badaraco destacó que “este reducido incremento que ha sido criticado y objeto de presentaciones de tipo judicial, conduce para esas mismas provincias a un incremento de regalías que son de un monto superior al valor del incremento en las tarifas. Es decir que existe un efecto económico neto positivo para esa región”.

Contradictoriamente, el precio de la energía que están pagando actualmente los consumidores finales en las mencionadas áreas parecería que en algunos casos no ha mostrado una reducción proporcional a la que tuvo lugar en el Mercado Mayorista.

Además de no haberse reducido proporcionalmente a la baja de precios mayoristas, los precios en esa zona son en muchos casos muy superiores a los precios existentes en los ya citados mercados desarrollados.

De acuerdo a los análisis realizados, los distribuidores y los clientes de la región pueden tomar la opción de dejar de lado la volatilidad y la incertidumbre relacionadas con ese intercambio de energía eléctrica en el exterior firmando contratos de largo plazo.

La contratación a largo plazo ha sido vista en estas semanas por el gobierno de Estados Unidos como la alternativa de solución para California, donde los precios se han incrementado 800%.

“No vemos por qué razón no puede ser también ésta una solución útil donde las modificaciones no alcanzan a 10% en el precio mayorista y mucho menos a los clientes finales donde el precio no se incrementa ni 2%”, enfatizó el Presidente de AGEERA.

Badaraco agregó que “el tema de la exportación es un tema central para la Argentina en su conjunto y que están dispuestos a colocar la totalidad de sus recursos técnicos a disposición de la región nordeste argentina, de sus empresas distribuidoras y de los clientes de estas empresas, para diseñar un mecanismo alternativo que pueda ser presentado a la Secretaría de Energía con el objeto de evitar que el intercambio de energía tenga algún efecto indirecto que no sea un resultado neto totalmente positivo para esa región”.

A través de su presidente, el ingeniero Ernesto Badaraco, AGEERA dejó planteada su posición frente al mercado eléctrico, ya que según el directivo “en un momento en el cual el comercio internacional crece a tasas hasta 2 ó 3 veces superiores al crecimiento de la actividad económica de cada país, discutir si es o no conveniente la exportación de energía carece de toda relevancia como nos demuestra la experiencia internacional”.

“La exportación de un dólar por año de energía eléctrica –agregó- implica la inversión previa de más de US$ 3 en el mercado argentino, en centrales eléctricas, en yacimientos de gas y en la construcción de gasoductos y líneas de transporte. Es claro el beneficio en mayor infraestructura para la economía Argentina”.

De acuerdo a esto, el rápido crecimiento que parecería tener la exportación de energía eléctrica desde la Argentina, no solamente contribuye a mejorar la balanza comercial sino también -a través del impulso a la inversión externa directa que en lugar de dirigirse a Brasil opta en este caso por instalarse en la Argentina-, contribuye al equilibrio de la balanza de pagos en un momento en el cual este aspecto es fundamental para reducir el riesgo país y con él reducir la tasa de interés interna, aumentando la competitividad de los restantes sectores industriales.

Un dato adicional es que los vínculos eléctricos a través de la frontera generan mayor estabilidad en el Sistema Eléctrico Nacional evitando problemas de calidad o interrupciones de servicio: De ello existen antecedentes como el del día 21 de octubre de 2000 cuando se importaron 150 MW desde Brasil para mitigar los cortes de energía derivados de la caída de líneas.

Existen, además, consecuencias indirectas de la exportación que por razones técnicas de la regulación nacional han conducido a un leve incremento, no mayor a 2%, del precio pagado por los clientes en el noreste argentino, por las mismas razones técnicas que en su momento redujeron los precios mayoristas a los que compraba el distribuidor en la zona a partir de la puesta en marcha la central hidroeléctrica Yacyretá.

Badaraco destacó que “este reducido incremento que ha sido criticado y objeto de presentaciones de tipo judicial, conduce para esas mismas provincias a un incremento de regalías que son de un monto superior al valor del incremento en las tarifas. Es decir que existe un efecto económico neto positivo para esa región”.

Contradictoriamente, el precio de la energía que están pagando actualmente los consumidores finales en las mencionadas áreas parecería que en algunos casos no ha mostrado una reducción proporcional a la que tuvo lugar en el Mercado Mayorista.

Además de no haberse reducido proporcionalmente a la baja de precios mayoristas, los precios en esa zona son en muchos casos muy superiores a los precios existentes en los ya citados mercados desarrollados.

De acuerdo a los análisis realizados, los distribuidores y los clientes de la región pueden tomar la opción de dejar de lado la volatilidad y la incertidumbre relacionadas con ese intercambio de energía eléctrica en el exterior firmando contratos de largo plazo.

La contratación a largo plazo ha sido vista en estas semanas por el gobierno de Estados Unidos como la alternativa de solución para California, donde los precios se han incrementado 800%.

“No vemos por qué razón no puede ser también ésta una solución útil donde las modificaciones no alcanzan a 10% en el precio mayorista y mucho menos a los clientes finales donde el precio no se incrementa ni 2%”, enfatizó el Presidente de AGEERA.

Badaraco agregó que “el tema de la exportación es un tema central para la Argentina en su conjunto y que están dispuestos a colocar la totalidad de sus recursos técnicos a disposición de la región nordeste argentina, de sus empresas distribuidoras y de los clientes de estas empresas, para diseñar un mecanismo alternativo que pueda ser presentado a la Secretaría de Energía con el objeto de evitar que el intercambio de energía tenga algún efecto indirecto que no sea un resultado neto totalmente positivo para esa región”.

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