miércoles, 30 de abril de 2025

Alstom sigue los pasos de Siemens en materia de repartir sobornos

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Francia y Suiza hacen punta abriendo investigaciones sobre cientos de millones de euros distribuidos en Latinoamérica, Asia occidental, meridional y sudoriental. De 1995 a 2003, el gigante galo parecía emular al teutón.

En realidad, los sumarios contra Siemens continúan dando vueltas en Alemania, Suiza, Italia y otras jurisdicciones. Ahora se suma el caso Alstom, firma conocida en Argentina por un proyecto tan caro como poco útil, el tren bala a Rosario, Santa Fe y Córdoba. Pero este proyecto data de 2007 y no está incluido en las indagaciones sobre negocios turbios.

Hasta el momento, los fiscales de Berna, París y Luxemburgo (Unión Europea) tienen en la mira la ambiciosa ampliación de los subterráneos paulistas, la usina hidroeléctrica de Itá (ambos en Brasil), una red de subestaciones en Singapur, otra en Claritas (Venezuela), etcétera.

Alstom vende insumos, maquinaría, ingeniería y vehículos de varios tipos. Por ejemplo, trenes de alta velocidad para el subte de Nueva York o los ferrocarriles italianos. En rigor, su principal rival es Siemens, a la cual le han descubierto pagos de sobornos por € 1.300 millones alrededor del mundo.

Con dos diferencias: en Alstom tiene acciones el omnipresente estado francés y las malas costumbres de su competidora datan de mucho antes, En los años 70 y 80, por ejemplo, sus ejecutivos manejaban a militares y gremialistas argentinos vinculados a la ex ENTel.

Pero este tipo de problemas era común desde los años 50 entre grandes empresas de Europa occidental. Recién en 1997, la ultraortodoxa Organización pro Cooperación para Desarrollo Económico (OCDE) solicitó formalmente a sus 24 miembros –los países más ricos- vedar ese tipo de maniobras corruptoras.

Los sobornos en proyectos brasileños parecen sumar hasta el momento unos U$S 245 millones. Faltan números sobre Singapur, Indonesia, India, Tailandia, etc. Alstom acaba de reconocer que sus oficinas europeas han sido allanadas el último fin de semana. Pero eso no es fácil en Caracas, dadas las características del régimen venezolano, similares –en algunos sentidos- al contexto argentino.

Las investigaciones sobre Alstom empezaron en 2004. Por entonces, los auditores de KPMG Fides Peat (Zürich) actuaban con la comisión suiza de valores. Juntos, encontraron la punta del ovillo: € 20 millones transferidos desde París a firmas fantasmas registradas en Ginebra y Vaduz (Liechtenstein). El escándalo Siemens había estallado de forma similar.

En Francia, el asunto podría ir más lejos. Antes de sancionarse la ley anticorrupción (2000), París permitía a las empresas deducir de impuestos comisiones por hasta 7,5% de cada negocio en el exterior, si esos pagos se declaraban a la autoridad tributaria. Pero, al parecer, Alstom canalizó parte de ese dinero vía cuentas anónimas a paraísos fiscales ¿Por qué? Porque los funcionarios y políticos brasileños, venezolanos o indonesios exigian “coimas” superiores a 15º 20% para poner la firma.

Para peor, en 2004 el actual presidente, Nicolas Sarkozy, era ministro de hacienda y debió armar un costoso rescate de Alstom. Su división equipamiento estaba pésimamente manejada y el “fondo pro sobornos en el extranjero” pasaba de € 500 millones.

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