La crisis de Alitalia se inicia el 22 de mayor de 2006, con una proliferación de rojos que, a junio último, suman € 1.034 millones. La compañía de bandera tiene una capitalización bursátil apenas superior: 1.172 millones.
El 30 de noviembre, con Giancarlo Cimoli todavía como director ejecutivo, el ministro de economía, Tommaso Padoa-Schioppa, resuelve iniciar el proceso de semiprivatización y abrir un concurso por 30,3% del paquete. Esta parte sube a 39% y finalmente a 49,9% del paquete.
Al terminar enero de 2007, ya con Libonati como número uno, la carrera arranca con cinco ofertas: AirOne, Aeroflot, Texas Pacific group, Matlin (otro fondo de compras apalancadas) y Carlo de Benedetti. Este perfil se confirma el 8 de marzo pero, entre el 19 de mayo y mediados de julio, va abandonando el campo un interesado tras otro. Capota la privatización y cae Libonati.
|
Era inevitable que la nueva cúpula tuviese un cometido duro: desmontar y vender la complicada maquinaria empresaria creada por Cimoli en tiempos de Silvio Berlusconi. En el proceso naufragó el sueño de mantener una línea de bandera. Ahora, acechan Lufthansa, AirFrance-KLM, British Airways y, por supuesto, Aeroflot.
La crisis de Alitalia se inicia el 22 de mayor de 2006, con una proliferación de rojos que, a junio último, suman € 1.034 millones. La compañía de bandera tiene una capitalización bursátil apenas superior: 1.172 millones.
El 30 de noviembre, con Giancarlo Cimoli todavía como director ejecutivo, el ministro de economía, Tommaso Padoa-Schioppa, resuelve iniciar el proceso de semiprivatización y abrir un concurso por 30,3% del paquete. Esta parte sube a 39% y finalmente a 49,9% del paquete.
Al terminar enero de 2007, ya con Libonati como número uno, la carrera arranca con cinco ofertas: AirOne, Aeroflot, Texas Pacific group, Matlin (otro fondo de compras apalancadas) y Carlo de Benedetti. Este perfil se confirma el 8 de marzo pero, entre el 19 de mayo y mediados de julio, va abandonando el campo un interesado tras otro. Capota la privatización y cae Libonati.
|
Era inevitable que la nueva cúpula tuviese un cometido duro: desmontar y vender la complicada maquinaria empresaria creada por Cimoli en tiempos de Silvio Berlusconi. En el proceso naufragó el sueño de mantener una línea de bandera. Ahora, acechan Lufthansa, AirFrance-KLM, British Airways y, por supuesto, Aeroflot.