Un informe del ministerio de infraestructura señala que los activos incluyen 186 aviones. Con 18.000 empleados, la aerolínea cubre 103 destinos en cincuenta países. Pero su capitalización bursátil es baja debido a problemas económicos, financieros y de gestión.
En realidad, la secretaría de hacienda se limitó a dar los nombres de las tres partes. A saber, Aeroflot-Unicredito, Carlo Toto/Air one-Intesa y el grupo más cuestionado por sindicalistas y políticos: Mediobanca con Texas Pacific Group, Matlin (dos fondos que especulan con compras apalancadas).
Al no incluir operadores aéreos, queda claro que esta alianza pagará lo menos posible por Alitalia, le hará emitir deuda para financiar una restructuración y luego la revenderá al mejor postor (¿Lufthansa?). Eso implica decirle adiós a la compañía de bandera, perspectiva nada agradable para el gobierno y parte de la oposición.
Aun después de la confirmación –o no- de las tres ofertas, subsistirán incógnitas. Una se refiere a la autoridad antimonopólica. Ésta tiene hasta fin de octubre para resolver si acepta modificar condiciones impuestas a Alitalia cuando le permitió comprar Volare, una empresa véneta en quiebra (entre cuyos responsables estaba Eduardo Eurnekián). También hay un recurso de Air one, atinente al mismo asunto, que el consejo de estado ha de zanjar el 10 de julio.
Un informe del ministerio de infraestructura señala que los activos incluyen 186 aviones. Con 18.000 empleados, la aerolínea cubre 103 destinos en cincuenta países. Pero su capitalización bursátil es baja debido a problemas económicos, financieros y de gestión.
En realidad, la secretaría de hacienda se limitó a dar los nombres de las tres partes. A saber, Aeroflot-Unicredito, Carlo Toto/Air one-Intesa y el grupo más cuestionado por sindicalistas y políticos: Mediobanca con Texas Pacific Group, Matlin (dos fondos que especulan con compras apalancadas).
Al no incluir operadores aéreos, queda claro que esta alianza pagará lo menos posible por Alitalia, le hará emitir deuda para financiar una restructuración y luego la revenderá al mejor postor (¿Lufthansa?). Eso implica decirle adiós a la compañía de bandera, perspectiva nada agradable para el gobierno y parte de la oposición.
Aun después de la confirmación –o no- de las tres ofertas, subsistirán incógnitas. Una se refiere a la autoridad antimonopólica. Ésta tiene hasta fin de octubre para resolver si acepta modificar condiciones impuestas a Alitalia cuando le permitió comprar Volare, una empresa véneta en quiebra (entre cuyos responsables estaba Eduardo Eurnekián). También hay un recurso de Air one, atinente al mismo asunto, que el consejo de estado ha de zanjar el 10 de julio.