Alitalia deprecia activos y el gobierno vende el paquete entero

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La compañía revisó el balance 2006. Al depreciar en € 197 millones la flota, el rojo pasa a 626 millones. Ya el primer trimestre de 2007 da € 147 millones de déficit. Ahora el gobierno convoca a los gremios, cuya actitud califica de grave.

En verdad, roma tiene motivos para quejarse: el martes bastó el paro dispuesto por un sindicato -con apenas seis afiliados- para que el personal de abordo hiciese suspender 395 vuelos de la compañía. Ahora, Roma contempla vender íntegro su 49,9%. En otras palabras, desembarazarse de Alitalia. Esta decisión puede madurar entre fin de mayo y la asamblea extraordinaria convocada para el 26 de junio.

Los tres postulantes siguen siendo los mismos. Pero los desbordes gremiales (similares a los prevalentes en el subterráneo de Buenos Aires) colmaron la paciencia de Tommaso Padoa-Schioppa, ministro de economía. En un memorando a los tres grupos que deben hacer ofertas en firme en cinco días, el gobierno se muestra dispuesto a ofrecer su 49,9% que, junto a la parte sometida ya a privatización (39,9%), deja sólo 10,2% y, quizás, una “acción de oro”. Sea como fuere, hoy ya se baraja una oferta pública accionaria por 89,8%, vale decir casi todo el paquete (lo cual podría interesar a la renuente AirFrance-KLM).

Se sabe ya que Aeroflot ofrecerá € 1.300 millones contra mil de Texas Pacific Group-Matlin-Mediobanca y 900 millones de AirOne-Intesa-SanPaolo IMI (grupo favorito del gobierno). Pero con un ingrediente social: nada de despidos en Alitalia. Sólo que, de pronto, los sindicatos “piqueteros” parecen ser los principales obstáculos para mantener una línea de bandera así como, en Argentina, lo son para otros servicios públicos y la estabilidad social.

Hasta hace dos semanas, Aeroflot parecía el concurrente con menos posibilidades. Pero sucedieron dos cosas. Primera, los moscovitas sacaron un as de la manga: no despedirán gente. Segunda, otro participante, Unicredito (socio de los rusos) pasó a convertirse en UniCapitalia. No es detalle menor, pues la fusión generará el segundo conglomerado financiero en Europa, o sea del Atlántico a los Urales.

El martes, empero, la situación se le complicó al gobierno italiano, involucrado hasta entonces en una privatización parcial (39,9% del paquete) y renuente a permitir que Alitalia deje de ser línea de bandera. Justamente, la finalidad que persigue la compra apalancada (TPG-Maitlin-Mediobanca). Además, todos saben que Padoa-Schioppa tiene el corazoncito en AirOne-Intesa-SanPaolo. Ahora, la cuestión cambia de eje e implica una privatización total, lisa y llana.

Por otra parte, la oferta rusa implica € 0,70 por papel, 0,30 en obligaciones y € 500 millones de recapitalización. O sea, un total de € 1.300 millones. Ello representa 30% sobre TPG-Maitlin o 44,4% sobre AirOne y sus socios. Pese a todo, varios analistas creen que la preservación de fuentes laborales puede ser clave, especialmente con el “premier” Romano Prodi agobiado por su propia coalición, devenida en un conventillo.

No obstante, una cosa es 39,9% y otra, muy distinta, 89,8%. Pero los problemas no terminan allí. De pronto, aumentan presiones para privatizar 49% de Iberia vía una compra apalancada. Si Alitalia se vende casi completa, tarde o temprano el mercado cuestionará el 51% estatal en el paquete español y, por extensión, sus acuerdos en Latinoamérica. En otras palabras, quizá las pocas líneas de bandera subsistentes no lleguen siquiera a marzo próximo, cuando se abran los cielos sobre el Atlántico norte.

En verdad, roma tiene motivos para quejarse: el martes bastó el paro dispuesto por un sindicato -con apenas seis afiliados- para que el personal de abordo hiciese suspender 395 vuelos de la compañía. Ahora, Roma contempla vender íntegro su 49,9%. En otras palabras, desembarazarse de Alitalia. Esta decisión puede madurar entre fin de mayo y la asamblea extraordinaria convocada para el 26 de junio.

Los tres postulantes siguen siendo los mismos. Pero los desbordes gremiales (similares a los prevalentes en el subterráneo de Buenos Aires) colmaron la paciencia de Tommaso Padoa-Schioppa, ministro de economía. En un memorando a los tres grupos que deben hacer ofertas en firme en cinco días, el gobierno se muestra dispuesto a ofrecer su 49,9% que, junto a la parte sometida ya a privatización (39,9%), deja sólo 10,2% y, quizás, una “acción de oro”. Sea como fuere, hoy ya se baraja una oferta pública accionaria por 89,8%, vale decir casi todo el paquete (lo cual podría interesar a la renuente AirFrance-KLM).

Se sabe ya que Aeroflot ofrecerá € 1.300 millones contra mil de Texas Pacific Group-Matlin-Mediobanca y 900 millones de AirOne-Intesa-SanPaolo IMI (grupo favorito del gobierno). Pero con un ingrediente social: nada de despidos en Alitalia. Sólo que, de pronto, los sindicatos “piqueteros” parecen ser los principales obstáculos para mantener una línea de bandera así como, en Argentina, lo son para otros servicios públicos y la estabilidad social.

Hasta hace dos semanas, Aeroflot parecía el concurrente con menos posibilidades. Pero sucedieron dos cosas. Primera, los moscovitas sacaron un as de la manga: no despedirán gente. Segunda, otro participante, Unicredito (socio de los rusos) pasó a convertirse en UniCapitalia. No es detalle menor, pues la fusión generará el segundo conglomerado financiero en Europa, o sea del Atlántico a los Urales.

El martes, empero, la situación se le complicó al gobierno italiano, involucrado hasta entonces en una privatización parcial (39,9% del paquete) y renuente a permitir que Alitalia deje de ser línea de bandera. Justamente, la finalidad que persigue la compra apalancada (TPG-Maitlin-Mediobanca). Además, todos saben que Padoa-Schioppa tiene el corazoncito en AirOne-Intesa-SanPaolo. Ahora, la cuestión cambia de eje e implica una privatización total, lisa y llana.

Por otra parte, la oferta rusa implica € 0,70 por papel, 0,30 en obligaciones y € 500 millones de recapitalización. O sea, un total de € 1.300 millones. Ello representa 30% sobre TPG-Maitlin o 44,4% sobre AirOne y sus socios. Pese a todo, varios analistas creen que la preservación de fuentes laborales puede ser clave, especialmente con el “premier” Romano Prodi agobiado por su propia coalición, devenida en un conventillo.

No obstante, una cosa es 39,9% y otra, muy distinta, 89,8%. Pero los problemas no terminan allí. De pronto, aumentan presiones para privatizar 49% de Iberia vía una compra apalancada. Si Alitalia se vende casi completa, tarde o temprano el mercado cuestionará el 51% estatal en el paquete español y, por extensión, sus acuerdos en Latinoamérica. En otras palabras, quizá las pocas líneas de bandera subsistentes no lleguen siquiera a marzo próximo, cuando se abran los cielos sobre el Atlántico norte.

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