Airbus, Honeywell (el grupo estadounidense de defensa), el consorcio International Aero Engines (IAE) y la transportadora aérea estadounidense JetBlue se asociaron para desarrollar un biocombustible destinado al transporte aéreo. Según un comunicado emitido por Airbus, los asociados quieren trabajar con carburantes derivados de vegetales y de algas que tienen un ciclo de vida más apropiado que las naftas actuales.
El objetivo es dedicarse a las fuentes renovables que no compitan con la producción agrícola. El 22 de febrero último, la compañía aérea británica Virgin Atlantic voló con éxito, de Londres a Amsterdam, utilizando ese biocombustible. Era un Boeing 747 sin pasajeros, alimentado con 20% de un biocombustible derivado de una mezcla de aceite de babassú y aceite de coco, agregados a la nafta tradicional.