El asunto reside en una serie de transacciones y maniobras que, presumiblemente, indujeron a que ciertos clientes cometieran fraudes contables. Ahora, la empresa de la familia Greenberg –verdadero anacronismo en el sector- trata de eludir acciones penales.
En un breve comunicado, la compañía no da detalles de lo que define como “acuerdo tentativo” con el departamento federal de Justicia. Tampoco explica la “propuesta de arreglo extrajudicial” remitida a la Comisión Federal de Valores.
Gente interiorizada en el tema señala que, sea como fuere, cualquier arreglo podría forzar a AIG a someterse a una indagación independiente sobre operaciones anteriores con otros clientes. Esto deriva de una decisión adoptada por la SEC: prevenir que, en adelante, las aseguradoras y reaseguradoras sigan manipulando contabilidades empleando su ingeniería financiera.
Un acuerdo como el propuesto por la empresa le costaría de US$ 60 a 90 millones. Muy poco, en relación con los fraudes. promovidos.
El asunto reside en una serie de transacciones y maniobras que, presumiblemente, indujeron a que ciertos clientes cometieran fraudes contables. Ahora, la empresa de la familia Greenberg –verdadero anacronismo en el sector- trata de eludir acciones penales.
En un breve comunicado, la compañía no da detalles de lo que define como “acuerdo tentativo” con el departamento federal de Justicia. Tampoco explica la “propuesta de arreglo extrajudicial” remitida a la Comisión Federal de Valores.
Gente interiorizada en el tema señala que, sea como fuere, cualquier arreglo podría forzar a AIG a someterse a una indagación independiente sobre operaciones anteriores con otros clientes. Esto deriva de una decisión adoptada por la SEC: prevenir que, en adelante, las aseguradoras y reaseguradoras sigan manipulando contabilidades empleando su ingeniería financiera.
Un acuerdo como el propuesto por la empresa le costaría de US$ 60 a 90 millones. Muy poco, en relación con los fraudes. promovidos.