sábado, 14 de diciembre de 2024

Ahora, las bolsas afrontan una recesión deflatoria para todo 2009

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Nuevamente, los mercados emergentes se diferencian de los centrales. Pero ninguno quedará indemne: a la recesión, ya un hecho en Estados Unidos y Europa occidental, se suma una deflación como la revelada vía precios mayoristas norteamericanos.

Como sospechan varios analistas, la crisis que castiga a la industria automotriz puede adelantar la suerte de otros sectores. Aparte, la vanguardia tecnológica se ha sumado a los síntomas negativos.

Por otro lado, los problemas de Fiat en Italia, Opel en Alemania o Renault en Francia se aproximan a los de Detroit. Mientras General Motors, Ford y Chrysler seguirán explicando sus aprietos al congreso, nadie menos que Bank of America –el mayor del país- sugirió un cambio drástico de estrategia o hasta una fusión en Detroit.

Kenneth Lewis, presidente ejecutivo de la entidad, reiteró que “ya no es posible mantener tres empresas en crisis. Esta opinión, primera de su tipo emitida por un banco grande, llegó a Richard Wagoner (GM), Alan Mulally (Ford) y el fondo Cerberus Capital Management (80,1% de Chrysler). No obstante, el jefe de Ford se aferra a un mito: “esta industria es demasiado grande para caerse”. Eso se afirmaba, hace treinta años, sobre US Steel, y hoy no queda ninguna siderúrgica norteamericana entre las mayores del mundo.

En cuanto a Wagoner, define como “catastrófico colapso” un eventual cierre de su firma (GM) o Ford. Ese argumento y otros serán reiterados el lunes ante los legisladores. A su vez, los demócratas proponen elevar de US$ 25.000 a 50.000 millones la asistencia a la reconversión en mediano plazo. Un grupo de republicanos afín al negocio financiero rechazan la posibilidad, especialmente si esos 25.000 millones adicionales proviene de los US$ 400.000 remanente del megarrescate.

Como sospechan varios analistas, la crisis que castiga a la industria automotriz puede adelantar la suerte de otros sectores. Aparte, la vanguardia tecnológica se ha sumado a los síntomas negativos.
<p>Por otro lado, los problemas de Fiat en Italia, Opel en Alemania o Renault en Francia se aproximan a los de Detroit. Mientras General Motors, Ford y Chrysler seguir&aacute;n explicando sus aprietos al congreso, nadie menos que Bank of America &ndash;el mayor del pa&iacute;s- sugiri&oacute; un cambio dr&aacute;stico de estrategia o hasta una fusi&oacute;n en Detroit.</p>
<p>Kenneth Lewis, presidente ejecutivo de la entidad, reiter&oacute; que &ldquo;ya no es posible mantener tres empresas en crisis. Esta opini&oacute;n, primera de su tipo emitida por un banco grande, lleg&oacute; a Richard Wagoner (GM), Alan Mulally (Ford) y el fondo Cerberus Capital Management (80,1% de Chrysler). No obstante, el jefe de Ford se aferra a un mito: &ldquo;esta industria es demasiado grande para caerse&rdquo;. Eso se afirmaba, hace treinta a&ntilde;os, sobre US Steel, y hoy no queda ninguna sider&uacute;rgica norteamericana entre las mayores del mundo.</p>
<p>En cuanto a Wagoner, define como &ldquo;catastr&oacute;fico colapso&rdquo; un eventual cierre de su firma (GM) o Ford. Ese argumento y otros ser&aacute;n reiterados el lunes ante los legisladores. A su vez, los dem&oacute;cratas proponen elevar de US$ 25.000 a 50.000 millones la asistencia a la reconversi&oacute;n en mediano plazo. Un grupo de republicanos af&iacute;n al negocio financiero rechazan la posibilidad, especialmente si esos 25.000 millones adicionales proviene de los US$ 400.000 remanente del megarrescate.</p>
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