WorldCom: otra muestra de lenidad por parte de la SEC

Finalmente, WorldCom y la Securities & Exchange Commission llegaron a arreglo en torno del mayor fraude contable en la historia, estimado en más de US$ 9.000 millones. Varios analistas lo consideran un “exceso de lenidad”.

28 noviembre, 2002

“La acefalía de la SEC, llamativamente prolongada, parece beneficiar
a las propias corporaciones investigadas por la entidad y la justicia”, señalaba
ayer un funcionario de la fiscalía neoyorquina. El motivo expuesto por
la entidad -donde el ex presidente Harvey Pitt sigue teniendo influencia- es que,
con nueva conducción, WorldCom debe emerger del concurso. O sea,
la tesis de Michael Capellas y Rudolph Giuliani, a quienes se ve más en
Washington que en la sede de la firma.

La SEC y la empresa solicitaron conjuntamente al tribunal de quiebra (Nueva York)
permiso para poner en marcha el acuerdo mutuo. Sus cláusulas obligan a
la firma a no recaer en prácticas fraudulentas y someterse a seguimiento
externo en materia de gestión, políticas, planes y controles internos.
Un consultor ad hoc, aprobado por la SEC, revisará sistemas y registros
contables.

Lo que preocupa a fiscales, analistas y acreedores es que la SEC insiste en hacer
arreglos sin exigir a la empresa infractora que admita explícitamente haber
cometido delitos o irregularidades. Si bien la entidad aún debe definir
la multa -que podría ser millonaria-, Wall Street cree que un fraude superior
a US$ 9.000 millones, vía cinco balances anuales seguidos, merecía
sanciones más duras.

“La acefalía de la SEC, llamativamente prolongada, parece beneficiar
a las propias corporaciones investigadas por la entidad y la justicia”, señalaba
ayer un funcionario de la fiscalía neoyorquina. El motivo expuesto por
la entidad -donde el ex presidente Harvey Pitt sigue teniendo influencia- es que,
con nueva conducción, WorldCom debe emerger del concurso. O sea,
la tesis de Michael Capellas y Rudolph Giuliani, a quienes se ve más en
Washington que en la sede de la firma.

La SEC y la empresa solicitaron conjuntamente al tribunal de quiebra (Nueva York)
permiso para poner en marcha el acuerdo mutuo. Sus cláusulas obligan a
la firma a no recaer en prácticas fraudulentas y someterse a seguimiento
externo en materia de gestión, políticas, planes y controles internos.
Un consultor ad hoc, aprobado por la SEC, revisará sistemas y registros
contables.

Lo que preocupa a fiscales, analistas y acreedores es que la SEC insiste en hacer
arreglos sin exigir a la empresa infractora que admita explícitamente haber
cometido delitos o irregularidades. Si bien la entidad aún debe definir
la multa -que podría ser millonaria-, Wall Street cree que un fraude superior
a US$ 9.000 millones, vía cinco balances anuales seguidos, merecía
sanciones más duras.

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