Wall Street: los paneles tecnológicos gestan otra burbuja

En tres sesiones, desde el jueves, el Nasdaq compuesto acumula más de 5% de alza. Al cierre de ayer, acumula casi 58% sobre el mínimo coyuntural, registrado en octubre. Pero no hay muchas bases que sustenten el fenómeno.

14 julio, 2003

A juicio de algunos analistas cautos, en realidad la nueva burbuja sólo
prolonga una recuperación que lleva nueves meses y, por eso mismo, puede
crear euforia o excesos de confianza en los componentes fundamentales del fenómeno.
Por supuesto, muchos en Wall Street promueven con entusiasmo el nuevo credo: aunque
los déficit federales y la reticencia del consumidor traben la reactivación,
ésta será promovida por al auge de acciones tecnológicas.

En verdad, el valor bursátil (capitalización) de Cisco Systems
o Sun Microsystems se ha doblado. Similar perfil observan Amazon.com, Juniper
Networks y Yahoo!. Pero, como sucedía en la loca burbuja puntocom de
1999/2000, las firmas que más pierden dinero son las que suben con mayor
ímpetu y dejan atrás a las rentables. Así demuestran estadigrafías
de Thomson/DataStream, WSJ Market Data Group, Strategy & Investment y Financial
Times.

¿Por qué se repite un fenómeno tan peligroso, en un panel
que, como el Nasdaq compuesto, llegó a perder 78% de su pico a su piso,
entre 2000 y 2002? Aparece un explicación todavía más alarmante:
Wall Street se ha llenado de especuladores en pos de ganancias altas y veloces,
no de inversores serios. Por cierto, los fondos de cobertura (futuros y opciones,
o sea derivativos) representan hoy 35 a 40% de todas las transacciones en Nueva
York. Esto puede ser una bomba de tiempo, máxime al combinarse con operaciones
políticas vinculadas a la reelección presidencial, justamente
mientras la imagen de George W. Bush se deteriora por el escándalo de
las armas que los iraquíes no tenían.

A juicio de algunos analistas cautos, en realidad la nueva burbuja sólo
prolonga una recuperación que lleva nueves meses y, por eso mismo, puede
crear euforia o excesos de confianza en los componentes fundamentales del fenómeno.
Por supuesto, muchos en Wall Street promueven con entusiasmo el nuevo credo: aunque
los déficit federales y la reticencia del consumidor traben la reactivación,
ésta será promovida por al auge de acciones tecnológicas.

En verdad, el valor bursátil (capitalización) de Cisco Systems
o Sun Microsystems se ha doblado. Similar perfil observan Amazon.com, Juniper
Networks y Yahoo!. Pero, como sucedía en la loca burbuja puntocom de
1999/2000, las firmas que más pierden dinero son las que suben con mayor
ímpetu y dejan atrás a las rentables. Así demuestran estadigrafías
de Thomson/DataStream, WSJ Market Data Group, Strategy & Investment y Financial
Times.

¿Por qué se repite un fenómeno tan peligroso, en un panel
que, como el Nasdaq compuesto, llegó a perder 78% de su pico a su piso,
entre 2000 y 2002? Aparece un explicación todavía más alarmante:
Wall Street se ha llenado de especuladores en pos de ganancias altas y veloces,
no de inversores serios. Por cierto, los fondos de cobertura (futuros y opciones,
o sea derivativos) representan hoy 35 a 40% de todas las transacciones en Nueva
York. Esto puede ser una bomba de tiempo, máxime al combinarse con operaciones
políticas vinculadas a la reelección presidencial, justamente
mientras la imagen de George W. Bush se deteriora por el escándalo de
las armas que los iraquíes no tenían.

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