Wall St. trató de liderar la euforia, pero al final perdió aire

El detonante fueron los crudos: se derrumbaron 4,2% a US$ 58,45 el barril para 15/30 días. El DJ llegó a un nuevo máximo, 12.568,7 puntos. Sólo algunas bolsas europeas y orientales seguían firmes. Nueva York terminó en leve baja.

4 enero, 2007

Por cierto, Nueva York prolongaba hasta una hora antes del cierre la euforia del martes. Pero mercados tan relevantes como Londres, Fráncfort, Tokio y Hongkong lograron concluir en positivo.

Excesos de liquidez en los mercados de riesgo (no siempre en las economías reales) y la peligrosa fiebre de fusiones y adquisiciones, especialmente vía compras apalancadas, explican el notable desempeño del último trimestre y la reciente burbuja eufórica. También, las vacilaciones del miércoles.

Como señalaba el “Wall Street journal” en la web, “esta corriente de fondos surte efectos a veces engañosos en los mercados bursátiles”. Por ejemplo, “los activos de mayor riesgo, verbigracia papeles de deuda cotizados en plazas volátiles, muestran precios apenas superiores a los bonos de Tesorería norteamericana, una colocación todavía mucho más segura”.

Según podía verse estos dos días, los mercados en desarrollo –el término “emergentes” es un recurso de marketing- pasan por una coyuntura positiva. Así, al finalizar 2006 habían subido, en grupo, 230% sobre los pisos de 2003. Naturalmente las plazas más salvajes (El Cairo, por ejemplo) muestran precios hasta catorce veces superiores a los de hace tres años. Por supuesto, la economía egipcia está muy por debajo de esas cifras.

Por razones distintas, un mercado chico -Buenos Aires- ha acumulado máximas durante la segunda mitad de 2006 a raíz de tres factores. Uno, su dependencia de San Pablo, que tuvo un año brillante. Dos, los buenos indicadores macroeconómicos argentinos. Tres, laescasez de cotizantes deja la plaza en manos de dos o tres firmas hegemónicas; por ejemplo, Tenaris.

Volviendo a los fondos de cubertura –usan derivados- y especulativos, mal llamados “de capital privado” (como si los demás fuesen de capital público o estatal), se ven inquietantemente líquidos. De acuerdo con un nuevo informe de JP Morgan Securities, ese sector orilla los tres billones de dólares en disponibilidades. Por supuesto, se trata de capitales financieros, no ligados necesariamente a la economía física.

Sea como fuere, este fenómeno parece tener aire para rato, más allá de tomas de ganancias. Inclusive los bancos centrales mayores y los analistas sistémicos no detectan signos de que el auge de liquidez especulativa y el clima eufórico vayan a disiparse en un plazo razonable. A menos que se produzca un cimbronazo en todo el sistema. Pero, según apunta Well Capital Management, “el repunte de activos lleva siete años en Estados Unidos, pero los ajustes alcistas de la Reserva Federal acumulan dos y medio. Aun con la tasa corta elevándose en diecisiete ocasiones, no parece ceder la liquidez financiera”.

Existen empero dos factores curiosamente soslayados en estos análisis. Uno es el perpetuo avance de los déficit norteamericanos (fiscal, comercial, pagos externos) bajo George W.Bush. Otro es la extrema volatitidad geopolítica global. Justo mientras las bolsas destapaban champagne, el martes, Washington resolvía involucrarse todavía más en el lodazal de la guerra civil iraquí.

Por cierto, Nueva York prolongaba hasta una hora antes del cierre la euforia del martes. Pero mercados tan relevantes como Londres, Fráncfort, Tokio y Hongkong lograron concluir en positivo.

Excesos de liquidez en los mercados de riesgo (no siempre en las economías reales) y la peligrosa fiebre de fusiones y adquisiciones, especialmente vía compras apalancadas, explican el notable desempeño del último trimestre y la reciente burbuja eufórica. También, las vacilaciones del miércoles.

Como señalaba el “Wall Street journal” en la web, “esta corriente de fondos surte efectos a veces engañosos en los mercados bursátiles”. Por ejemplo, “los activos de mayor riesgo, verbigracia papeles de deuda cotizados en plazas volátiles, muestran precios apenas superiores a los bonos de Tesorería norteamericana, una colocación todavía mucho más segura”.

Según podía verse estos dos días, los mercados en desarrollo –el término “emergentes” es un recurso de marketing- pasan por una coyuntura positiva. Así, al finalizar 2006 habían subido, en grupo, 230% sobre los pisos de 2003. Naturalmente las plazas más salvajes (El Cairo, por ejemplo) muestran precios hasta catorce veces superiores a los de hace tres años. Por supuesto, la economía egipcia está muy por debajo de esas cifras.

Por razones distintas, un mercado chico -Buenos Aires- ha acumulado máximas durante la segunda mitad de 2006 a raíz de tres factores. Uno, su dependencia de San Pablo, que tuvo un año brillante. Dos, los buenos indicadores macroeconómicos argentinos. Tres, laescasez de cotizantes deja la plaza en manos de dos o tres firmas hegemónicas; por ejemplo, Tenaris.

Volviendo a los fondos de cubertura –usan derivados- y especulativos, mal llamados “de capital privado” (como si los demás fuesen de capital público o estatal), se ven inquietantemente líquidos. De acuerdo con un nuevo informe de JP Morgan Securities, ese sector orilla los tres billones de dólares en disponibilidades. Por supuesto, se trata de capitales financieros, no ligados necesariamente a la economía física.

Sea como fuere, este fenómeno parece tener aire para rato, más allá de tomas de ganancias. Inclusive los bancos centrales mayores y los analistas sistémicos no detectan signos de que el auge de liquidez especulativa y el clima eufórico vayan a disiparse en un plazo razonable. A menos que se produzca un cimbronazo en todo el sistema. Pero, según apunta Well Capital Management, “el repunte de activos lleva siete años en Estados Unidos, pero los ajustes alcistas de la Reserva Federal acumulan dos y medio. Aun con la tasa corta elevándose en diecisiete ocasiones, no parece ceder la liquidez financiera”.

Existen empero dos factores curiosamente soslayados en estos análisis. Uno es el perpetuo avance de los déficit norteamericanos (fiscal, comercial, pagos externos) bajo George W.Bush. Otro es la extrema volatitidad geopolítica global. Justo mientras las bolsas destapaban champagne, el martes, Washington resolvía involucrarse todavía más en el lodazal de la guerra civil iraquí.

Compartir:
Notas Relacionadas

Suscripción Digital

Suscríbase a Mercado y reciba todos los meses la mas completa información sobre Economía, Negocios, Tecnología, Managment y más.

Suscribirse Archivo Ver todos los planes

Newsletter


Reciba todas las novedades de la Revista Mercado en su email.

Reciba todas las novedades