Vuelven dudas sobre qué hará la Reserva Federal en el futuro

Falta muy poco para el miércoles 30 y los gurúes empiezan a tener resquemores. En general, creen que las tasas referenciales bajarán 0,25% pero luego se cortará la seguidilla.

24 abril, 2008

Concretamente, el tipo básico cederá de 2,25 a 2% anual y el redescuento –esa tasa que nunca se menciona- de 3,25 a 3%. La decisión quizá se adelante al martes 29. No obstante, las minutas del comité de política monetaria –donde suele haber indicios de futuros retoques- recién se divulgan semanas después.

Un minoría de analistas cree que las tasas no se tocarán la semana próxima. ¿Por qué? Por las persistentes obsesiones inflacionarias de Benjamin Bernanke y otros directores del sistema. No importa si la caída de precios inmobiliarios o ventas minoristas apuntan a una recesión que Wall Street da por iniciada. Bernanke puede ser tan testarudo como su colega del Banco Central europeo, Jean-Claude Trichet.

Si la RF opta por una rebaja de 0,25%, podría sugerir que hará una pausa para evaluar los efectos de la política seguida hasta ese momento. O sea, los tres puntos porcentuales descontados desde agosto. Por otra parte, algunos gurúes no esperan una declaración que descarte nuevos recortes en forma taxativa.

Por vez primera en varios meses, a la sazón, el contexto económico desde la rebaja anterior (18 de marzo) no se ha modificado y es marcadamente negativo. Si la economía física está ya en recesión, la inflación en teoría alta –en realidad, debiera pasar de 5% anual para estimular la actividad, pero eso es tabú para el monetarismo- comenzará a ceder por avance del desempleo, menor gasto del público y una ilusión: que las materias primas bajen a causa de la recesión en Estados Unidos. Pero ello exige que ceda la demanda en China e India.

Concretamente, el tipo básico cederá de 2,25 a 2% anual y el redescuento –esa tasa que nunca se menciona- de 3,25 a 3%. La decisión quizá se adelante al martes 29. No obstante, las minutas del comité de política monetaria –donde suele haber indicios de futuros retoques- recién se divulgan semanas después.

Un minoría de analistas cree que las tasas no se tocarán la semana próxima. ¿Por qué? Por las persistentes obsesiones inflacionarias de Benjamin Bernanke y otros directores del sistema. No importa si la caída de precios inmobiliarios o ventas minoristas apuntan a una recesión que Wall Street da por iniciada. Bernanke puede ser tan testarudo como su colega del Banco Central europeo, Jean-Claude Trichet.

Si la RF opta por una rebaja de 0,25%, podría sugerir que hará una pausa para evaluar los efectos de la política seguida hasta ese momento. O sea, los tres puntos porcentuales descontados desde agosto. Por otra parte, algunos gurúes no esperan una declaración que descarte nuevos recortes en forma taxativa.

Por vez primera en varios meses, a la sazón, el contexto económico desde la rebaja anterior (18 de marzo) no se ha modificado y es marcadamente negativo. Si la economía física está ya en recesión, la inflación en teoría alta –en realidad, debiera pasar de 5% anual para estimular la actividad, pero eso es tabú para el monetarismo- comenzará a ceder por avance del desempleo, menor gasto del público y una ilusión: que las materias primas bajen a causa de la recesión en Estados Unidos. Pero ello exige que ceda la demanda en China e India.

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