Visto desde el este, 2007 puede ser un año peligroso

Antes del derrumbe bursátil, la última semana, los pronósticos de “Asian times” parecían exagerados. Ahora, más analistas prevén recesión en EE.UU. (segundo semestre), baja del dólar, debilidad en bonos de Tesorería y problemas con F&A.

8 enero, 2007

En una larga pieza de análisis, el periódico señalaba –el miércoles, en medio de una “exuberancia irracional”- que no había fundamentos para el desborde eufórico iniciado la última semana de 2006. Especialmente en mercados en desarrollo “El crecimiento de Asia oriental y meridional, Latinoamérica y la Unión Europea será más débil y tendrá efectos negativos en las bolsas. En particular, las que empezaron el año con excesivo optimista”, señala el informe. Amén de dólar y bonos norteamericanos en riesgo, volverán las alzas en hidrocarburos, granos y metales preciosos.

En verdad, “desde septiembre de 2001 la inestabilidad geopolítica ha ido en avance, pero ni siquiera la imprudente invasiòn de Irak (marzo de 2003) ha afectados los mercados especulativos. Pero eso empieza a cambiar debido a la derrota electoral de los republicanos y se elevan las probabilidades de vaivenes en la oferta mundial de hidrocarburos”.

No puede descartarse la eventual intensificación bélica en la Mesopotamia, si Estados Unidos interviene contra la mayoría shiita y la milicia majdí o provoca un conflicto con Irán. Tampoco es buena la situación interna en Líbano o Palestina ni la de Afganistán. En conjunto, esos factores aumentarán la inestabilidad.

Todo eso surtirá efectos en los precios de productos primarios. “Problemas cada vez frecuentes en la oferta petrolera en Levante y Nigeria se combinan con al paulatino agotamiento de grandes reservas. Al margen de ocasionales bajas -como la de estos días-, ni siquiera las perspectivas de menor expansión en las economías principales alcanzará para frenar los valores de hidrocarburos”, presume el análisis de “Asian times”.

La disciplina entre grandes exportadores –mayor a la que muchos suponen- asegurará que la oferta permanezca por debajo de la demanda. Asimismo, cereales y oleaginosas mantendrán precios sostenidos o firmes. Sólo en 2006, mapiz y trigo subieron 70 y 60% en Estados Unidos, en buena medida por el uso del primer grano en la producción de etanol. La soya y otras oleaginosas también ganan terreno, pues se destinan a biodiesel.

“Sin duda –subraya el artículo-, la aumento mismo de hidrocabrusos desde 2001 fomenta la producciòn de biocombustibles. Tanbién influyen la creciente regulación ambiental y, con ella, el empleo de combustibles y formas de energia limpías”. Estas aplicaciones de granos y oleaginosas posiblemente doblen sus precios durante 2007. Por otra parte, empujaran los valores de productos ligados a esas materias primas; por ejemplo, làcteos, carnes, rubos de granja y alimentos para animales. En suma, habrá más presiones inflacionarias en EEUU., Canadá, Brasil, Argentina, Australia, Rusia, Ucrania, Polonia, etc. Por de pronto, el ritmo de los precios al consumidor norteamericano es superior a sus contrapartes en Alemania, Gran Bretaña o Japón.

Pese a una aceleración tan obvia, la Reserva federal pasó a una política de tasas neutras desde agosto último. Justificó la medida señalando que “un menor crecimiento eventualmente mitigará tendencias inflacionarias”. Pero, ya en 2007, la volatilidad petrolera puede provocar una crisis en la oferta de granos y oleaginosas que, al pasar a precios mayoristas y minoristas, promueva la inflación subyacente.

Entonces, sospecha “Asian times”, debe haberr “otra explicación a la política de la RF. Probablemente, existe inquietud ante crecientes problemas sistémicos en el sistema financiero debidos, sobre todo, al desinfle de la burbuja inmobiliaria que data de 2001” (que Wall Street trata de minimizar desde hace un tiempo). En verdad, los precios de bienes raíces cedieron marcadamente en el primer semestre de 2006 y ese ritmo se acentuó en el siguiente. En diciembre, constructores, agentes inmobiliarios y gurúes intentaban persuadir a inversores y comprados de que el mercado se había estabilizado. Pero esa tendencia se agotaba al empezar enero… porque la política monetaria de la RF genera suspicacias: ni su titular, Benjamin Bernanke, ni el titular de hacienda, Henry Paulson, parecen manejar bien la situación.

Según estimaciones del perìódico, “durante 2007 el dólar puede depreciarse no menos de 20% ante el euro, el yen, el franco suizo y la libra esterlina, aunque esta moneda ya no tenga mucho peso internacional. También bajrá en relación con monedas como las de China (quizá 10%), Surcorea, Vietnam, Brasil, Argentina, Turquía, Sudáfrica, etc.”.

En una larga pieza de análisis, el periódico señalaba –el miércoles, en medio de una “exuberancia irracional”- que no había fundamentos para el desborde eufórico iniciado la última semana de 2006. Especialmente en mercados en desarrollo “El crecimiento de Asia oriental y meridional, Latinoamérica y la Unión Europea será más débil y tendrá efectos negativos en las bolsas. En particular, las que empezaron el año con excesivo optimista”, señala el informe. Amén de dólar y bonos norteamericanos en riesgo, volverán las alzas en hidrocarburos, granos y metales preciosos.

En verdad, “desde septiembre de 2001 la inestabilidad geopolítica ha ido en avance, pero ni siquiera la imprudente invasiòn de Irak (marzo de 2003) ha afectados los mercados especulativos. Pero eso empieza a cambiar debido a la derrota electoral de los republicanos y se elevan las probabilidades de vaivenes en la oferta mundial de hidrocarburos”.

No puede descartarse la eventual intensificación bélica en la Mesopotamia, si Estados Unidos interviene contra la mayoría shiita y la milicia majdí o provoca un conflicto con Irán. Tampoco es buena la situación interna en Líbano o Palestina ni la de Afganistán. En conjunto, esos factores aumentarán la inestabilidad.

Todo eso surtirá efectos en los precios de productos primarios. “Problemas cada vez frecuentes en la oferta petrolera en Levante y Nigeria se combinan con al paulatino agotamiento de grandes reservas. Al margen de ocasionales bajas -como la de estos días-, ni siquiera las perspectivas de menor expansión en las economías principales alcanzará para frenar los valores de hidrocarburos”, presume el análisis de “Asian times”.

La disciplina entre grandes exportadores –mayor a la que muchos suponen- asegurará que la oferta permanezca por debajo de la demanda. Asimismo, cereales y oleaginosas mantendrán precios sostenidos o firmes. Sólo en 2006, mapiz y trigo subieron 70 y 60% en Estados Unidos, en buena medida por el uso del primer grano en la producción de etanol. La soya y otras oleaginosas también ganan terreno, pues se destinan a biodiesel.

“Sin duda –subraya el artículo-, la aumento mismo de hidrocabrusos desde 2001 fomenta la producciòn de biocombustibles. Tanbién influyen la creciente regulación ambiental y, con ella, el empleo de combustibles y formas de energia limpías”. Estas aplicaciones de granos y oleaginosas posiblemente doblen sus precios durante 2007. Por otra parte, empujaran los valores de productos ligados a esas materias primas; por ejemplo, làcteos, carnes, rubos de granja y alimentos para animales. En suma, habrá más presiones inflacionarias en EEUU., Canadá, Brasil, Argentina, Australia, Rusia, Ucrania, Polonia, etc. Por de pronto, el ritmo de los precios al consumidor norteamericano es superior a sus contrapartes en Alemania, Gran Bretaña o Japón.

Pese a una aceleración tan obvia, la Reserva federal pasó a una política de tasas neutras desde agosto último. Justificó la medida señalando que “un menor crecimiento eventualmente mitigará tendencias inflacionarias”. Pero, ya en 2007, la volatilidad petrolera puede provocar una crisis en la oferta de granos y oleaginosas que, al pasar a precios mayoristas y minoristas, promueva la inflación subyacente.

Entonces, sospecha “Asian times”, debe haberr “otra explicación a la política de la RF. Probablemente, existe inquietud ante crecientes problemas sistémicos en el sistema financiero debidos, sobre todo, al desinfle de la burbuja inmobiliaria que data de 2001” (que Wall Street trata de minimizar desde hace un tiempo). En verdad, los precios de bienes raíces cedieron marcadamente en el primer semestre de 2006 y ese ritmo se acentuó en el siguiente. En diciembre, constructores, agentes inmobiliarios y gurúes intentaban persuadir a inversores y comprados de que el mercado se había estabilizado. Pero esa tendencia se agotaba al empezar enero… porque la política monetaria de la RF genera suspicacias: ni su titular, Benjamin Bernanke, ni el titular de hacienda, Henry Paulson, parecen manejar bien la situación.

Según estimaciones del perìódico, “durante 2007 el dólar puede depreciarse no menos de 20% ante el euro, el yen, el franco suizo y la libra esterlina, aunque esta moneda ya no tenga mucho peso internacional. También bajrá en relación con monedas como las de China (quizá 10%), Surcorea, Vietnam, Brasil, Argentina, Turquía, Sudáfrica, etc.”.

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