Varios bancos centrales siguen inyectando liquidez financiera

La Reserva Federal, el Banco central europeo y entidades de Asia oriental y sudoriental vuelven a intervenir por segundo día seguido. Según fuentes privadas, en 48 horas se libraron fondos por unos US$ 323.000 millones (vía BCE y RF) más casi 50.000 mi

11 agosto, 2007

Los mercados venían siendo castigados por la crisis hipotecaria, la iliquidez financiera y la exposición (bancos, firma de valores, fondos) a corridas. Básicamente, persisten temores sobre el fin traumático de una era signada por el crédito barato y la plata dulce en las dos principales economías del mundo, Estados Unidos y la Eurozona. De hecho, el BCE cargó con el mayor aporte (US$ 210.000 millones) y la RF aportaba 113.000 millones. En dos días, se inyectó liquidez por el doble del PBI argentino: US$ 323.000 millones.

En realidad, lo que agota es la ilusión de un fuerte crecimiento global. Si existe, no es general, sinbao parcial tanto en geografía como en sectores. Los mercados de riesgo y especulación, parece, van perdiendo vigor y confianza. Este tipo de salvataje colectivo no se había levado a cabo en varios años.

El emisor estadounidense “está proveyendo liquidez para facilitar el funcionamiento normal de los mercados financieros”, admitió en un comunicado al cerrar la semana. Su lenguaje sale de lo habitual y rompe con el optimismo puesto en evidencia –todavía el martes- al mencionar un imaginario crecimiento económico global.

Pero, si se dejan de lado los ataques terroristas contra Nueva York, el 11 de septiembre de 2001, hay que remontarse hasta octubre de 1987 para encontrarse con una RF tan ominosa. Entre jueves y viernes, el BCE inyectó € 150.550 millones. Para evitar más pánico, Canadá, Japón, Surcorea, Hongkong, Taipei y Singapur se sumaron al operativo.

Llamó la atención que Mervyn King (Banco de Inglaterra), adalid del mercantilismo, no interrumpiera sus vacaciones ni se sumase al operativo. Quizá para no exponerse a las críticas lanzadas sobre Benjamin Bernanke y Jean-Claude Trichet (RF,BCE), pos su tardía reacción a la nueva crisis global.

Mientas tanto, el panorama bursátil seguía volátil. Hubo notables caídas en Tokio (-2,37%), Hongkong (-2,88%), Shanghai (-3%) y Londres (-3,71%). Fueron menos pronunciadas en San Pablo (-1,73%), Singapur (-1,58%), Fráncfort (-1,5%), Dow Jones industrial (-0,23%, S&P 500 (neutro y Nasdaq compuesto (-0,45%). En el caso de Wall Street, se repiten maniobras de grandes operadores para recortar descensos y “salvar la cara” con la ayuda de medios especialziados, gurúes y hasta George W.Bush (el martas prometía un “aterrizaje suave”).

Los mercados venían siendo castigados por la crisis hipotecaria, la iliquidez financiera y la exposición (bancos, firma de valores, fondos) a corridas. Básicamente, persisten temores sobre el fin traumático de una era signada por el crédito barato y la plata dulce en las dos principales economías del mundo, Estados Unidos y la Eurozona. De hecho, el BCE cargó con el mayor aporte (US$ 210.000 millones) y la RF aportaba 113.000 millones. En dos días, se inyectó liquidez por el doble del PBI argentino: US$ 323.000 millones.

En realidad, lo que agota es la ilusión de un fuerte crecimiento global. Si existe, no es general, sinbao parcial tanto en geografía como en sectores. Los mercados de riesgo y especulación, parece, van perdiendo vigor y confianza. Este tipo de salvataje colectivo no se había levado a cabo en varios años.

El emisor estadounidense “está proveyendo liquidez para facilitar el funcionamiento normal de los mercados financieros”, admitió en un comunicado al cerrar la semana. Su lenguaje sale de lo habitual y rompe con el optimismo puesto en evidencia –todavía el martes- al mencionar un imaginario crecimiento económico global.

Pero, si se dejan de lado los ataques terroristas contra Nueva York, el 11 de septiembre de 2001, hay que remontarse hasta octubre de 1987 para encontrarse con una RF tan ominosa. Entre jueves y viernes, el BCE inyectó € 150.550 millones. Para evitar más pánico, Canadá, Japón, Surcorea, Hongkong, Taipei y Singapur se sumaron al operativo.

Llamó la atención que Mervyn King (Banco de Inglaterra), adalid del mercantilismo, no interrumpiera sus vacaciones ni se sumase al operativo. Quizá para no exponerse a las críticas lanzadas sobre Benjamin Bernanke y Jean-Claude Trichet (RF,BCE), pos su tardía reacción a la nueva crisis global.

Mientas tanto, el panorama bursátil seguía volátil. Hubo notables caídas en Tokio (-2,37%), Hongkong (-2,88%), Shanghai (-3%) y Londres (-3,71%). Fueron menos pronunciadas en San Pablo (-1,73%), Singapur (-1,58%), Fráncfort (-1,5%), Dow Jones industrial (-0,23%, S&P 500 (neutro y Nasdaq compuesto (-0,45%). En el caso de Wall Street, se repiten maniobras de grandes operadores para recortar descensos y “salvar la cara” con la ayuda de medios especialziados, gurúes y hasta George W.Bush (el martas prometía un “aterrizaje suave”).

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