Una versión de Shanghai creó confusión en los mercados (27-XI)

Tras tocar US$ 1,326 el euro, el dólar se recobró un poco -en el mercado europeo- al negar China un informe según el cual recortaría tenencias de activos en esa moneda. Después, en Nueva York, el euro rebotó a US$ 1,329, otro pico.

27 noviembre, 2004

Un diario de Shanghai “China Business News”, citando el jueves a Yü Yongding (del comité asesor en política monetaria, banco central), y señaló que Beijing había recortado la proporción de reservas y activos en dólares. Inclusive se daba una cifra: alrededor de US$ 180.000
millones.

Sin embargo, Yü se apresuró a aclarar el viernes que era una interpretación equivocada de una charla confidencial con estudiantes. Subrayó que no tenía conocimiento personal sobre composición de reservas en divisas e ignoraba la estrategia al respecto. Los mercados cambiarios europeos reaccionaron a la desmentida. Desde el récord
de US$ 1,333 que había marcado, el euro fue cediendo hasta $1,326.

Pero, al cruzar el Atlántico, el precio rebotó a US$ 1,329. ¿Que ocurría? Tal vez, como sospechaban el sábado en Tokio, que “Yü había exagerado sus aclaraciones. Nadie cree que ignore completamente las política monetaria de la entidad que aserora.

Por cierto, el expetro de un prestigioso docente que, al parecera, citaba estadísticas de la Reserva Federal, que le habían
acercado amigos de una banca de inversión extranjera. También surgió otro dato contradictorio: el sitio web de la secretaria de Hacienda (EE.UU.) señala que las tenencias chinas de bonos federales totalizaban sólo US$ 174.700 millones a fin de septiembre,
contra 172.300 millones un mes antes.

Por su parte, las reservas en dólare subieron de US$ 496.200
a US$ 514.500 millones en igual lapso. Ello sugiere una caída en la proporción mantenida en bonos de Tesorería.

La semana, entonces, cerró en techos y sin pisos a la vista. Ante la apatía del Banco Central Europeo y la Reserva Federal, el mercado proyecta futuros del euro hasta US$ 1,40. Union de Banques Suisses, JP Morgan Chase, Merrill Lynch, Deutsche Bank y ABN-Amro modificaron contra el dólar sus pronósticos cambiarios. Para los mercados europeos, esperan ahora un euro de US1,37 a 1,41. Para Asia-Pacífico, un dólar a entre ¥ 90 y 95.

Pero el problema de fondo resulta todavía más grave. Los cinco bancos temen un déficit récord en cuenta corriente de pagos externos norteamericano para el ejercicio que cerró en septiembre. En privado, algunos de sus analistas hablan de US$ 700.000 millones.

Al mismo tiempo, tres de aquellas entidades no creen que el BCE, la RF y el B de Japón (central) hagan nada, por ahora, para morigerar este desbarranque. Sin decirlo, todos esperan cruzando los dedos que el clima se destiende en vísperas de las fiestas. “Estados Unidos depende cada día más del flujo de inversión externa directa –reiteraba por TV Paul Volcker, antecesor de Alan Greenspan en la presidencia de la RF-, pero nadie sabe cuantó durará. En la fase actual, todo cuanto ocurre es peor de cuanto se anticipa y así es cómo empiuezan las crisis sistémicas”.

El quinteto de entidades mencionado maneja 35% del US$ 1,9 billón diario que se mueve por el mercado cambiario mundial. Merrill, anoche, auguraba euro a US$ 1,39 y dólar a ¥ 96 para marzo. Varios gurúes califican eso de “optimismo”.

“En esta situación, cabría formularse una pregunta envenenada”, reflexiona, también por TV, el econmomistas Paul Krugman. “Y es si no existe algún tipo de decisión secreta de Washingto para licuar deudas de varios países –EE.UU. el primero- y valores del petróleo dejando que el dólar se devalúe. Después de todo, sería una forma de intervenir en los mercados tan brutalmente unilateral como lo de Irak”.

Un diario de Shanghai “China Business News”, citando el jueves a Yü Yongding (del comité asesor en política monetaria, banco central), y señaló que Beijing había recortado la proporción de reservas y activos en dólares. Inclusive se daba una cifra: alrededor de US$ 180.000
millones.

Sin embargo, Yü se apresuró a aclarar el viernes que era una interpretación equivocada de una charla confidencial con estudiantes. Subrayó que no tenía conocimiento personal sobre composición de reservas en divisas e ignoraba la estrategia al respecto. Los mercados cambiarios europeos reaccionaron a la desmentida. Desde el récord
de US$ 1,333 que había marcado, el euro fue cediendo hasta $1,326.

Pero, al cruzar el Atlántico, el precio rebotó a US$ 1,329. ¿Que ocurría? Tal vez, como sospechaban el sábado en Tokio, que “Yü había exagerado sus aclaraciones. Nadie cree que ignore completamente las política monetaria de la entidad que aserora.

Por cierto, el expetro de un prestigioso docente que, al parecera, citaba estadísticas de la Reserva Federal, que le habían
acercado amigos de una banca de inversión extranjera. También surgió otro dato contradictorio: el sitio web de la secretaria de Hacienda (EE.UU.) señala que las tenencias chinas de bonos federales totalizaban sólo US$ 174.700 millones a fin de septiembre,
contra 172.300 millones un mes antes.

Por su parte, las reservas en dólare subieron de US$ 496.200
a US$ 514.500 millones en igual lapso. Ello sugiere una caída en la proporción mantenida en bonos de Tesorería.

La semana, entonces, cerró en techos y sin pisos a la vista. Ante la apatía del Banco Central Europeo y la Reserva Federal, el mercado proyecta futuros del euro hasta US$ 1,40. Union de Banques Suisses, JP Morgan Chase, Merrill Lynch, Deutsche Bank y ABN-Amro modificaron contra el dólar sus pronósticos cambiarios. Para los mercados europeos, esperan ahora un euro de US1,37 a 1,41. Para Asia-Pacífico, un dólar a entre ¥ 90 y 95.

Pero el problema de fondo resulta todavía más grave. Los cinco bancos temen un déficit récord en cuenta corriente de pagos externos norteamericano para el ejercicio que cerró en septiembre. En privado, algunos de sus analistas hablan de US$ 700.000 millones.

Al mismo tiempo, tres de aquellas entidades no creen que el BCE, la RF y el B de Japón (central) hagan nada, por ahora, para morigerar este desbarranque. Sin decirlo, todos esperan cruzando los dedos que el clima se destiende en vísperas de las fiestas. “Estados Unidos depende cada día más del flujo de inversión externa directa –reiteraba por TV Paul Volcker, antecesor de Alan Greenspan en la presidencia de la RF-, pero nadie sabe cuantó durará. En la fase actual, todo cuanto ocurre es peor de cuanto se anticipa y así es cómo empiuezan las crisis sistémicas”.

El quinteto de entidades mencionado maneja 35% del US$ 1,9 billón diario que se mueve por el mercado cambiario mundial. Merrill, anoche, auguraba euro a US$ 1,39 y dólar a ¥ 96 para marzo. Varios gurúes califican eso de “optimismo”.

“En esta situación, cabría formularse una pregunta envenenada”, reflexiona, también por TV, el econmomistas Paul Krugman. “Y es si no existe algún tipo de decisión secreta de Washingto para licuar deudas de varios países –EE.UU. el primero- y valores del petróleo dejando que el dólar se devalúe. Después de todo, sería una forma de intervenir en los mercados tan brutalmente unilateral como lo de Irak”.

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