Una banca timorata y catatónica impide en EE.UU que los rescates beneficien al público
Sentado sobre US$ 172.500 millones en acciones y opciones preferidas en 208 entidades financieras, el Tesoro aún no logra destrabar los mercados crediticios. Resultado: los contribuyentes apuntalan un negocio que no les presta... por miedo.
7 enero, 2009
Las tasas interbancarias ceden hasta frenar ahora el repunte internacional del dólar. Ello sucede desde que el congreso aprobó el megarrescate por casi US$ 700.000 millones (3 de octubre), vale decir el programa de alivio a activos tóxicos (TARP en inglés). A mediados de diciembre, por ejemplo, la tasa media sobre saldos en tarjetas de créditos era un escandaloso 14,33% y casi no había cambiado desde octubre de 2007. <br />
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<p> Entretanto, la Reserva Federal terminó 2008 achatando a 0,25% anual el tipo básico y a 0,5% en redescuento a bancos comerciales. Ergo, el costo de mantener una tarjeta es usurario. Esto inspira críticas en el ortodoxo Alan Blinder (Princeton), ex vicepresidente de la RF, a cuyo juicio “el gobierno debiera desempeñar un papel más activo respecto de la red bancaria”.</p>
<p> Las entidades “están catatónicas de espanto y sólo atinan a sentarse en sus capitales”. En una ambigüedad típica del personaje, Blinder advierte: “no culpo a los bancos por mostrarse seguros ante Wall Street. Pero su actitud no mejora las cosas. Si reciben inyecciones de dinero público, algo deben dar en retorno”.</p>
<p> Jeffrey Garten (Yale), secretario de comercio bajo William J.Clinton, es menos tolerante. “Los bancos debieran ser obligados a elevar préstamos y asumir riesgos, so pena de ser privados de fondos solventados por el contribuyente norteamericano”. Al respecto, “este gobierno no hace mucho para demandar un ‘quid pro quo’ a las entidades financieras. El interés público, no Wall Street, debe ser prioritario, y no al revés”.</p>
<p> Si bien el estado ha comprometido ya más de US$ 8,5 billones (billón es millón de millones)para dinamizar la economía –pese al casi billón en rojo que deja George W.Bush-, los bancos no facilitan el acceso de la gente al crédito. Por el contrario, según la propia RF el volumen de préstamos al público –llamarle “consumidor” es un dislate- cedió US$ 6.400 millones en agosto, la peor caída en 65 años. En octubre bajó 3.500 millones, con lo cual 2008 es el primer año desde 1992 con dos meses negativos. Por otra parte, cuanto más deje de gastar el público, peor será la recesión deflatoria. </p>