Un mercado especulativo donde lo malo resulta bueno y viceversa

Las malas noticias se hacen en buenas para quienes especulan a costa de empresas (y países) en bancarrota. Por eso, la paulatina reactivación económica norteamericana no los ayuda a esos buitres, pues ahora es más fácil financiar deudas.

22 agosto, 2005

No obstante, esta clase de especuladores está segura de que, tarde o temprano, las cosas volverán a empeorar (o sea, mejorar). Se comportan como buitres y, s la plaza les es adversa, son como la troyana Casandra: anuncian cada noche nuevas desgracias, aunque nadie les crea.

En la presente instancia, subrayan potenciales catalistas de problemas. Para el caso, el aumento de crudos otipos de interés, los crecientes y traumáticos déficit públicos en Estados Uniso, un dólar débil o una fenomenal burbuja inmobiliaria a punto de estallar (un departamento chico en Miamo pasa ya de US$ 250.000).

Tal vez el mayor detonante sea el riesgo asumido por bancos y otras instituciones cuando les prestan a compañías inestables o muy endeudadas. Así, 7% de los bonos chatarra emitidos en 2004 por el sector privado –la mayor proporción jamás alcanzada, señala Crédit Suisse First Boston- fue calificado CCC por Standard & Poor’s. La misma fuente estima que esa masa será mayor a fin de este año.

Todo es cuestión de tiempo. ¿En qué punto un auge se convierte en corrida y los buitres recogen la cosecha? Algunos especuladores profesionales (en particular, fondos especializados en jugadores millonarios y derivativos) esperan que los ceses de pagos empresarios vuelvan a multiplicare desde junio próximo. Otro admiten que eso ocurrirá recién a mediados de 2007. En verdad, estas quiebras disminuyeron a 0,44% de todos los bonos basura en circulación, entre julio de 2004 y junio pasado. La cifra está muy lejos del máximo histórico de 15,4% registrado por CSFB en 2002.

Luego de la crisis sistémica internacional iniciada en Asia sudoriental (julio de 1997), los buitres reinvirtieron velozmente en esa región. Ya en 2004, Thai Oil Co absorbía bonos por un moneto 25% superior al de 1996. Entre julio de 2004 y junio último, la banca china aceleró la liquidación de malas acreencias, pues el gobierno estaba recibiendo un flujo creciente de liquidez exógena. Con más de US$ 500.000 millones de esas acreencias en cartera, la oportunidad era excelente para los buitres.

Pero el panorama esra inverso en EE.UU. Años atrás, esos especuladores hicieron fortunas colocándose en deudas de empresas tan grandes como conocidas (la ex WordlCom, Qualcomm, etc.). Hoy, apelan a firmas más pequeñas, las únicas que siguen con problemas de financiamiento y recrurren a la usura de guante blanco. Pero los cuitres están seguros de que ciclo virtuoso se agotará.

No obstante, esta clase de especuladores está segura de que, tarde o temprano, las cosas volverán a empeorar (o sea, mejorar). Se comportan como buitres y, s la plaza les es adversa, son como la troyana Casandra: anuncian cada noche nuevas desgracias, aunque nadie les crea.

En la presente instancia, subrayan potenciales catalistas de problemas. Para el caso, el aumento de crudos otipos de interés, los crecientes y traumáticos déficit públicos en Estados Uniso, un dólar débil o una fenomenal burbuja inmobiliaria a punto de estallar (un departamento chico en Miamo pasa ya de US$ 250.000).

Tal vez el mayor detonante sea el riesgo asumido por bancos y otras instituciones cuando les prestan a compañías inestables o muy endeudadas. Así, 7% de los bonos chatarra emitidos en 2004 por el sector privado –la mayor proporción jamás alcanzada, señala Crédit Suisse First Boston- fue calificado CCC por Standard & Poor’s. La misma fuente estima que esa masa será mayor a fin de este año.

Todo es cuestión de tiempo. ¿En qué punto un auge se convierte en corrida y los buitres recogen la cosecha? Algunos especuladores profesionales (en particular, fondos especializados en jugadores millonarios y derivativos) esperan que los ceses de pagos empresarios vuelvan a multiplicare desde junio próximo. Otro admiten que eso ocurrirá recién a mediados de 2007. En verdad, estas quiebras disminuyeron a 0,44% de todos los bonos basura en circulación, entre julio de 2004 y junio pasado. La cifra está muy lejos del máximo histórico de 15,4% registrado por CSFB en 2002.

Luego de la crisis sistémica internacional iniciada en Asia sudoriental (julio de 1997), los buitres reinvirtieron velozmente en esa región. Ya en 2004, Thai Oil Co absorbía bonos por un moneto 25% superior al de 1996. Entre julio de 2004 y junio último, la banca china aceleró la liquidación de malas acreencias, pues el gobierno estaba recibiendo un flujo creciente de liquidez exógena. Con más de US$ 500.000 millones de esas acreencias en cartera, la oportunidad era excelente para los buitres.

Pero el panorama esra inverso en EE.UU. Años atrás, esos especuladores hicieron fortunas colocándose en deudas de empresas tan grandes como conocidas (la ex WordlCom, Qualcomm, etc.). Hoy, apelan a firmas más pequeñas, las únicas que siguen con problemas de financiamiento y recrurren a la usura de guante blanco. Pero los cuitres están seguros de que ciclo virtuoso se agotará.

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