Un desarme de futuros, por miedo a las tasas, aplasta las bolsas Street

Cunde el malestar en el espinel bursátil mundial, debido al desarme prematuro de posiciones a término en tasas y bonos. Los operadores temen un alza de tipos básicos norteamericanos en semanas. También influyen las intrigas en Brasil.

11 mayo, 2004

Los analistas políticos insisten en que, en plena campaña electoral y con George W.Bush acosado por Irak y los excesos de sus propias tropas, es casi imposible que Alan Greenspan eleve los tipos referenciales. Pero el propio presidente de la Reserva Federal reiteraba, el lunes, que un leve ajuste no tendría efectos negativos.

Pero la tasa de largo plazo –o sea, el rinde de letras de Tesorería a diez años, T-10- pegó un salto de 4,6 a 4,8% anual en tres ruedas, nivel que no se veía en años. Por otra parte, las decisiones en el comité de mercado abierto (RF) se toman por mayoría de votos. El presidente de junta sólo interviene si hay empare (6 a 6).

Eso explica que los analistas económicos y bursátiles estén preparándose para un primer aumento, con bastante antelación respecto de las elecciones. Ambos factores hacen que Dow Jones industrial haya cedido el lunes 1,38%, el Standard&Poor’s 500 1,16% y 1,24% el Nasdaq compuesto. En un contexto más delicado, San Pablo –donde arrecia una campaña desestabilizadora originada en el negocio financiero- perdió 5,45 y Buenos Aires 8,36% (pero es una plaza chica por demás especulativa y sujete a la paulista).

Mientras, Washington y los gurúes republicanos siguen haciendo travesuras. Desmentidos por el informe de departamento de Trabajo (según el cual se recobraron 288.000 puestos laborales en abril, contra expectativas de 308.000), ahora sostienen que ese cálculo previo no existió y que Walll Street baja porque ve un repunte del empleo con carga inflacionaria.

A partir de Nueva York, el trasfondo del fenómeno revela una burbuja especulativa gestada hace cuatro años por la política de tasas exiguas ejecutada por la Reserva Federal. Ahora, quienes habían acumulado título estadounidenses tomados a crédito o armado posiciones a término –derivadas, inclusive-, justamente por la exigüidad del costo financiero, se ven ante un repunte de esos costos, Vale decir, las propias tasas. Lógicamente, vender activos o desarman futuros a tofo trapo, hacen bajan los precios de bonos y, como contrapartida, inflan sus rendimientos (o sea, las tasas largas).

Similares aprensiones cunden en otras bolsas relevantes. Así, hubo notables bajas en Londres (-2,3%), Fráncfort (-2,85%), Madrid (-2,64%), Perís (-2,73%), Tokio (-4,85%), Hongkong (-3,57%), México (-3,6%), Singapur (-2,8%) y Seúl (-5,73). Entretanto, la Libor volvía a niveles de 2001: 1,53% anual a seis meses.

Los analistas políticos insisten en que, en plena campaña electoral y con George W.Bush acosado por Irak y los excesos de sus propias tropas, es casi imposible que Alan Greenspan eleve los tipos referenciales. Pero el propio presidente de la Reserva Federal reiteraba, el lunes, que un leve ajuste no tendría efectos negativos.

Pero la tasa de largo plazo –o sea, el rinde de letras de Tesorería a diez años, T-10- pegó un salto de 4,6 a 4,8% anual en tres ruedas, nivel que no se veía en años. Por otra parte, las decisiones en el comité de mercado abierto (RF) se toman por mayoría de votos. El presidente de junta sólo interviene si hay empare (6 a 6).

Eso explica que los analistas económicos y bursátiles estén preparándose para un primer aumento, con bastante antelación respecto de las elecciones. Ambos factores hacen que Dow Jones industrial haya cedido el lunes 1,38%, el Standard&Poor’s 500 1,16% y 1,24% el Nasdaq compuesto. En un contexto más delicado, San Pablo –donde arrecia una campaña desestabilizadora originada en el negocio financiero- perdió 5,45 y Buenos Aires 8,36% (pero es una plaza chica por demás especulativa y sujete a la paulista).

Mientras, Washington y los gurúes republicanos siguen haciendo travesuras. Desmentidos por el informe de departamento de Trabajo (según el cual se recobraron 288.000 puestos laborales en abril, contra expectativas de 308.000), ahora sostienen que ese cálculo previo no existió y que Walll Street baja porque ve un repunte del empleo con carga inflacionaria.

A partir de Nueva York, el trasfondo del fenómeno revela una burbuja especulativa gestada hace cuatro años por la política de tasas exiguas ejecutada por la Reserva Federal. Ahora, quienes habían acumulado título estadounidenses tomados a crédito o armado posiciones a término –derivadas, inclusive-, justamente por la exigüidad del costo financiero, se ven ante un repunte de esos costos, Vale decir, las propias tasas. Lógicamente, vender activos o desarman futuros a tofo trapo, hacen bajan los precios de bonos y, como contrapartida, inflan sus rendimientos (o sea, las tasas largas).

Similares aprensiones cunden en otras bolsas relevantes. Así, hubo notables bajas en Londres (-2,3%), Fráncfort (-2,85%), Madrid (-2,64%), Perís (-2,73%), Tokio (-4,85%), Hongkong (-3,57%), México (-3,6%), Singapur (-2,8%) y Seúl (-5,73). Entretanto, la Libor volvía a niveles de 2001: 1,53% anual a seis meses.

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