Trichet apunta a otro ajuste de tasas básicas en la Eurozona

Jean-Claude Trichet, presidente del Banco central europeo, dio a entender que –en octubre- el tipo referencial pasará de 3 a 3,25% anual. A su juicio, crecimiento e inflación en “los 12” excederán estimaciones difundidas para el semestre.

1 septiembre, 2006

Aferrado a la ortodoxia –algo que Italia, Francia o Alemania no hacen a ese punto-, el funcionario recomienda estricta supervisión de variables, para contener alzas y preservar estabilidad de precios en la Eurozona. Vale decir, los doce adherentes a la moneda común.

Los técnicos del BCE, esto es la burocracia monetarista heredada del Bundesbank con sede y todo (Fráncfort) espera que la inflación seguirá “elevada” hasta fin de año. Trichet y su equipo vienen diciendo lo mismo desde diciembre, cuando empezó a ajustar la tasa básica, mientras el petróleo protagonizada uno de sus periódicos saltos.

Durante el segundo trimestre de 2006, a la sazón, el producto bruto regional de la Eurozona (no confundir con el PBR de toda la Unión Europea) viene repuntando a mayor ritmo que los de Estados Unidos y Japón. De hecho, en abril-junio marcó el máximo anualizado desde 2000. Algunos analistas dan por seguro que el BCE subirá a 3,25% la tasa en octubre y la llevará a 3,5% anual para fin de año.

Como es típico en la ortodoxia monetarista, el BCE asocia mayor crecimiento (o sea, repunte de la economía real) con rebrote inflacionario. En su visión, los precios al consumidor pueden avanzar casi 2,4% este año y el próximo. Por cierto, no parece una catástrofe: la proyección anterior era 2,2% anual. En verdad, como sostiene un reciente estudio hecho de la facultad de economía, universidad de Gotemburgo (Suecia), “la Eurozona puede convivir perfectamente con una inflación superior a 4% anual y no se acabará el mundo, slavo para los adictos el mercado”.

Aferrado a la ortodoxia –algo que Italia, Francia o Alemania no hacen a ese punto-, el funcionario recomienda estricta supervisión de variables, para contener alzas y preservar estabilidad de precios en la Eurozona. Vale decir, los doce adherentes a la moneda común.

Los técnicos del BCE, esto es la burocracia monetarista heredada del Bundesbank con sede y todo (Fráncfort) espera que la inflación seguirá “elevada” hasta fin de año. Trichet y su equipo vienen diciendo lo mismo desde diciembre, cuando empezó a ajustar la tasa básica, mientras el petróleo protagonizada uno de sus periódicos saltos.

Durante el segundo trimestre de 2006, a la sazón, el producto bruto regional de la Eurozona (no confundir con el PBR de toda la Unión Europea) viene repuntando a mayor ritmo que los de Estados Unidos y Japón. De hecho, en abril-junio marcó el máximo anualizado desde 2000. Algunos analistas dan por seguro que el BCE subirá a 3,25% la tasa en octubre y la llevará a 3,5% anual para fin de año.

Como es típico en la ortodoxia monetarista, el BCE asocia mayor crecimiento (o sea, repunte de la economía real) con rebrote inflacionario. En su visión, los precios al consumidor pueden avanzar casi 2,4% este año y el próximo. Por cierto, no parece una catástrofe: la proyección anterior era 2,2% anual. En verdad, como sostiene un reciente estudio hecho de la facultad de economía, universidad de Gotemburgo (Suecia), “la Eurozona puede convivir perfectamente con una inflación superior a 4% anual y no se acabará el mundo, slavo para los adictos el mercado”.

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