Tokio espera una semana cargada de anuncios

Los analistas prevén un optimismo moderado en la bolsa y el dólar en alza. La atención estará puesta en la posible dimisión de Mori, en quién será su sucesor, y en la publicación de los resultados del PBI.

11 marzo, 2001

(EFE).- Los cambios en la tensa escena política japonesa, tras la inminente dimisión del primer ministro, Yoshiro Mori, propician el optimismo en la Bolsa de Tokio pero no benefician al yen, que sigue presionado por el empuje del dólar, aseguran los expertos.

El indicador de la Bolsa de Tokio, el índice Nikkei, cerró el viernes en 12.627,90 yenes, 2,9% más que la semana anterior.

Las negociaciones de la semana que termina estuvieron dominadas por la fuerte presión que ejercen por igual partidos de la oposición y miembros de la coalición tripartita de gobierno para que el primer ministro abandone su cargo.

A la decreciente popularidad de Mori, afectada por sus declaraciones desafortunadas y los escándalos de corrupción en su gabinete, se suman indicadores económicos negativos como la pérdida de casi un tercio del valor de la bolsa de Tokio y el índice de desempleo, que alcanzó el récord histórico de 4,9% en enero.

El posible anuncio de dimisión de Mori antes de la convención de su gubernamental Partido Liberal Demócrata (PLD), el próximo martes, ha sido ya asimilado por los mercados y el interés se centra en quién será su sucesor, afirman los analistas.

El presidente del PLD es automáticamente primer ministro de Japón.

Los expertos advierten, sin embargo, que Japón ha tenido ocho primeros ministros en la última década y que la única sorpresa dentro del partido hegemónico, con casi medio siglo en el poder, podría surgir de una reestructuración de sus clanes.

Si el PLD logra configurar un gobierno con credibilidad para llevar a cabo medidas estructurales destinadas a reactivar la economía, el Nikkei puede volver la próxima semana a los 13.000 yenes, prevén los analistas.

Ayer, los partidos de la coalición de gobierno presentaron una serie de medidas de emergencia entre las que se incluye el trato preferencial fiscal para los inversores individuales en bolsa con el fin de aupar el Nikkei.

Sin embargo, los expertos dudan de que en medio de la actual convulsión política dicho programa de reformas pueda aplicarse.

El hito de la semana próxima para el Nikkei será, para algunos analistas, el indicador del Producto Bruto Interno (PBI) de octubre a diciembre que se dará a conocer el martes.

El PBI del tercer trimestre del año pasado en Japón bajó 0,6% y muchos analistas aseguran que la cifra del martes podría ser positiva.

Para poder lograr 1,2% anual de crecimiento previsto por el Gobierno, el PIB debe subir 0,4% en cada uno de los dos trimestres restantes del año fiscal nipón (octubre-diciembre de 2000 y enero-marzo de 2001).

En las predicciones más frecuentes para la próxima semana el Nikkei fluctúa entre los 12.500 y los 13.000 yenes.

El dólar, por su parte, seguirá su tendencia alcista apoyado por el pesimismo que domina la economía japonesa, la convulsión política y las contradicciones entre sus autoridades monetarias y financieras.

El jueves pasado, un comentario del gobernador del Banco de Japón que insinuó la tolerancia de un yen depreciado elevó al dólar a su máximo nivel frente al yen en 20 meses (120,20 yenes).

Al día siguiente otro comentario de otra autoridad financiera implicando lo contrario frenó posteriores ascensos del billete verde.

Sin embargo, se prevé que el yen oponga poca resistencia ya que entre los inversores escasean las esperanzas de que el Gobierno pueda devolver el crecimiento estable a la economía.

Según los pronósticos de la mayoría de los analistas, la próxima semana el dólar se moverá en una banda de 119 a 122 yenes.

(EFE).- Los cambios en la tensa escena política japonesa, tras la inminente dimisión del primer ministro, Yoshiro Mori, propician el optimismo en la Bolsa de Tokio pero no benefician al yen, que sigue presionado por el empuje del dólar, aseguran los expertos.

El indicador de la Bolsa de Tokio, el índice Nikkei, cerró el viernes en 12.627,90 yenes, 2,9% más que la semana anterior.

Las negociaciones de la semana que termina estuvieron dominadas por la fuerte presión que ejercen por igual partidos de la oposición y miembros de la coalición tripartita de gobierno para que el primer ministro abandone su cargo.

A la decreciente popularidad de Mori, afectada por sus declaraciones desafortunadas y los escándalos de corrupción en su gabinete, se suman indicadores económicos negativos como la pérdida de casi un tercio del valor de la bolsa de Tokio y el índice de desempleo, que alcanzó el récord histórico de 4,9% en enero.

El posible anuncio de dimisión de Mori antes de la convención de su gubernamental Partido Liberal Demócrata (PLD), el próximo martes, ha sido ya asimilado por los mercados y el interés se centra en quién será su sucesor, afirman los analistas.

El presidente del PLD es automáticamente primer ministro de Japón.

Los expertos advierten, sin embargo, que Japón ha tenido ocho primeros ministros en la última década y que la única sorpresa dentro del partido hegemónico, con casi medio siglo en el poder, podría surgir de una reestructuración de sus clanes.

Si el PLD logra configurar un gobierno con credibilidad para llevar a cabo medidas estructurales destinadas a reactivar la economía, el Nikkei puede volver la próxima semana a los 13.000 yenes, prevén los analistas.

Ayer, los partidos de la coalición de gobierno presentaron una serie de medidas de emergencia entre las que se incluye el trato preferencial fiscal para los inversores individuales en bolsa con el fin de aupar el Nikkei.

Sin embargo, los expertos dudan de que en medio de la actual convulsión política dicho programa de reformas pueda aplicarse.

El hito de la semana próxima para el Nikkei será, para algunos analistas, el indicador del Producto Bruto Interno (PBI) de octubre a diciembre que se dará a conocer el martes.

El PBI del tercer trimestre del año pasado en Japón bajó 0,6% y muchos analistas aseguran que la cifra del martes podría ser positiva.

Para poder lograr 1,2% anual de crecimiento previsto por el Gobierno, el PIB debe subir 0,4% en cada uno de los dos trimestres restantes del año fiscal nipón (octubre-diciembre de 2000 y enero-marzo de 2001).

En las predicciones más frecuentes para la próxima semana el Nikkei fluctúa entre los 12.500 y los 13.000 yenes.

El dólar, por su parte, seguirá su tendencia alcista apoyado por el pesimismo que domina la economía japonesa, la convulsión política y las contradicciones entre sus autoridades monetarias y financieras.

El jueves pasado, un comentario del gobernador del Banco de Japón que insinuó la tolerancia de un yen depreciado elevó al dólar a su máximo nivel frente al yen en 20 meses (120,20 yenes).

Al día siguiente otro comentario de otra autoridad financiera implicando lo contrario frenó posteriores ascensos del billete verde.

Sin embargo, se prevé que el yen oponga poca resistencia ya que entre los inversores escasean las esperanzas de que el Gobierno pueda devolver el crecimiento estable a la economía.

Según los pronósticos de la mayoría de los analistas, la próxima semana el dólar se moverá en una banda de 119 a 122 yenes.

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