¿Títulos soberanos o nuevos activos tóxicos?

Lejos de ser clásicos instrumentos para gestionar riesgos, hoy los papeles gubernamentales comienzan a funcionar como lo contrario. ¿Por qué? Porque sus emisores los usan para rescatar bancos. Así sostiene el experto financiero Theodor Vermaelen.

27 diciembre, 2011

<p>Este belga pertenece al Institut pour l&rsquo;Administration des Affaires (Insead, Fontainebleau) y sus hip&oacute;tesis son inquietantes. Los contribuyentes de la Eurozona &ndash;sostiene- deben salvar a Grecia y la periferia del &aacute;rea para evitar una licuaci&oacute;n financiera. Su l&oacute;gica es que, con las deudas en manos de los bancos, si se dejan caer esas econom&iacute;as en cese de pagos, en 2012 todo volver&aacute; a noviembre de 2008.<br />
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Por tanto, se busca rescatar a los banqueros. Dado que ese grupo es tan detestado entre el p&uacute;blico, los pol&iacute;ticos afirman que el objeto real es salvar la periferia de la Eurozona, no las entidades financieras. <br />
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Sin embargo, apunta el analista, el reciente colapso de acciones financieras da la impresi&oacute;n de que los votantes alemanes &ndash;el naufragio electoral de Angela Merkel as&iacute; lo trasunta-, holandeses, fineses, austr&iacute;acos, etc., rechazar&aacute;n un segundo salvataje de bancos (o banqueros) en tres a&ntilde;os. <br />
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Por cierto, los bancos privados de la Eurozona est&aacute;n sentados en una monta&ntilde;a de deuda soberana. Esto lleva a una pregunta obvia: &iquest;por qu&eacute; las instituciones europeas han comprado tantos t&iacute;tulos gubernamentales? Como se sabe, el prop&oacute;sito de una empresa o un banco es emitir acciones dirigidas a p&uacute;blico en general. Luego emplea esos fondos en proyectos donde el p&uacute;blico no puede colocarse por cuenta propia. Por ende, ning&uacute;n banco beneficia a sus accionistas destinando recursos a tomar bonos soberanos griegos, dado que sus accionistas pueden adquirirlos directamente. En realidad, si un banco abona al inversor intereses superiores a los de bonos soberanos, esa clase de colocaci&oacute;n indirecta resulta ineficiente desde la &oacute;ptica tributaria. <br />
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Vermaelen cree que parte de la respuesta a aquella pregunta yace en la forma como se regulan actualmente los bancos de la Uni&oacute;n Europea (esto abarca la Eurozona). En efecto, los reguladores obligan a las entidades financieras a mantener una m&iacute;nima relaci&oacute;n, definida como valor en libros de las acciones dividido por activos en riesgos (RWA en ingl&eacute;s, o sea risk weighed assets). Los banqueros son lo bastante buenos para cumplir estas exigencias.<br />
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Lo notable es la estabilidad de esta ratio, que oscila generalmente entre 8 y 9% durante el a&ntilde;o. Bas&aacute;ndose en la norma, se tiene la impresi&oacute;n de que en 2008 no hubo en absoluto crisis financiera alguna. No obstante, las proporciones corrientes de apalancamiento y las tasas de trueques de cr&eacute;ditos en insolvencia, en ese mismo per&iacute;odo, subieron notablemente en igual lapso. Esto reflejaba una realidad conocida de todos: se desenvolv&iacute;a una crisis sist&eacute;mica.<br />
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&iquest;C&oacute;mo se las arreglaban los bancos para mantener aquellas razones tan estables? Pues colocando pr&eacute;stamos riesgosos y tomando bonos soberanos. En realidad, los manuales sobre gesti&oacute;n de riesgos consideran los papeles gubernamentales un instrumento para gestionar riesgos.<br />
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Por otra parte, los requerimientos europeos de capital tratan a toda la deuda soberana de la Eurozona como exenta de riesgos. A diferencia de las autoridades norteamericanas, la europeas no toman muy en cuenta a las agencias calificadoras de riesgos. Por ejemplo, en julio &uacute;ltimo, los reguladores pasaron por alto las notas sobre bancos europeos, A su criterio, los ensayos de resistencia en noventa entidades de la Uni&oacute;n Europea hab&iacute;an demostrado que sus papeles estaban libres de riesgos. Eso involucraba bonos chatarra griegos que se transaban con altos descuentos sobre el valor nominal.<br />
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&ldquo;El desprecio europeo a los mercados y las calificadoras tiene ra&iacute;ces pol&iacute;ticas&rdquo;, se&ntilde;ala el analista, obviamente cercano a esas agencias, &ldquo;La dirigencia quiere promover a toda costa una Europa m&aacute;s unida que la actual, donde la convergencia econ&oacute;mica y financiera sea norma&rdquo;. En ese universo, no hay sitio para dos categor&iacute;as de deuda soberana. El resultado, hasta ahora, es otro: los inversores tienen la sensaci&oacute;n de que Bruselas o Francfort rescatar&aacute;n a cualquier pa&iacute;s en aprietos. <br />
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Ello ha alentados a los bancos a invertir en bonos griegos (son chatarra), aunque sus brechas activas sean apenas unos pocos puntos b&aacute;sicos superiores a las de las principales econom&iacute;as de la zona. El presente, l&oacute;gico desencanto de los inversores hace que un salvamento no sea factible, a menos que aparezcan esos eurobonos &ndash;con garant&iacute;a colectiva – que resiste el Banco Central Europeo.</p>
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