Tasas: Gran Bretaña las sube, la Eurozona no ¿y EE.UU.?

Como se esperaba, el Banco de Inglaterra elevó de 4,5 a 4,75% anual la tasa de redescuento. Pero el Banco Central Europeo la deja en 2% para la Eurozona. Ahora, el mercado apuesta a 0,25 de alza en los tipos básicos norteamericanos.

6 agosto, 2004

Aunque algunos analistas europeos digan hoy que la actitud formalista del BCE se descontaba, lo cierto es que los mercados esperaban que elevase la tasa básica de 2 a 2,5% anual. No tanto por la diferencia con el tipo británico, que redunda en favor de la libra y contra el euro, o por el petróleo caro, sino porque pocas economías de la Eurozona tienen las cuentas en orden.

Dicho de otro modo, una tasa referencial de apenas 2% sustenta la extrema rigidez del “pacto de estabilidad” (1996). El exiguo nivel del redescuento, por cierto, impide flexibilizar el techo de 3% -en términos de cada producto bruto interno- impuesto al déficit fiscal. En este momento, Alemania, Francia e Italia los desbordan y el BCE carece de poder de policía para ponerlos en vereda.

En cuanto a EE.UU., las nuevas señales de enfriamiento registradas el jueves y el viernes -menor ritmo en la reactivación, escaso impulso en ventas minoristas, escasa recreación de empleo- y el problema petrolero posiblemente hagan relexionar a la Reserva Federal sobre la política de ajustes suaves, aplicada desde junio. Por ende, analistas y operadores ya no sabían qué esperar para el martes 10.

La decisión de junio entraña que la RF, pese al público apoyo de su presidente -Alan Greenspan- a la reelección presidencial, ya no piensa en términos de los próximos comicios. Por ende, el mercado espera retoques alcistas este mes, septiembre, noviembre y diciembre. Si los ajustes fueran todos iguales, el año terminaría en 2,25%; vale decir, un nivel superior al de la Eurozona en este momento.

Aunque algunos analistas europeos digan hoy que la actitud formalista del BCE se descontaba, lo cierto es que los mercados esperaban que elevase la tasa básica de 2 a 2,5% anual. No tanto por la diferencia con el tipo británico, que redunda en favor de la libra y contra el euro, o por el petróleo caro, sino porque pocas economías de la Eurozona tienen las cuentas en orden.

Dicho de otro modo, una tasa referencial de apenas 2% sustenta la extrema rigidez del “pacto de estabilidad” (1996). El exiguo nivel del redescuento, por cierto, impide flexibilizar el techo de 3% -en términos de cada producto bruto interno- impuesto al déficit fiscal. En este momento, Alemania, Francia e Italia los desbordan y el BCE carece de poder de policía para ponerlos en vereda.

En cuanto a EE.UU., las nuevas señales de enfriamiento registradas el jueves y el viernes -menor ritmo en la reactivación, escaso impulso en ventas minoristas, escasa recreación de empleo- y el problema petrolero posiblemente hagan relexionar a la Reserva Federal sobre la política de ajustes suaves, aplicada desde junio. Por ende, analistas y operadores ya no sabían qué esperar para el martes 10.

La decisión de junio entraña que la RF, pese al público apoyo de su presidente -Alan Greenspan- a la reelección presidencial, ya no piensa en términos de los próximos comicios. Por ende, el mercado espera retoques alcistas este mes, septiembre, noviembre y diciembre. Si los ajustes fueran todos iguales, el año terminaría en 2,25%; vale decir, un nivel superior al de la Eurozona en este momento.

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