Tasas, dólar, inflación y desempleo en un juego ambiguo (24-III)

De mesurada calificó su política de ajustes en tasas básicas el comité de mercado abierto. Pero ciertos puntos de su informe –el martes- trasuntaban mayor inquietud ante la inflación. Los indicadores de miércoles y jueves le dieron motivos.

24 marzo, 2005

Tras el alza de precios mayoristas en febrero (0,4%), apareció el de minoristas, con similar margen, luego de haber ascendido apenas 0,1% en enero. Factor decisivo fue el 2% de aumento en combustibles (1.4% en nivel mayorista). Pero, a diferencia de esta categoría, la minorista muestra avances considerables en varios rubros. Como ocurre en escala mayorista, el índice “pelado” (una ficción sin alimentos ni combustibles)dio sólo 0,3%.

Esta historia data del martes, en realidad. Como se esperaba, el Sistema de Reserva Federal (SRF) elevó en veinticinco puntos básicos –de 2,5 a 2,75% anual- las dos tasas referenciales de cortísimo plazo que maneja. El margen no llamó la atención, pero los comentarios dieron vuelta los principales paneles bursátiles, que pasaron a subir hasta 0,65% a ceder hasta 1,02%. Fue el séptimo ajuste hacia arriba desde julio pasado.

El comité monetario habla de mesura, pero un importante tramo del comunicado da a entender que los banqueros centrales divisan un horizonte algo más inflacionario que hasta febrero, especialmente en precios mayoristas. Por cierto, su índice general acumula 4,7% de avance en doce meses (marzo 2004 a febrero pasado) y sobrepasa el ritmo del producto bruto interno em igual lapso.

Pero la ambigüedad de Alan Greenspan y su huestes lleva a calificar de “sólido” el crecimiento económico en febrero. De hecho, vinculan ese factor a las “presiones inflacionarias que vienen aumentando en los meses recientes”. Hace cuatro semanas, ese mismo comité las definía como “bien contenidas”.

“Irónicamente, el equilibrio entre riesgos, tal como lo presenta la Reserva, será siempre más o menos igual en tanto la entidad siga diciéndolo”, concluye Alan Ruskin, director de la consultora de mercado 4CAST. Pocos se animan a decir que el rey está desnudo. Pero lo está, como lo demuestra el uso y abuso de un indicador ficticio (el mayorista excluyendo alimentos y combustibles) para maquillar la realidad.

Probablemente, la próxima reunión del comité monetario (3 de mayo) vuelva a describir ese tipo de piruetas. Máxime si la inflación continúa subiendo a mayor velocidad que el PBI. Por fortuna para el SRF, George W.Bush no entiende nada de estas cosas ni tiene un equipo económico capaz de explicárselas.

No obstante, dentro de seis semanas y media, el SRF tendrá a mano algo más que malabarismos estadísticos. Si los presentes atisbos inflacionarios toman cuerpo, siempre podrá pasar a veinticinco a cincuenta puntos básicos el retoque a tasas referenciales. Claro, si ésta se eleva de 2,75 a 3,25%, no será fácil salir del paso con comentarios ambiguos.

Al margen del problema central, el miércoles fue una jornada contradictoria. Por un lado, el dólar subía (por ejemplo, a ¥ 106,30) y el euro bajaba a US$ 1,30, en tanto la tasa a diez años se mostraba firme en 4,625% anual. Por su parte, los crudos tejanos se desmoronaban de US$ 56,60 a 53,75% el barril porque, de pronto, aparecieron insospechadas existencias en Estados Unidos. Entretanto, Wall Street y otras bolsas se mostraban calmas, lo cual no impidió a algunos medios porteños insistir en “una fuerte baja de bonos y acciones que no existía.

La media rueda del jueves, por el contrario, hizo recobrar de 0,2 a 0,5 los principales paneles bursátiles, mientras el dólar seguía firme en ¥. 106,40, el euro cedía a US$ 1,294 y el crudo tejano se recobraba a US$ 54,85. Un aumentos de solicitudes de subsidios por desempleo, la semana anterior, no influyó en los mercados.

Tras el alza de precios mayoristas en febrero (0,4%), apareció el de minoristas, con similar margen, luego de haber ascendido apenas 0,1% en enero. Factor decisivo fue el 2% de aumento en combustibles (1.4% en nivel mayorista). Pero, a diferencia de esta categoría, la minorista muestra avances considerables en varios rubros. Como ocurre en escala mayorista, el índice “pelado” (una ficción sin alimentos ni combustibles)dio sólo 0,3%.

Esta historia data del martes, en realidad. Como se esperaba, el Sistema de Reserva Federal (SRF) elevó en veinticinco puntos básicos –de 2,5 a 2,75% anual- las dos tasas referenciales de cortísimo plazo que maneja. El margen no llamó la atención, pero los comentarios dieron vuelta los principales paneles bursátiles, que pasaron a subir hasta 0,65% a ceder hasta 1,02%. Fue el séptimo ajuste hacia arriba desde julio pasado.

El comité monetario habla de mesura, pero un importante tramo del comunicado da a entender que los banqueros centrales divisan un horizonte algo más inflacionario que hasta febrero, especialmente en precios mayoristas. Por cierto, su índice general acumula 4,7% de avance en doce meses (marzo 2004 a febrero pasado) y sobrepasa el ritmo del producto bruto interno em igual lapso.

Pero la ambigüedad de Alan Greenspan y su huestes lleva a calificar de “sólido” el crecimiento económico en febrero. De hecho, vinculan ese factor a las “presiones inflacionarias que vienen aumentando en los meses recientes”. Hace cuatro semanas, ese mismo comité las definía como “bien contenidas”.

“Irónicamente, el equilibrio entre riesgos, tal como lo presenta la Reserva, será siempre más o menos igual en tanto la entidad siga diciéndolo”, concluye Alan Ruskin, director de la consultora de mercado 4CAST. Pocos se animan a decir que el rey está desnudo. Pero lo está, como lo demuestra el uso y abuso de un indicador ficticio (el mayorista excluyendo alimentos y combustibles) para maquillar la realidad.

Probablemente, la próxima reunión del comité monetario (3 de mayo) vuelva a describir ese tipo de piruetas. Máxime si la inflación continúa subiendo a mayor velocidad que el PBI. Por fortuna para el SRF, George W.Bush no entiende nada de estas cosas ni tiene un equipo económico capaz de explicárselas.

No obstante, dentro de seis semanas y media, el SRF tendrá a mano algo más que malabarismos estadísticos. Si los presentes atisbos inflacionarios toman cuerpo, siempre podrá pasar a veinticinco a cincuenta puntos básicos el retoque a tasas referenciales. Claro, si ésta se eleva de 2,75 a 3,25%, no será fácil salir del paso con comentarios ambiguos.

Al margen del problema central, el miércoles fue una jornada contradictoria. Por un lado, el dólar subía (por ejemplo, a ¥ 106,30) y el euro bajaba a US$ 1,30, en tanto la tasa a diez años se mostraba firme en 4,625% anual. Por su parte, los crudos tejanos se desmoronaban de US$ 56,60 a 53,75% el barril porque, de pronto, aparecieron insospechadas existencias en Estados Unidos. Entretanto, Wall Street y otras bolsas se mostraban calmas, lo cual no impidió a algunos medios porteños insistir en “una fuerte baja de bonos y acciones que no existía.

La media rueda del jueves, por el contrario, hizo recobrar de 0,2 a 0,5 los principales paneles bursátiles, mientras el dólar seguía firme en ¥. 106,40, el euro cedía a US$ 1,294 y el crudo tejano se recobraba a US$ 54,85. Un aumentos de solicitudes de subsidios por desempleo, la semana anterior, no influyó en los mercados.

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