Standard & Poors mejoró la calificación argentina

Por segunda vez en 2006, la principal agencia del ramo elevó la nota. La deuda nacional pasa, pues, de B a B+. En marzo, había subido de B- a B. Ahora Argentina se aproxima a Uruguay y a Brasil.

3 octubre, 2006

No obstante, en cifras la situación es un poco diferente. Mientras Argentina tiene 337 puntos extras, Brasil muestra 231 y Uruguay 241. En este caso, hay un matiz cuidadosamente soslayado en los medios: la deuda en dólares de Montevideo está respaldada –aunque no explícitamente- por la poderosa banca extraterritorial y sus resortes de poder, no por su pequeña economía real.

La versión formal es otra, claro. Suele afirmarse que el puntaje es un “castigo” a la Argentina por haber roto las reglas y haber renegociado en forma heterodoxa con los tenedores privados de bonos, Pero, como le fue muy bien –gracias a Roberto Lavagna y Guillermo Nielsen, entre otros-, las calificadorss no tienen otro remedio que elevar de escalón la deuda titulizada.

Naturalmente, la persistencia de los superávit gemelos (fiscal, comercial), al revés de los que sucede en Estados Unidos –el país más endeudado del globo-, también permite seguir recobrando terreno. Por supuesto, las calificadoras no parecer parar mientes en indicadores tan voluntaristas como los de “clima de negocios” o “competitividad”.

No obstante, en cifras la situación es un poco diferente. Mientras Argentina tiene 337 puntos extras, Brasil muestra 231 y Uruguay 241. En este caso, hay un matiz cuidadosamente soslayado en los medios: la deuda en dólares de Montevideo está respaldada –aunque no explícitamente- por la poderosa banca extraterritorial y sus resortes de poder, no por su pequeña economía real.

La versión formal es otra, claro. Suele afirmarse que el puntaje es un “castigo” a la Argentina por haber roto las reglas y haber renegociado en forma heterodoxa con los tenedores privados de bonos, Pero, como le fue muy bien –gracias a Roberto Lavagna y Guillermo Nielsen, entre otros-, las calificadorss no tienen otro remedio que elevar de escalón la deuda titulizada.

Naturalmente, la persistencia de los superávit gemelos (fiscal, comercial), al revés de los que sucede en Estados Unidos –el país más endeudado del globo-, también permite seguir recobrando terreno. Por supuesto, las calificadoras no parecer parar mientes en indicadores tan voluntaristas como los de “clima de negocios” o “competitividad”.

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