Standard & Poors le baja nota a Vivendi Universal Entertainment

Los activos del grupo Vivendi Universal en Estados Unidos empiezan a sentir los efectos del proceso confuso y las vacilaciones de la conducción en París. Eso explica que se le haya bajado nota a su filial cisatlántica.

2 junio, 2003

Según un comunicado difundido ayer, la agencia Standard & Poor´s ha
pasado a BB la calificación de la deuda a largo plazo emitida por Vivendi
Universal Entertainment (VUE), la división norteamericana del conglomerado
francés. En teoría, el grueso de sus operaciones está en
venta, pero no se sabe con quién se cerrarán las negociaciones.
Días atrás, Edgar Bronfman hijo ofreció recomprar activos
que le había vendido a Vivendi cuando la encabezaba Jean-Marie Messier,
a una fracción de lo pagado en diciembre de 2000. Bronfman está
juntando cabezas para una oferta por el negocio de entretenimiento en Estados
Unidos (Universal Studios, Universal Music Group, los cables USA Network y SciFi).

Mientras se ignora el destino de la propuesta Apple por UMG (US$ 7.000 millones),
Bronfman ha reclutado a Cablevision Systems (Nueva York), al cual le promete 25
a 33% del futuro paquete. Pero la cosa no será fácil, porque sigue
en pie la oferta de US$ 15.000 millones más 5.000 millones en deudas -primera
en esta guerra-, hecha hace varios meses por el magnate petrolero Marvin Davis
(que ya causó la renuncia de Barry Diller, como CEO de Vivendi Group en
EE.UU.). Justamente, las trepidaciones de Fourtou pueden alejar a Davis, cuya
ofreta sigue siendo la mayor, y eso pesa en las calificadoras.

A juicio de expertos, Bronfman se adelantó a movidas que planean Liberty
Media (John Malone), General Electric y Viacom. Si éstas se lanzan al ruedo,
habrá seis jugadores sobre el tablero. En cuanto a Bronfman hijo, le sobra
experiencia en estas lides: en 1995, como CEO de Seagram, compró MCA, a
la que sumó Polygram en 1998. Pero, cuando Time Warner y America Online
protagonizaron la mayor fusión de la historia (US$ 108.000 millones), se
asustó y le vendió Seagram a Vivendi.

Ahora, S&P -cuya decisión puede ser emulada por Moody´s Investors
Service- teme que la puja por los activos de VUA deteriore financieramente a
la matriz (que controla 93% de VUA). Tangencialmente, hay otro problema: casi
nadie parece interesado en los parques temáticos, un negocio pasado de
moda (salvo el grupo Disney en EE.UU.).

Según un comunicado difundido ayer, la agencia Standard & Poor´s ha
pasado a BB la calificación de la deuda a largo plazo emitida por Vivendi
Universal Entertainment (VUE), la división norteamericana del conglomerado
francés. En teoría, el grueso de sus operaciones está en
venta, pero no se sabe con quién se cerrarán las negociaciones.
Días atrás, Edgar Bronfman hijo ofreció recomprar activos
que le había vendido a Vivendi cuando la encabezaba Jean-Marie Messier,
a una fracción de lo pagado en diciembre de 2000. Bronfman está
juntando cabezas para una oferta por el negocio de entretenimiento en Estados
Unidos (Universal Studios, Universal Music Group, los cables USA Network y SciFi).

Mientras se ignora el destino de la propuesta Apple por UMG (US$ 7.000 millones),
Bronfman ha reclutado a Cablevision Systems (Nueva York), al cual le promete 25
a 33% del futuro paquete. Pero la cosa no será fácil, porque sigue
en pie la oferta de US$ 15.000 millones más 5.000 millones en deudas -primera
en esta guerra-, hecha hace varios meses por el magnate petrolero Marvin Davis
(que ya causó la renuncia de Barry Diller, como CEO de Vivendi Group en
EE.UU.). Justamente, las trepidaciones de Fourtou pueden alejar a Davis, cuya
ofreta sigue siendo la mayor, y eso pesa en las calificadoras.

A juicio de expertos, Bronfman se adelantó a movidas que planean Liberty
Media (John Malone), General Electric y Viacom. Si éstas se lanzan al ruedo,
habrá seis jugadores sobre el tablero. En cuanto a Bronfman hijo, le sobra
experiencia en estas lides: en 1995, como CEO de Seagram, compró MCA, a
la que sumó Polygram en 1998. Pero, cuando Time Warner y America Online
protagonizaron la mayor fusión de la historia (US$ 108.000 millones), se
asustó y le vendió Seagram a Vivendi.

Ahora, S&P -cuya decisión puede ser emulada por Moody´s Investors
Service- teme que la puja por los activos de VUA deteriore financieramente a
la matriz (que controla 93% de VUA). Tangencialmente, hay otro problema: casi
nadie parece interesado en los parques temáticos, un negocio pasado de
moda (salvo el grupo Disney en EE.UU.).

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