Sigue una desordenada serie de fusiones bursátiles

El alza de productos primarios reaviva una puja en la plaza especulativa global. Ya hay signos inquietantes, en particular las negociaciones para comprar, por parte del CME Group, de Nymex Holdings.

30 enero, 2008

Se trata de una transacción por US$ 11.000 millones, mediante la cual la bolsa mercantil de Chicago (CME) tomaría su equivalente neoyorquina (Nymex). Amén de plantear riesgos para la competencia, algunos expertos se preguntan porqué el controlante de la bolsa de Nueva York NYSE) se mantuvo al margen.

Esta fusión puede reducir el elenco de mercados especulativos, especialmente en futuro, opciones y derivativos. Además, generará un gigante de US$ 45.000 millones, juntando títulos del CME con crudos a término del Nymex, bolsa dominante en este segmento. De cristalizar el acuerdo (tiene un plazo de treinta días), el conjunto resultante será el más grande del planeta, pues doblará en volumen a NYSE-Euronext.

Por otro lado, varios analistas sostienen que Nymex está vendiéndose muy barato. Eso sin contar con las autoridades reguladores, que podrán detectar maniobras monopólicas, pues CME compró no hace mucho la bolsa comercial de Chicago (CBoT). Sólo los operadores y especuladores profesionales se ven felices. Para el CME, la fusión sería un éxito, pese a que los negocios de Nymex se han reducido más de 20% desde el record en 2007.

Al margen de atractivos “técnicos”, fuera de sus ámbitos específicos esta fiebre de F&A no tiene gran sentido. En u mundo castigado por turbulencias, crisis en el sistema financiero y temores recesivos, crear estructuras tan enormes no parece muy atinado, salvo si el objeto real es reducir competencia y facilitar pactos entre pocos para manipular precios en una vasta gama de materias e insumos primarios.

Se trata de una transacción por US$ 11.000 millones, mediante la cual la bolsa mercantil de Chicago (CME) tomaría su equivalente neoyorquina (Nymex). Amén de plantear riesgos para la competencia, algunos expertos se preguntan porqué el controlante de la bolsa de Nueva York NYSE) se mantuvo al margen.

Esta fusión puede reducir el elenco de mercados especulativos, especialmente en futuro, opciones y derivativos. Además, generará un gigante de US$ 45.000 millones, juntando títulos del CME con crudos a término del Nymex, bolsa dominante en este segmento. De cristalizar el acuerdo (tiene un plazo de treinta días), el conjunto resultante será el más grande del planeta, pues doblará en volumen a NYSE-Euronext.

Por otro lado, varios analistas sostienen que Nymex está vendiéndose muy barato. Eso sin contar con las autoridades reguladores, que podrán detectar maniobras monopólicas, pues CME compró no hace mucho la bolsa comercial de Chicago (CBoT). Sólo los operadores y especuladores profesionales se ven felices. Para el CME, la fusión sería un éxito, pese a que los negocios de Nymex se han reducido más de 20% desde el record en 2007.

Al margen de atractivos “técnicos”, fuera de sus ámbitos específicos esta fiebre de F&A no tiene gran sentido. En u mundo castigado por turbulencias, crisis en el sistema financiero y temores recesivos, crear estructuras tan enormes no parece muy atinado, salvo si el objeto real es reducir competencia y facilitar pactos entre pocos para manipular precios en una vasta gama de materias e insumos primarios.

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